Narváez, camino a la reelección
May, Adán y Merino lo saben y lo reconocen Cinco aspectos fundamentales para un nuevo periodo
Hace unos meses, al encontrarme con Guillermo Narváez Osorio en su despacho, me contó una anécdota reveladora. Se refería a un día de diciembre de 2021, cuando las calles de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) fueron testigo de protestas protagonizadas por profesores y trabajadores sindicalizados, quienes alzaron la voz ante la falta de pagos de salarios y prestaciones de fin de año. Aquel episodio marcó el inicio de su rectorado, una etapa desafiante que le ha permitido forjar un liderazgo transformador.
Guillermo Narváez, hombre de temple sereno, se enfrentó a una crisis financiera descomunal. Un déficit presupuestal de más de 700 millones de pesos al año y deudas institucionales colosales parecían ser el escenario de una tragedia universitaria. Pero, como el director de una orquesta en medio de un caos, Narváez tomó la batuta con firmeza y aplicó medidas estratégicas que no solo estabilizaron las finanzas de la UJAT, sino que la elevaron a nuevas alturas.
Hoy, sábado, estamos exactamente a 36 días de que el Consejo Universitario y la Junta de Gobierno de la UJAT decidan sellar y poner a salvo la continuidad del ritmo que ha traído la universidad en estos últimos cuatro años. No hay una sola voz, seria y alejada de intereses personales, que no coincida en que Guillermo Narváez Osorio debe consolidar el trabajo que inició hace cuatro años, y que no solo significó resolver las crisis heredadas, sino también devolverle a la institución su espíritu formativo, de investigación y de vinculación con la comunidad y los tabasqueños.
La elección de la UJAT que se encuentra ya en ciernes no puede pasar desapercibida y será sin duda el acontecimiento académico y político más importante con que arranque el 2024. No hay que olvidar que la universidad tiene el tercer presupuesto más grande de Tabasco, solo por debajo del Gobierno del Estado y el ayuntamiento de Centro, con un ingreso anual promedio para 2024 de 2 mil 763 millones de pesos.
Para darle mayor perspectiva al lector, hablamos de una UJAT que hoy es considerada la número 28 a nivel nacional y la segunda en importancia con mayor calidad académica de la región sureste, según la revista América Economía. Por eso es importante que una institución así siga en buenas manos, que no pare su evolución, que siga recuperando su liderazgo académico para que siga siendo respetada tanto como cualquier universidad yucateca.
Hoy tenemos a una universidad que salió de la crisis de aquel periodo del granierismo y que se extendió
«El auténtico líder no es el que busca el consenso, sino el que lo produce» (MARTIN LUTHER KING)
hasta una parte de la actual administración, tiempos en que la UJAT fue vista como caja chica para saquearla, tiempos en que se le dio prioridad a los negocios inmobiliarios de construir y construir edificios y unidades sin pensar en los respaldos económicos que habrían de darle sustento, ni en la calidad académica.
Hay algo muy importante de lo que no se habla: la educación superior de la UJAT, a diferencia de lo que ocurre históricamente con la educación básica del estado (por eso la enorme lista de escuelas privadas), ha logrado la equidad educativa en cuanto a calidad con las universidades privadas. Quien estudia hoy en la UJAT medicina tendrá el mismo o mejor nivel de preparación que otras instituciones locales.
¿Pero qué se ha hecho hasta ahora, qué no se logró y lo mejor, hacia dónde debe apuntar la UJAT a partir del 2024? Veamos:
Desde el comienzo de su mandato como rector, Guillermo Narváez Osorio se enfrentó a desafíos considerables que le han permitido moldear el destino de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, definiendo así su inminente ratificación o una posible elección para un nuevo período al frente de la institución.
