El arte de vestir
Con Colin Farrell como nueva imagen, Dolce & Gabbana refuerza la tradición de su servicio Sartoria, con el que el hecho a la medida alcanza la categoría de arte.
Cuando una firma consigue dominar al extremo la alta costura, el único modo de mejorar sus creaciones es adaptarlas a los deseos y necesidades específicas de cada persona. Esa es exactamente (el término exacto cabe aquí a la perfección) la misión que Dolce & Gabbana lleva adelante con su servicio Sartoria, en el que todas las habilidades involucradas en el viejo y admirable arte de la sastrería se ponen al servicio de la individualización.
El sello Made in Italy es uno de los más distinguidos (y codiciados) dentro del mundo de la moda, y Dolce & Gabbana le rinde honores a través de una experiencia que se traduce, más que en prendas personalizadas, en un emblema de la elegancia masculina. Telas de la más alta calidad se conjugan con la máxima atención al detalle, y la capacidad formidable de los maestros de la casa italiana para producir la máxima expresión del Made to Measure. No por nada esta experiencia es tan solicitada.
Para quienes la consiguen, se convierte no sólo en la vía perfecta para elevar su guardarropa, sino en un asiento de primera fila en el teatro de las creaciones clásicas, donde los grandes protagonistas son la artesanía más depurada y el valor del tiempo, tanto en el sentido de que se trata de una práctica antigua y legendaria, como por la importancia de no apresurar nada y tardar lo necesario para garantizar la perfección en el ajuste y, sobre todo, lograr lo que el cliente imaginó. Ese mismo tiempo recibe un homenaje por medio de las técnicas del Made to Measure requeridas para dar vida, por ejemplo, a un traje; transmitido de generación en generación de sastres sicilianos, ese cúmulo de conocimientos es el gran tesoro que Dolce & Gabbana ofrece
con este servicio, cuya nueva imagen es Colin Farrell. El actor irlandés admira la labor de la marca y destaca su atención al detalle: “No tiene comparación. Estos trajes son obras de arte que cobran vida”.
Las necesidades y deseos de cada uno dictan las órdenes para que la casa italiana materialice las distintas prendas disponibles, que abarcan una rica variedad: trajes, camisas, smokings, chaquetas, abrigos, batas, y más, todas como expresión contundente del refinamiento y la sastrería más sublime. El resultado deslumbra, pero sería imposible sin un proceso a la altura, con la destreza y la autoexigencia capaces de originar prendas inigualables. Eso incluye etapas como hacer los ojales de un saco, realizados uno por uno, cortados directamente en la tela y luego terminados también a mano; tomar las medidas para hacer un pantalón y luego realizarlo todo manualmente; y la prueba, para garantizar que cada traje no sólo sea único, sino que su diseño sea específico para el cuerpo de quien lo utilizará. Ésos y otros procedimientos pavimentan el camino a un destino marcado por la elegancia y la individualidad: bienvenido a un mundo hecho a la medida.