A 90 días, Harris está creciendo
Atres meses exactos de la elección presidencial en Estados Unidos, la moneda está en el aire. Después de semanas en las que el rumbo de la historia parecía alinearse a su favor, Donald Trump hila varios días cometiendo errores. La semana pasada se presentó en un foro organizado por la respetada asociación de periodistas negros y cuestionó la identidad racial de Harris. Lo hizo, además, con gran torpeza verbal. Trump probablemente intentaba minar el creciente respaldo de Harris entre la comunidad afroamericana (que había dejado de apoyar a Biden), pero la manera de hacerlo no tiene pies ni cabeza. Dudar de la identidad racial de Harris es indefendible.
Lo mismo sucedió a finales de la semana en un mitin en Georgia, estado indispensable para Trump. Ahí, Trump atacó al gobernador republicano Brian Kemp, que es respetado y popular.
Trump cerró con broche de oro en ese mitin atacando a Bruce Springsteen, quizá la figura más icónica de la música estadounidense y enormemente popular en Pensilvania, otro estado indispensable para Trump. “En realidad no me gusta (Springsteen)", dijo Trump. "Tengo un mal rasgo: solo me gusta la gente que me quiere”. Atacar a Bruce Springsteen podría parecer un asunto menor. Dado quién es Springsteen y su influencia con un demográfico crucial, es más bien lo contrario. El productor de televisión y experiodista David Simon lo explica mejor: “Trump acaba de restarse los votos de 5 mil hombres blancos de los suburbios de Filadelfia y Pittsburgh, de esos que escuchan
Por primera vez en meses, la candidata encabeza las encuestas nacionales.