Descansa como el cuerpo manda
La correcta elección de un cojín puede tener un impacto significativo en tu calidad de vida
Cuando llega la etapa del envejecimiento, el ser humano experimenta un declive progresivo del cuerpo, por lo cual es común que los adultos mayores presenten algunas molestias recurrentes como dolor de espalda o de cuello. Sin embargo, este problema se puede solucionar mediante un apoyo adecuado a la hora de dormir.
En este sentido, la almohada es la pieza clave para disfrutar de un sueño reparador, al ser la responsable de mantener la columna y el cuello en la posición óptima durante el descanso; además, en casos particulares de lesiones, se recomienda utilizar cojines con características específicas.
En cualquier caso, es necesario saberlas elegir, asegura el doctor José de Jesús Rivera Sánchez, jefe del servicio de Geriatría del Hospital General de México, pues en el mercado hay una gran variedad de almohadas cervicales, pero su adquisición dependerá de la severidad de la lesión o de algún propósito específico en pro del bienestar.
A grandes rasgos, “depende de la lesión, pero lo ideal es que las personas elijan una almohada donde la distancia entre la base y la parte superior de esta sea apropiada para la longitud del cuello del paciente, ni más corta ni más larga.
“Si hay una lesión leve, puede ser semisólida; de materiales de polímero, que son esferas dentro de la almohada, o memory foam, el cual le permite deformarse y tomar la posición del cuerpo con la cual se está haciendo compresión. Esa es la más utilizada y la más comercial”, explica el especialista en entrevista con EL UNIVERSAL.
Por otra parte, es posible recurrir a las almohadas o cojines de grado ortopédico. Su estructura es semirrígida y rígida, dada su función de proporcionar contención a la posición viciosa o patológica del cuello para evitar que éste se desplace y llegue a lesionar la médula espinal.
Son correctivas “en vías de un evento quirúrgico; se las damos a aquellos pacientes destinados a terminar en cirugía”, precisa Rivera Sánchez, también maestro y doctor en Ciencias Médicas.
CON TECNOLOGÍA DE LA NASA
Elegir un cojín con tecnología memory foam para el adulto mayor es una excelente opción, pues la espuma viscoelástica fue desarrollada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) en la década de los sesenta, con el afán de brindar mayor comodidad a los astronautas al momento del despegue.
Los productos equipados con dicha tecnología destacan por su cualidad de deformarse y recuperar su forma original cuando se enfrían. Dicha característica les permite adaptarse al cuerpo de las personas y, una vez que entran en contacto con el calor corporal, su composición se vuelve viscosa; por ende, se amoldan a distintas curvaturas.
Otras alternativas son las de plumas, de látex y de guata. No obstante, antes de decantarse por una u otra, la Asociación Americana de Personas Retiradas (AARP, en inglés) aconseja evaluar factores como la postura al dormir, el peso (pues a mayor peso, mayor es el soporte requerido) e, incluso, si se padece alguna alergia.
Sostienen expertos de la AARP que, si se tiende a dormir boca abajo, es preferible elegir una almohada delgada o suave para evitar que el cuello haga un arco hacia atrás. De ser necesario, hay que añadir otra “debajo del abdomen para dar apoyo a la parte baja de la espalda”.
En cambio, quienes se acuestan de costado, por lo general, ocupan una almohada “más gruesa y moderadamente firme para mantener alineados la cabeza, el cuello y los hombros. También necesitan colocar otra entre las rodillas, para enderezar la columna y aliviar la presión sobre rodillas y caderas”.
En tanto, si se duerme boca arriba, lo habitual es recurrir a modelos suaves y más planos para alinear el cuello y la columna vertebral.
También concluyen que estas personas llegan a necesitar soporte bajo las rodillas o en la parte baja de la espalda, a fin de disminuir la tensión. •