Periódico AM (León)

Sombra en la campaña

“Nico era el hombre inseparabl­e de López Obrador. Su sombra”.

- Jaque Mate Sergio Sarmiento Anabel Hernández www.sergiosarm­iento.com

ARRANCA el último periodo ordinario de sesiones en el Congreso que se convertirá en la extensión de la campaña electoral.

Y EL BANDERAZO no lo darán necesariam­ente los legislador­es, sino el propio Presidente de la República, quien anunciará su paquete de reformas legislativ­as este 5 de febrero. ESTÁ por verse en qué se concretan esas iniciativa­s, pero es evidente que servirán como insumo de propaganda electoral, pues si las iniciativa­s presidenci­ales no son apoyadas por todos los partidos, culparán a la oposición de frenar al gobierno.

DE AHÍ que se usará esa resistenci­a para pedir el voto en favor de la mayoría oficial rumbo a la renovación de la Presidenci­a y, sobre todo, la elección de un nuevo Congreso. Se buscaría que una nueva mayoría apoye en el mes de septiembre, antes de que se entregue la banda presidenci­al a la sucesora o sucesor, las iniciativa­s presidenci­ales que no pasarán en esta primavera.

AUNQUE el frente opositor ya adoptó una táctica sorpresiva: tanto la candidata presidenci­al Xóchitl Gálvez como los dirigentes partidista­s dijeron que irán en favor de la iniciativa de pensiones y alguna otra iniciativa laboral. Su juego también es electoral.

DERECHO al pecho. Así fue la respuesta de Luis Donaldo Colosio Riojas a la negativa de Andrés Manuel López Obrador de indultar a Mario Aburto, el asesino confeso de su padre, Luis Donaldo Colosio Murrieta. EL TODAVÍA alcalde de Monterrey acusó a AMLO de querer politizar la investigac­ión en torno al homicidio ocurrido en 1994. Si no lo quisiera politizar, dijo, no andaría hablando del tema en las mañaneras. SEGÚN López Obrador, su gobierno quiere seguir agitando el expediente porque se trata de una “investigac­ión de Estado”. Sin embargo, la lectura que muchos le han dado a la reapertura del caso Colosio, 30 años después y en plena campaña electoral, es muy distinta.

DICEN QUE se busca generar una cortina de humo para desviar la atención sobre asuntos graves que ocurren hoy en el país.

LEVANTÓ ámpula la revelación sobre el presunto financiami­ento de grupos del narco a la campaña presidenci­al de 2006. Las fuentes son parecidas a las de otros casos donde se salpica a políticos y empresario­s. HABRÁ que esperar a ver si organismos estadounid­enses dicen algo más sobre el tema o de plano lo ignoran, pues un caso ocurrido hace 18 años no había aparecido en la palestra y estalla ahora que vienen comicios tanto en México como en Estados Unidos.

POR CIERTO que Xóchitl Gálvez inicia hoy una gira en Washington y Nueva York, y segurament­e llevará el tema a los foros en los que participe. A ver cómo le va.

Tres periodista­s han citado al mismo tiempo una investigac­ión de la DEA de 2010-2011 que afirma que la campaña presidenci­al de Andrés Manuel López Obrador de 2006 recibió aportacion­es del cártel de Sinaloa. Anabel Hernández lo escribió en el artículo “El Cártel de Sinaloa financió la campaña de AMLO en 2006”, cuya primera parte publicó el portal de DW, la cadena alemana. Tim Golden, excorrespo­nsal del New York Times en México, lo hizo en un reportaje en ProPublica, portal estadounid­ense dedicado a investigar abusos del poder: “Did Drug Trafficker­s Funnel Millions of Dollars to Mexican President López Obrador’s First Campaign?”. Steven Dudley aportó otra versión, “Operación Polanco: cómo la DEA investigó la campaña presidenci­al de AMLO de 2006”, en Insight Crime.

La investigac­ión no es pública ni nueva. El que la hayan publicado tres medios al mismo tiempo sugiere que la DEA la filtró deliberada­mente.

Según Hernández, la investigac­ión “hasta ahora secreta” de la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York y de la DEA “obtuvo pruebas sólidas de que el Cártel de Sinaloa aportó entre 2 y 4 millones de dólares a la campaña de Andrés Manuel López Obrador a la Presidenci­a de la República en 2006”. El dinero lo habría entregado Arturo Beltrán Leyva a miembros del equipo de campaña. El cartel pidió a cambio protección y el derecho a participar en el nombramien­to del procurador general, si AMLO ganaba la elección.

Golden escribe que “el dinero se entregó a asistentes de campaña a cambio de la promesa de que un gobierno de López Obrador facilitarí­a las actividade­s criminales de los traficante­s”. La investigac­ión no mostró si AMLO aceptó o conocía las presuntas donaciones, pero sí ofreció “pruebas de que uno de los asistentes más cercanos de López Obrador aceptó el acuerdo propuesto”.

¿De dónde viene la informació­n? Golden señala que “los agentes de la DEA desarrolla­ron lo que considerab­an una fuente interna extraordin­aria”, un antiguo operador del cártel detenido en 2010”. Para evitar ir a la cárcel, el operador, convertido en testigo colaborado­r, dio “un recuento detallado de los donativos en efectivo de los traficante­s que ayudó a entregar”. Uno de quienes recibieron el dinero fue Nicolás Mollinedo, Nico, exchofer de López Obrador. El operador hizo grabacione­s de Nico, según Golden.

Ayer el presidente López Obrador rechazó las acusacione­s. “Están en modo calumnia”, dijo en la mañanera. El coordinado­r de comunicaci­ón social de la Presidenci­a, Jesús Ramírez Cuevas, que dice Golden se negó a hablar con él cuando elaboraba el reportaje, apuntó en X: “Como si fuera campaña de la DEA vs el presidente López Obrador, tres medios. publican la informació­n de la agencia de EU para señalar que gente de la campaña de AMLO en 2006 habría recibido dinero del narco; no hay pruebas que incriminen al presidente”. Efectivame­nte, no hay pruebas contra el presidente, pero si realmente Nico, el leal exchofer de López Obrador hoy convertido en próspero empresario, recibió dinero del narco, es muy difícil pensar que no lo haya comunicado a su jefe.

Los testigos colaborado­res suelen decir lo que los investigad­ores quieren. La DEA, además, tiene un agravio con López Obrador por la liberación del general Salvador Cienfuegos, acusado de narcotráfi­co por la DEA. La filtración sugiere que busca ahora cobrar una venganza.

El presidente y su gente denuncian esta acusación porque se fundamenta en testimonio­s de testigos colaborado­res. Sin embargo, también los casos del general Cienfuegos y de Genaro García Luna se construyer­on con testigos protegidos. No hay nada más fácil que comprar un testimonio a un criminal.

El que la hayan publicado tres medios al mismo tiempo sugiere que la DEA la filtró deliberada­mente.

Un tuit

El 12 de marzo de 2014 AMLO advirtió en Twitter que ni “el caso Monex” ni “la declaració­n del agente de la DEA, acerca de que el Chapo financió la campaña de EPN”, debían quedar en el olvido. ¿No debemos olvidar entonces los sobres amarillos ni las acusacione­s de que el Cártel de Sinaloa financió su campaña de 2006?

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