Obispos piden disculpas
La Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. (USCCB, por sus siglas en inglés) emitió ayer viernes una disculpa formal a las comunidades indígenas en el país y admitió su responsabilidad por la “historia de traumas” que han sufrido las tribus nativas fruto de su relación con la propia Iglesia católica.
El texto, que supone la primera disculpa oficial en este sentido, cita una “historia de traumas” infligida a los nativos americanos, incluyendo generaciones de niños apartados de sus familias para despojarlos de su cultura e insertarlos a la fuerza en la sociedad estadounidense.
“Los sistemas familiares de muchos indígenas nunca se recuperaron del todo de estas tragedias que, a menudo, desembocaron en hogares rotos y perjudicados por la adicción, el maltrato doméstico, el abandono y la negligencia”, afirma el documento titulado ‘Manteniendo la promesa sagrada de Cristo: Un marco pastoral para el ministerio indígena’.
Y añade: “La Iglesia reconoce que ha desempeñado un papel en los traumas sufridos por los niños indígenas”.
Durante más de un siglo, miles de niños fueron tomados a la fuerza e incluso golpeados por hablar sus lenguas ancestrales en una totalidad de 500 centros educativos repartidos por todo el país, de los que, según la Conferencia Episcopal de EE.UU, 85 estaban bajo su gestión.
En el documento también se pide a sus integrantes “estar abiertos a cooperar con las investigaciones” de las tribus nativas y otros Gobiernos sobre “cualquier implicación católica en abusos étnicos”.
Un informe del Departamento del Interior de EE.UU. estimó hace dos años que aproximadamente 500 menores indígenas murieron entre 1819 y 1969 en internados para nativos americanos, cuya financiación en gran parte de los casos procedía del Gobierno federal.