“Estuve a punto de perder un brazo a los 32 años”
PRIMER VIAJE:
A Argentina; nos fuimos a vivir allá cuando yo tenía año y medio de edad. Estuve ahí hasta los seis años, cuando tuvimos que huir a Brasil porque, por asuntos políticos contra las transnacionales, bombardearon la fábrica de mi papá.
PRIMERA TRAVESURA:
Un día fuimos de vacaciones a la playa, y me llevé una lamparita de dragón que, a la mera hora, no encendía. Entonces dije: “¡Ahorita la arreglo!”. Pelé el cable, lo conecté… y antes tengo mano, ¡casi me electrocuto! Tenía seis años.
PRIMER AMOR:
A los 10 años; se llamaba Beto Meyer. Lo conocí en un pueblito de Michoacán; fui con mi mamá, y la familia de él también tenía casa de campo ahí. Con él fue el primero con quien jugué semana inglesa, y con quien me di mi primer beso.
PRIMER AUTO:
Un vocho 73 azul cielo, a los 17 años; un primo se lo compró a otro primo, luego se lo compró mi hermana, y ella me lo vendió a mí. Yo le decía Pegaso, pero mis amigos le decían “El muégano”, porque estaba todo chocado, ¡y el lugar del copiloto no tenía piso!
PRIMER JUGUETE:
Del que me acuerdo, una llamita de juguete, regalo de mis papás; me monté en ella y dije: “¡O me llevan con todo y la llama o de aquí no me voy!”. Me deshice de ella hace apenas siete años: también la usó Elisa Fernanda, mi hija.
PRIMER PR PLEITO:
A los nueve años, , con un pri mo que me odiaba porque, cuando recién volví a México, dejó de ser el consentido y me traía fregada. Una vez, jugando, me pegó de la nada, le dí una patada en la cara ¡y le rompí la nariz!
PRIMER TRABAJO:
Como mesera en el restaurante de mariscos de una tía, a los 11 años; y si no, vendía limonada con mis amiguitos en la calle, afuera del edificio donde vivía. Desde chavita, lo mío era la lana; ¡el dinero me ha gustado desde siempre! (risas)
PRIMER SUELDO:
uno No recuerdo cuánto fue, pero lo gasté en regalo del Día de las Madres. El primero como conductora, a los 13, se lo dí a mi mamá; era tradición entre hermanos que así lo hiciéramos.
PRIMER TROPIEZO:
Enamorarme del hombre equivocado, ¡y de ahí se me hizo costumbre andar besando puros sapitos!
(risas).
PRIMERA CASA:
A los 23 años; antes renté un departamento enorme que compartí con mi prima y una amiga australiana. Yo llegaba al comedor de Televisa, y le preguntaba a mis compañeros: “¿Te vas a comer esto?”. Lo metía en un traste ¡y se los llevaba a ellas!
PRIMER ACCIDENTE:
Mi novio y yo embestimos a un burro en la carreter ra México-Acapulco, en 1999; se activó la bolsa de aire y ésta me lastimó de tal manera que ¡a punto estuvieron de cortarme el brazo! Me lo reconstruyeron cuando yo tenía 32 años.