Pero, ¿qué significó realmente este tiempo para Guillermo Narváez? Más allá de las cifras y logros financieros, este periodo desafiante le otorgó la oportunidad de demostrar su valía como líder resiliente. La anécdota del diciembre tumultuoso se convirtió en el punto de partida de una narrativa en la que el rector, como un navegante hábil, supo sortear tormentas financieras y pandémicas.
Para ello, lector, le pongo a usted una perspectiva muy ejecutiva e irrefutable de lo que conozco que Narváez afrontó y resolvió en la UJAT:
1. El hueco financiero de 700 millones de pesos heredados que resolvió con ahorros y recortes de gastos y que hoy equivaldrían a 2,800 millones de pesos.
2. La crisis obligó al rector a sacar la motosierra, pero no al estilo Milei en Argentina, para recortar del servicio médico una lista de servicios subrogados con adeudos superiores a los 70 millones de pesos, debido a costosas cirugías, algunas incluso de tipo estético, con cargo a la institución. Incluso a políticos y amigos que no pertenecían a la universidad.
3. Acabó con los acuerdos corruptos con líderes sindicales, que estaban acostumbrados a ser comprados, como ocurrió con uno en 2019 que fue premiado con el estímulo al desempeño docente en el nivel seis, pese a estar alejado de las aulas.
4. Todas esas malas negociaciones sindicales llevaron a la UJAT a enfrentar cada fin de año problemas para sostener, por ejemplo, un acuerdo de pagar 90 días de aguinaldo.
5. El tufo de corrupción que dejó la «estafa maestra» que enlistó a la UJAT entre las ocho universidades y que obligó la depuración de funcionarios y académicos involucrados y que hoy están bajo investigación federal.
6. La desgracia de la pandemia del Covid-19 fue sin duda el principal gran desafío de esta rectoría; incluso, Narváez dirigió una mitad de esta culminante administración con el cuerpo docente y estudiantil prácticamente a distancia. Eso obligó a interconectar a todos a Microsoft Teams, que hoy tiene a la UJAT estandarizada en manejo de plataformas virtuales.
También hay que dejar claro que Guillermo Narváez tiene aún retos importantes que resolver o consolidar, como es el de desarrollar programas de mejoramiento y crecimiento de su calidad, de su cuerpo docente y directivo, y de sus estudiantes, para consolidar una sólida estructura académica y así obtener resultados de primer nivel.
Aunque esta rectoría es la que más ha visibilizado el abuso sexual contra las universitarias, que ha presentado denuncias y puesto a disposición de las autoridades a alumnos y maestros, nunca será suficiente la continuidad del reto moral con las mujeres, creando órganos de defensa, cuidado y castigo, más allá de los protocolos, que protejan a las estudiantes de esta triste cacería.
Esto lo lleva a la urgente necesidad de que en este siguiente periodo la universidad entre en un proceso de reforma y actualización de sus tres leyes rectoras: La Ley Orgánica de 1987, el Estatuto General de 1989 y el Reglamento de la Junta de Gobierno de 2011. En ellos están dispuestas, entre muchas otras cosas, las reglas mediante las cuales deberán ser electos el rector y directores académicos.
En resumen, considero que es importante enfatizar en cinco aspectos fundamentales para un nuevo periodo: I. La importancia de brindar una educación completa a estudiantes y profesores; II. Seguir fortaleciendo la excelencia académica e institucional como parte de un proceso de consolidación continuo; III. Reorganizar y dar relevancia a los programas de postgrado e investigación; IV. Mantener la conexión y compromiso de la universidad con los desafíos del estado, las estructuras productivas y colaborar con instituciones académicas de alta calidad, tanto nacionales como internacionales. Fomentar la relación con los ex alumnos de la universidad; y V. Avanzar en la creación de una cultura laboral que refleje los intereses fundamentales de la comunidad universitaria.
• HUMO BLANCO: Adán, May y Merino saben y reconocen lo que se ha logrado en la UJAT. El 10 informe, y después del 22 o 23, ¡a seguir trabajando!