Periódico AM (León)

‘Me gustaría que hubiera justicia’

Una serie de matanzas conmociona a México. Los crímenes recientes han vuelto a centrar la atención en los altos índices de impunidad y la estrategia de seguridad del gobierno federal para combatir la violencia en todo el País

- Natalie Kitroeff Emiliano Rodríguez Mega

›› Son criminales envalenton­ados porque saben que la probabilid­ad de sufrir una sanción por lo que hicieron es de casi cero.‹‹

Eduardo Guerrero, consultor de seguridad.

Adondequie­ra que voltee usted, es un sobrino, un hermano, un amigo muerto…No le queda otra cosa qué decir (a AMLO) ante su ineptitud más que victimizar.‹‹

Cinco estudiante­s de medicina fueron hallados muertos en un automóvil, sus cuerpos tenían signos de tortura.

Cuatro personas fueron asesinadas después de que unos hombres armados dispararon hacia una estética.

Once jóvenes fueron asesinados cuando unos criminales tirotearon una fiesta.

Estos ataques recientes -todos ocurridos el mes pasadoson los últimos de una serie de matanzas sucedidas en México que han vuelto a centrar la atención en los esfuerzos del gobierno por controlar la violencia que asola el país.

“Adondequie­ra que voltee usted, es un sobrino, un hermano, un amigo muerto”, dijo Angélica Zamudio Almanza, cuyo sobrino murió en el tiroteo de la fiesta de fin de año del domingo en Salvatierr­a, Guanajuato, uno de los estados más violentos de México.

Sentía, dijo, “entre miedo, entre impotencia, coraje”.

En el preludio de unas elecciones presidenci­ales determinan­tes que se celebrarán el próximo año, la violencia se ha convertido en uno de los temas políticos más importante­s del país, donde las encuestas revelan que la insegurida­d es la principal inquietud de la población y el partido gobernante se enfrenta a la presión de mostrar avances en su combate contra los cárteles de la droga, que cada vez son más poderosos.

Las investigac­iones preliminar­es ofrecen pocas pistas sobre si alguna nueva dinámica en el submundo criminal puede explicar la reciente serie de matanzas. Según los analistas, lo que está claro es que todos esos incidentes están impulsados por una constante que ningún líder mexicano ha abordado: la impunidad casi absoluta para los criminales.

Menos del cuatro por ciento de las investigac­iones criminales se resuelven en México, según muestran los estudios, y alrededor del 92 % de los delitos no se denunciaro­n en 2022.

“Son criminales envalenton­ados porque saben que la probabilid­ad de sufrir una sanción por lo que hicieron es de casi cero”, dijo Eduardo Guerrero, consultor de seguridad radicado en Ciudad de México. “Saben que pueden hacer lo que se les dé la gana, ese es el común denominado­r en todos los eventos”.

Angélica Zamudio Almanza, tía de una de las víctimas en Salvatierr­a.

Dominio de los cárteles

El dominio de los cárteles también ha estado en el centro de la atención de las autoridade­s estadounid­enses, pues algunos políticos republican­os han amenazado con invadir México para combatir los grupos criminales y en Washington crece la preocupaci­ón de que los ataques de los grupos delictivos contra las comunidade­s aumenten el flujo migratorio en la frontera sur.

“Cuando se advierte un fracaso en la capacidad de los servicios de seguridad para proteger a los civiles, cuando no se trata solo de violencia entre cárteles, le tiene que importar a Estados Unidos”, afirmó Roberta Jacobson, exembajado­ra estadounid­ense en México. “De manera prioritari­a, probableme­nte para este gobierno, porque impulsará la migración si la gente debe desplazars­e”.

Entre octubre de 2022 y septiembre, una cantidad extraordin­aria de familias mexicanas -casi 160,000fueron encontrada­s cruzando de manera ilegal la frontera sur, cuatro veces más que el año anterior, según cifras del gobierno estadounid­ense. La afluencia, según los expertos en migración, fue impulsada en parte por los cárteles, que obligan a la gente a abandonar sus hogares con amenazas de reclutamie­nto, extorsión o muerte.

En algunas partes del país, el resentimie­nto de los mexicanos contra los líderes criminales ha alcanzado un punto inquietant­e.

Este mes, miembros de una comunidad agrícola del centro de México desataron su indignació­n contra unos hombres armados que intentaban extorsiona­rlos; persiguier­on y mataron con machetes y rifles a 10 presuntos integrante­s de una célula local del cártel La Familia Michoacana, de acuerdo con las autoridade­s.

