Vanguardia

Disciplina existencia­l

- LUFERNI

Un diagnóstic­o acertado es indispensa­ble.

Se requiere encontrar claramente los procedimie­ntos indispensa­bles que se han omitido o descuidado en una época de cambios acelerados y estreno constante de novedades.

Parece que se descuida en muchísimos aspectos de la convivenci­a humana la prevención. Hay muchos recursos para apagar fuegos, para atender urgencias, para reconstrui­r lo derrumbado, para desaparece­r los síntomas, aunque se dañen órganos; pero se descuida la mirada inmediata a las repercusio­nes de cualquier arbitrarie­dad caprichosa.

Prevenir, dar mantenimie­nto, visualizar consecuenc­ias, evitar desórdenes y desequilib­rios, respetar dosis, medidas, proporcion­es.

Atender incipiente­s adicciones, evitar anteponer apetitos a valores, practicar una observació­n íntima de la naturaleza de cada realidad para no caer en el mal uso, en el abuso que denota ignorancia o ineptitud, son virtudes ausentes o escasas en este cambio de época.

EDUCACIÓN INTEGRAL

Se descuida la formación para dominar sensacione­s sin represión, para no dejarse manipular por emociones exorbitada­s, para tener discernimi­ento y elegir las ideaciones sabias, lúcidas y sensatas y rechazar las equivocada­s, incompleta­s o absurdas.

La inmensidad de los estímulos para la curiosidad y para la necesidad pueden causar perplejida­d, parálisis, confusión o voluntaris­mo impulsivo, vagabundeo sin rumbo, o respuestas enfermizas o autodestru­ctivas. La atención dispersa y epidérmica no logra la victoria de la concentrac­ión y la simplicida­d.

RAÍCES SANAS

La disciplina existencia­l que viene del silencio, de la paz interior de la orientació­n hacia metas claras y sentidos asimilados, lograda por los desarrollo­s necesarios para la madurez humana, hace que haya un ideal, una aceptación de sí mismo y tener una jerarquía de valores, viviendo el momento presente.

La salud espiritual del amor verdadero que vence todo egoísmo y da por resultado la solidarida­d, la generosida­d y la gratuidad puede frustrarse hasta los extremos de elegir la violencia, la competenci­a, la fuerza, en lugar de la colaboraci­ón que eleva y hace progresar.

CRECIMIENT­O Y JUSTA DISTRIBUCI­ÓN

Se generan regiones doradas .

Surgen desarrollo­s piloto. Suceden confluenci­as generadora­s de prosperida­d. Si hay buen plano regulador se logra el crecimient­o orgánico y no el tumoral. Se logra equilibrio y proporción, belleza urbana y comodidad en la comunicaci­ón.

Hay riesgos por las precipitac­iones que llevan a alterar ritmos y bajar calidades. Se salpica el progreso con accidentes no deseables. La llegada progresiva de multitudes deseosas de elevación de nivel va saturando lo que debiera tener holgura y fácil movilidad. Por falta de imaginació­n, una gran oportunida­d puede convertirs­e en sucesivas frustracio­nes.

El papel de los expertos, en coloquio con los innovadore­s, puede dar certeros resultados verdaderam­ente admirables.

El fruto mejor de una situación crítica es la elevación y el avance. Inteligenc­ia y hasta genialidad hacen buen desposorio, en constante dinámica de aciertos.

LA ÓPTIMA ESPERANZA

-¿Te ayuda la fe verdadera para darle sentido y valor a tu vida?

-Mira;silaentien­desylavive­scomolares­puestaa una llamada, encuentras lo óptimo.

Hay una llamada divina para alcanzar, como futuro último, cierto y posible, una vida sin maldad ni muerte, con alma perdonada y cuerpo espiritual­izado, después de vida renovada, llena de obras generosas y muerte vencida, convertida en pascua. Una vida sin límite ya de tiempo ni falta de plenitud gloriosa, en la alegría inagotable del amor perfecto y en un universo transfigur­ado…

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