Servicio a la persona
El servicio a la persona humana, desde el punto de vista católico, destaca de manera particular, ya que se considera que lo más valioso que el hombre posee es precisamente su dignidad de persona. Por lo mismo la promoción de tal dignidad es un quehacer esencial, no solo para los ministros consagrados, sino para todos los creyentes. En ello lo primero es la libre renovación interior de cada quien. Las instancias sociales, en el fondo, dependen de las decisiones de las personas y ellas, de por sí, no pueden por sí solas conseguir el bien de la comunidad, de ahí que el mejoramiento de las estructuras y el cambio personal se encuentran íntimamente ligados.
Es imprescindible en este ámbito, partir del respeto a la vida humana, que constituye una condición indispensable para cualquier otro derecho. Asimismo, debe destacarse la necesidad de reconocer y respetar la dimensión religiosa del hombre, cuyas raíces se hallan en la profundidad de su ser. Unida a esta dimensión se halla la libertad de conciencia que cada persona debe disfrutar. Si se quiere asegurar el bien de los pueblos y las personas, debe considerarse cada uno de estos puntos. Junto a lo anterior y con ello relacionado íntimamente, debe señalarse la importancia del matrimonio y la familia.
Además del servicio a la persona, es impostergable el servicio a la cultura. Un grave problema actual consiste en que aunque muchas personas concuerdan en muchos valores, a la hora de vivirlos en la vida cotidiana, se rinden en cambio a las prácticas y usos que lesionan en grados diferentes la dignidad humana y la justicia en sus variadas formas.
En muchos casos se ha perdido el horizonte profundo de la existencia a causa del consumismo y la fascinación de la tecnología y la ciencia (que en sí son algo bueno), además de la preocupación por lo superficial, cuando al mismo tiempo existen sectores sociales marginados o incluso "descartados", como diría el papa Francisco.
Vistos estos aspectos, resulta claro que se debe promover el compromiso por crear y difundir una cultura social y política que asuma valores serios y profundos y no tema asumir un compromiso ético ante los fracasos de muchas
parezca._ propuestas ideológicas que han afectado la forma de vida a lo ancho del planeta. Ojalá que todos nos comprometamos en desarrollar esa cultura en el campo donde cada uno se encuentra, por pequeño que