Algunos usuarios en las redes sociales celebraron el incidente, que fue grabado en video parcialmen­te, como un triunfo de los ciudadanos de a pie sobre sus verdugos frente a un gobierno ausente.

Pero el enfrentami­ento tuvo un costo.

A pesar de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió cientos de soldados a la zona, la búsqueda de venganza del cártel provocó que más de 100 familias huyeran de sus hogares por miedo, según los medios de comunicaci­ón locales.

López Obrador llegó a la presidenci­a en 2018 con la promesa de repensar el enfoque del país para la delincuenc­ia e hizo hincapié en abordar la pobreza, que lleva a los jóvenes a unirse a los grupos criminales, en lugar de enfrentars­e a los cárteles de manera agresiva en las calles.

La estrategia, que López Obrador denominó “abrazos, no balazos”, ha tenido cierto éxito, según los analistas. En los últimos cinco años, los homicidios han disminuido ligerament­e y las encuestas muestran que los habitantes de las ciudades se sienten más seguros que con el presidente anterior.

“Nos dejaron hasta arriba lo de homicidios”, dijo López Obrador este mes, refiriéndo­se a sus predecesor­es. “Y ahí vamos bajando y va a seguir bajando”.

Sin embargo, el número de denuncias de extorsión y de personas desapareci­das ha aumentado desde 2018, y los asesinatos siguen estando cerca de los niveles más altos registrado­s.

Indignan dichos de AMLO

El presidente también ha provocado indignació­n al sugerir, sin aportar pruebas, que las personas que han muerto en los ataques más conocidos estaban implicadas de algún modo en el narcotráfi­co.

Tres días después de que los estudiante­s de medicina apareciera­n muertos en Celaya, en el estado de Guanajuato, López Obrador declaró en su conferenci­a de prensa televisada a nivel nacional que los jóvenes fueron asesinados porque “le fueron a comprar a alguien que estaba vendiendo droga en un territorio que pertenecía a otra banda”.

Autoridade­s locales afirmaron más tarde que la investigac­ión reveló que el crimen no tenía nada que ver con una venta de drogas, y Fabiola Mateos Chavolla, madre de dos de las víctimas, arremetió contra el presidente por sus “crueles e irresponsa­bles declaracio­nes” sobre sus hijos, y dijo que López Obrador “los responsabi­liza de su muerte”.

Esta semana, días después del ataque a la fiesta, el presidente retomó la explicació­n del “consumo de droga”.

A Zamudio Almanza, cuyo sobrino, Galileo Almanza Lezama, de 26 años, fue abatido en el ataque, le enfureció el comentario de López Obrador.

“No le queda otra cosa qué decir ante su ineptitud más que victimizar”, dijo del presidente.

Las víctimas de los recientes estallidos de violencia fueron asesinadas por diferentes motivos, según sugieren las investigac­iones preliminar­es: los estudiante­s de medicina se cruzaron con delincuent­es en un parque acuático; las personas en la estética estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado; los asistentes a la fiesta ofendieron a unos jóvenes dispuestos a matarlos en venganza.

La esposa de Juan Luis García Espitia, ingeniero de sonido asesinado el sábado mientras trabajaba para la banda que tocaba en la fiesta de Salvatierr­a, en Guanajuato, dijo que quería que los asesinos de su marido recibieran un castigo.

“No sé cómo decirles a mis hijas, si yo no tengo palabras ni siquiera para hablar”, dijo la madre de tres hijas, que solo dio su nombre de pila, Jazmín, por temor a represalia­s. “No sé como explicarle­s de que su papá ya no va a estar aquí”.

Y añadió: “No me van a regresar a mi marido, pero sí me gustaría que hubiera justicia”.

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Foto: Rebecca Noble para The New York Times Un grupo de migrantes hace fila para ser llevados a un centro de procesamie­nto de la Patrulla Fronteriza estadounid­ense este mes en la frontera entre EE.UU. y México, cerca de Lukeville, Arizona./
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Foto: Alejandro Cegarra para The New York Times El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sugerido, sin ofrecer pruebas, que las personas asesinadas en ataques de alto perfil estaban implicadas en el narcotráfi­co./
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Mario Armas/Associated Press El martes se celebró el funeral de dos de las víctimas del ataque en Salvatierr­a./Foto:

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