Pieza sobre el poder de la noche
Entre la instalación y la coreografía, la pieza explora la angustia y la paz en la vida nocturna
La angustia que la noche es capaz de despertar: la pérdida de sentido, el miedo a la muerte, el trastorno y la inseguridad, así como la transfiguración de estas emociones o estados psicológicos, son explorados en la coreografía
de Alicia Sánchez.
El título hace referencia a una manera de entender lo nocturno que cambió durante la pandemia: de ser mirada como un espacio para el descanso o la calma, la noche se agudizó como un territorio de ansiedad. “La noche se convirtió en el momento cuando las redes sociales estuvieron más en uso y la gente se volvió hiperactiva (...) Hoy, los jóvenes tienen mayor ansiedad y las noches se han detectado como los detonadores de ésta”, explica y recalca que, a través de esta pieza, se deja ver un planteamiento claro: “Hay noches que pueden calmarnos; hay luces que no son tan brillantes y pueden ayudarnos a dormir; hay destellos que nos hacen saber que la noche es un lugar conciliador y no de violencia, sino todo lo contrario; esas pequeñas luces que aparecen, a veces, en la noche, como unas luciérnagas, podrían estar diciendo: no todo en la noche es cansancio, desgaste y angustia. Al contrario, las luces son destellos de calma para volver a terminar un ciclo”. Sobre el germen de
—la serie de ensayos sobre la noche realizada por Sánchez— también tuvieron un papel fundamental los estados emocionales que atravesó el hijo de la coreógrafa durante la pandemia: “Cuando caía la noche, después de la pandemia, hubo una situación donde no era obligatorio levantarse temprano. Entonces, empezamos a vivir noches largas”, dice y explica que el mundo virtual fue un asidero para sobrellevar el confinamiento, aunque sólo se circunscribió a una vida acotada por la pantalla en un tiempo también acotado.
“Esa sensación de que la tarde se alargó no se pudo revertir. Por ejemplo, los estudiantes a quienes doy clases empezaron a pedir horarios más extensos por tener ansiedad e insomnio”, continúa y recalca que, observando la conducta de su hijo, entendió cabalmente esas dos caras de la noche, las cuales fueron desarrollándose en forma de pieza, tras varias investigaciones que concluyeron en los cinco dispositivos de la obra: “No están contando algo lineal, en el sentido narrativo, sino que cada uno de ellos cuenta de forma diferente cómo se vive la noche: en una, un personaje relata que la noche puede ser violenta para las
video mapping,
Se podrá ver del 25 al 28 de julio en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, al interior del CCB.