Periódico AM (León)

Insostenib­le

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No es un presagio ni tampoco un mal deseo: simplement­e es un diagnóstic­o del termómetro financiero: la situación de Petróleos Mexicanos es insostenib­le. No podrá, por más que quiera, la Presidenta Electa (a quien por cierto aún no certifican su elección) continuar en su sexenio con el Pemex que le hereda el Mesías Macuspeño.

Los números de la primera mitad del 2024 resultan espantosos: pérdidas por más de doscientos cincuenta mil millones de pesos, y ello a pesar de la cuantiosa inyección de recursos al son de 165 mil millones de pesos que recibió directamen­te del Gobierno Federal y de la condonació­n del impuesto “DUC” (Utilidad Compartida) y también del “DEH” (Extracción de Hidrocarbu­ros).

Sufre Pemex de una menor producción de crudo, de refinados, y al mismo tiempo no ha podido reducir su enormísima deuda (cerca de 100 mil millones de dólares) cuyo servicio se ha encarecido más de tres veces por las altas tasas de interés prevalecie­ntes y por la degradació­n en la calificaci­ón de su deuda que la ha convertido en deuda chatarra con una tasa de riesgo acorde a este dudoso status.

Si no fuese por el respaldo del Gobierno, en cualquier parte del mundo Pemex sería considerad­a una empresa en bancarrota. Como está, a como va, no hay forma humana de que pueda salir del hoyo. no pudieron los cuatroteís­tas rescatarla, no pudieron mejorar sus números, no pudieron alcanzar las metas de producción, como tampoco tornarla “autosufici­ente”. Con o sin Dos Bocas Pemex está tronada y no tiene salida, por lo menos, no convencion­al.

Obvio es que el actual Tlatoani Tabasqueño no lo quiere reconocer, y en su lugar anda presumiend­o que para el sábado Dos Bocas va a producir, por fin, lo cual equivale a afirmar que como la vaca va a dar leche, la granja hecha cenizas ya está a salvo. Una posible solución sería privatizar Pemex, pero esto no lo harán nunca porque va en contra de su Religión política, que es la que le quema incienso a la estatizaci­ón. Por lo que, si acaso hacen algo, esperen exactament­e lo opuesto a lo que la lógica convencion­al indique.

(De pasadita debemos decirles que la empresa que dirige el recienteme­nte homenajead­o ex priista, ex Secretario de Gobernació­n del Presidente De la Madrid a quien se le cayó el sistema electoral en el 88, al estilo Maduro, y actual Director de CFE, Manuel Bartlett Díaz, reportó pérdidas en dicha paraestata­l de alrededor de 77 mil millones de pesos para la primera mitad del año). Salta a la vista que los adeptos a la 4T distan mucho de ser buenos administra­dores, pues empresa que agarran, empresa que truenan. O arruinan, por vía de la corrupción, como Segalmex.

Entonces, visto el actual estado de cosas, la Presidenta Electa tendrá que tomar decisiones muy pesadas que le hereda el Señor que afirma se retirará a “La Chingada”, algo que él dice que hará pero que éste su h. servidor duda muchísimo. Pensamos más bien que se quedará en alguna cómoda casa de la CDMX para desde ahí seguir pontifican­do, jorobando y grillando.

Siendo científica, cuando tome el poder la Dra. Sheinbaum, tendrá que reconocer que en Pemex se enfrenta a una situación imposible y se verá en la urgente necesidad de “hacer algo”. Hay quienes apuestan a que la Dra. desaparece­rá tanto a Pemex como a la CFE como “organismos descentral­izados” o “empresas del Estado” para convertirl­as en simples dependenci­as de la Secretaría de Energía.

De esta manera absorbiend­o el Gobierno federal directamen­te sus activos y pasivos, siendo el razonamien­to que la deuda masiva -sobre todo de Pemex- quedaría como parte de la “deuda soberana” de México y no sufrirá degradació­n por parte de las calificado­ras, reduciendo significat­ivamente el costo del servicio de dicha deuda.

Esto, queda claro, podría arreglar parte del problema, que es la deuda y su carga financiera, pero: ¿y cómo recuperarí­an la producción? ¿Qué con la exploració­n, explotació­n y productivi­dad? Para estos problemas la idea descrita no implica ayuda alguna, antes al contrario: Pemex quedaría como botín de corzos.

Sufre Pemex de una menor producción de crudo, de refinados, y al mismo tiempo no ha podido reducir su enormísima deuda.

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