Entre anegaciones
Tras las fuertes lluvias que continúan en el Valle de México desde hace más de un mes, familias de San Lucas Tunco, en Metepec, viven en sus casas inundadas y con el abandono de las autoridades mexiquenses
Desde hace ocho días, la casa de María de los Ángeles, ubicada en la comunidad de San Lucas Tunco, perteneciente a Metepec, Estado de México, está inundada. Pese a que ha realizado los reportes correspondientes, las autoridades municipales no le han brindado apoyo.
Vecinos de la comunidad denunciaron que, a más de un mes y medio de que comenzó la temporada de lluvias, el ayuntamiento mandó apenas el pasado miércoles por la noche una bomba para evitar las anegaciones, pero ya había domicilios afectados.
Con la tormenta del miércoles por la noche, el agua comenzó a invadir los hogares por lo que resultó afectada una decena de familias y, aunque en distintas calles, como en Insurgentes, se sumaron esfuerzos para limpiar las casas, en la zona en la que habita María de los Ángeles, sobre el Camino a Lerma, la ayuda de queda a un kilómetro del punto más afectado.
“Desde hace ocho días subió el agua, hicimos un reporte, pero no nos hacen caso, supuestamente que no estamos afectados”, lamentó.
Abandono del gobierno
En el lugar viven cuatro personas, María de los Ángeles, su esposo e hijas, por lo que tuvieron que amontonar los muebles que pudieron cargar en las zonas más altas, poner una mesa en el patio y tratar de hacer su vida entre el agua estancada, las moscas, los mosquitos y la desesperación.
Sin poder hacer mucho más que intentar sacar el agua con jícaras, cubetas y una pala, lograron conseguir pedazos de madera y tabiques que utilizan de camino para poder entrar al domicilio, pero nada más.
La ayuda, recriminaron, no llega, mientras a que sus vecinos, a un kilómetro de distancia, les entregaron materiales de construcción y hasta despensas.
“¿De qué nos sirve que les digamos, que les pidamos ayuda si de todas maneras ya nos duele el estómago y nadie nos hace caso?”.
San Lucas Tunco es uno de los barrios más susceptibles a inundaciones por los escurrimientos del río Lerma y las ciénagas, por lo que se reprochó que las labores preventivas han sido insuficientes para evitar que las familias más vulnerables pierdan el patrimonio por el que han trabajado más de una década.