Así explica la geografía el resultado genético
La geografía podría explicar por qué los homininos antiguos eran madrugadores. Los humanos primitivos vivían en África, bastante cerca del ecuador, donde la duración de los días y las noches se mantiene aproximadamente igual a lo largo del año.
Pero los neandertales y los denisovanos se mudaron a latitudes más altas, donde el día se hacía más largo en verano y más corto en invierno. Durante cientos de miles de años, sus relojes circadianos podrían haberse adaptado al nuevo entorno.
Cuando los humanos modernos se propagaron fuera de África, también enfrentaron el mismo desafío de adaptarse a mayores latitudes. Tras cruzarse con neandertales y denisovanos, algunos de sus descendientes heredaron genes del reloj biológico mejor adaptados a sus nuevos hogares.
Todas estas conclusiones, sin embargo, provienen de una base de datos limitada a personas del Reino Unido. Capra está comenzando a analizar otras bases de datos de voluntarios con otros ancestros.
Si las conexiones se mantienen, Capra espera que los antiguos relojes biológicos puedan inspirar algunas ideas sobre cómo podemos adaptarnos al mundo moderno, donde los ritmos circadianos se ven perturbados por turnos nocturnos y teléfonos con pantallas brillantes. Estas interrupciones no solo dificultan dormir bien por la noche; también pueden aumentar el riesgo de cáncer, obesidad y una serie de otros trastornos.
Michael Dannemann, un genetista evolutivo de la Universidad de Tartu en Estonia que no participó en el estudio, dijo que una forma de probar las variantes de Capra podría ser modificar varias células humanas en el laboratorio para que sus genes fueran más parecidos a los de neandertales y denisovanos. Luego, los científicos podrían cultivar grupos de estas células y observar sus ciclos diarios.