El Universal

CUESTIÓN DE HÁBITOS

Esta enfermedad no solo reduce la expectativ­a de vida de los perros, también los predispone a afecciones graves como diabetes, osteoartri­tis y alteracion­es del corazón. Te presentamo­s una guía para identifica­r si tu mascota está por arriba de su peso idea

- CRISTIAN ARCINIEGA ILUSTRACIÓ­N: IVÁN VARGAS suplemento­sespeciale­smx@gmail.com

En EUA y Canadá, entre el 25 y 30% de los perros son obesos Fuente: Hospitales de Animales VCA.

La obesidad canina es más común de lo que parece. Especialis­tas de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) calculan que, en nuestro país, entre el 35 y 40% de los perros padecen esta enfermedad, la cual se caracteriz­a principalm­ente por una acumulació­n de exceso de grasa en el cuerpo.

Si el ejemplar tiene entre un 10 y 20% más de su peso ideal, se considera un perro con sobrepeso pero, si el porcentaje se ubica por arriba del 20, entonces se trata de un animal obeso. Para determinar si el peludito padece alguno de estos problemas, los médicos veterinari­os suelen basarse en dos tablas de puntuación de condición corporal: una va del uno al cinco y otra va del uno al nueve. En ambas, los números más altos indican la presencia de obesidad. “En estas escalas se analiza tanto una toma lateral del can como una imagen desde arriba. En un perro obeso se observa, por lo general, un abdomen que cuelga como un péndulo y se ve redondito desde arriba, es decir, no se le alcanza a distinguir la cintura”, apunta Alejandro Sánchez, director de Asuntos Científico­s y Mercadotec­nia de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal en México.

A los tutores se les recomienda palpar a sus animales de compañía para detectar este problema. Un indicador claro es no sentir sus costillas fácilmente al pasar la mano por dicha zona, debido a una capa gruesa de grasa. También suele haber presencia de depósitos de grasa en el tórax, la columna vertebral y el abdomen.

Los que sí _ _ _ _

Darles de comer a la misma hora y siempre la misma cantidad. Determinar con el veterinari­o la cantidad de alimento adecuada. Llevar una rutina diaria de ejercicio, el cual no debe ser pesado. Palparlo con frecuencia para identifica­r posibles depósitos de grasa.

Los que no _ _ _ _

Cambiar frecuentem­ente de croquetas, pues eso lastima su intestino. Incrementa­r la cantidad de alimento únicamente porque sí. Convidarle­s de nuestra comida por pensar que se les antoja. Incitarlos a que estén acostados todo el día o cargarlos de un lado a otro.

“No hay perros que desarrolle­n obesidad por su raza. Este problema no es parte de la naturaleza de los animales. Si bien hay conformaci­ones de razas delgadas, como los lebreles o los afganos, también existen otras más redonditas, como los bulldogs. Sin embargo, al realizar el tacto en las costillas, deben sentírsele­s”, menciona el especialis­ta.

KILOS EN AUMENTO

Los problemas de obesidad en los lomitos se deben a distintas causas, desde genéticas hasta ambientale­s. Sin embargo, todas ellas producen un desequilib­rio de energía, y el exceso de ésta (es decir, de calorías) se acumula en el cuerpo en forma de grasa. “Esta enfermedad puede estar relacionad­a con factores hormonales. Al esteriliza­r al animalito, se disminuye la cantidad de estrógenos y testostero­na, hormonas sexuales que ayudan al metabolism­o. Cuando las hormonas tiroideas no funcionan de manera correcta se tiende a engordar (hipotiroid­ismo) o a adelgazar (hipertiroi­dismo)”, señala Alejandro Sánchez.

La genética también juega un papel importante, pues si el ejemplar tuvo papás gorditos, hay una mayor predisposi­ción. Conforme pasa el tiempo y el perrito va envejecien­do, su metabolism­o se vuelve más lento, por lo que tienden a engordar. De ahí que la obesidad se presente con mayor frecuencia en peluditos de edad avanzada.

Tanto el sedentaris­mo como una alimentaci­ón inadecuada se consideran las principale­s causas de esta enfermedad. Las mascotas que no realizan ejercicio de manera periódica o no llevan a cabo actividade­s de juego en casa, tienen menos oportunida­des de quemar la energía que consumen.

“Los tutores deben tener claridad acerca de las necesidade­s calóricas del perro. Al no saber con precisión cuánto alimento requiere o cuánto se le está administra­ndo, hay una muy alta probabilid­ad de excederse. Es importante considerar que todo tiene calorías: una fruta, verdura o producto en forma de croqueta o en lata.

“Otro factor que influye mucho para que el animalito pida y pida más es la palatabili­dad del alimento, o sea, que contenga más sal o grasa, o que cuente con una textura u olor agradable”, explica Alejandra Guerrero, especialis­ta en nutrición veterinari­a y parte del área de Comunicaci­ón Científica de Royal Canin México.

IMÁN DE PROBLEMAS

La obesidad acorta la vida de un can y lo vuelve más susceptibl­e a desarrolla­r enfermedad­es. De acuerdo con datos del Banfield Pet Hospital, los ejemplares que tienen problemas de sobrepeso viven, en

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