30 mil mdd
botellas de una caja de plástico y toma una muestra del agua que rodea la columna.
“Claramente se ve allí un color característico de la corrosión de hierro”, dice sosteniendo una jeringa llena de un agua amarillenta y turbia. “Vamos a tomar una muestra”. D. Christy vierte el agua en un frasco de vidrio y la mezcla con una sustancia química que la vuelve de un color azul intenso, lo que indica que contiene rastros de hierro.
Junto a otros pilares, el activista pone la oreja sobre el metal para escuchar el concreto que está siendo vertido desde arriba adentro de la columna de acero.
En otra zona de la cueva, decenas de estalactitas rotas por las vibraciones de la construcción del tren se apilan en el suelo como escombros después de un terremoto. En otras cavernas, el hormigón que rellena los pilares se ha derramado sobre la tierra caliza.
Si bien las consecuencias ambientales a largo plazo del proyecto no están claras, lo cierto es que ya se está transformando todo el ecosistema, afirma el geólogo MonroyRíos.
“Antes de meter las columnas, ya estás matando todo el ecosistema que había en cada una de esas cuevas”, explica. “¿Por qué? Porque ahora ya entra luz, entra materia orgánica de la selva. Se cambian los gases. Y las especies muy sensibles que habitan ahí adentro en total oscuridad. Pues ya mataron cientos de millones, simplemente con perforarla”.
Pero la mayor preocupación del geólogo es que la porosa piedra caliza sobre la que está construido el tren y las cavernas que se encuentran bajo los pilares puedan causar un colapso del viaducto elevado. Los científicos han advertido desde hace mucho tiempo sobre los peligros de construir sobre rocas solubles como la piedra caliza.