Por el Día del Padre
Acaba de pasar el festejo a los padres. ¡Felicidades a los que son papás! Escribo este artículo como un homenaje a los que han tenido hijos y a los hombres en general.
Los hombres, como cualquier ser humano, necesitan y merecen ser mirados con amor y respeto. Que la mirada se fije sobre todo en sus cualidades y en lo que aportan a la humanidad, más que en sus deficiencias o sus defectos, a fin de que también ellos se sientan bien con su propia grandeza.
Los hombres que son padres han aportado a la humanidad uno o más hijos, lo cual es valioso en sí. Tú, como hijo, eres la contribución de tu padre a la perpetuación de la especie y el hecho de que hayas nacido le da significado a su existencia. Si tienes hijos, ellos son tu mayor y más importante obra. Si además los provees de herramientas eficaces para que puedan vivir bien, libres y felices, dentro de un mundo que no parece estar hecho para el bienestar, ni para la felicidad ni para la libertad, ¡excelsa obra la tuya! Este es el día de darte un merecido homenaje.
Tus hijos te van a llevar dentro a ti y a tu historia durante toda su vida. Eres el modelo como ellos aman a los suyos, igual que tú llevas dentro a tu padre y su modelo, con las modificaciones que le hiciste. También tus hijos modificarán el modelo que les diste, es la manera como avanza la evolución.
Posiblemente anheles que tus hijos aprecien tu modelo, pero como dice Ruth Benedict en su libro “El crisantemo y la espada”, “resulta muy difícil ser conscientes de nuestros propios ojos”. Cuando vemos, no vemos exactamente lo que ahí está, sino una proyección de nuestra mente. Tus hijos proyectarán sobre ti una imagen distinta de la que crees tener, tal como tú proyectas sobre tu padre una que sólo en parte coincide con la de él, y así está bien.
Recuerdo cuando estudié en la universidad los tests proyectivos. El maestro nos dio una hoja y nos pidió dibujar un árbol. Comenzaron las preguntas: ¿grande?, ¿chico?, ¿de qué clase?, ¿frondoso?, ¿y si no sé dibujar? Él respondió: “Nada de eso importa. Dibuja un árbol como lo imagines y como te guste, aunque nunca hayas visto uno así”.
El profesor esperó hasta que el último terminara y luego nos dijo: “Ese árbol que dibujaron no existe en ninguna parte, aunque hayan dibujado alguno que recuerden. Su dibujo es una abstracción única de muchos árboles que han visto y un reflejo de su propia personalidad, porque las personas transformamos la realidad”.
Como quiera que sean las imágenes mentales acerca de papá, lo importante es amarlas y honrarlas. Esta fiesta es una oportunidad para hacerlo y enseñar a nuestro corazón a ser agradecido por todo lo que ha recibido de papá y de la vida. La gratitud nos hace personas más felices.