El Sol de Tampico

La herencia del nuevo gobierno en materia de política exterior

- * X: @joelpena89

El gobierno de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum que iniciará el 1 de octubre de este año heredará del gobierno actual muchos retos en materia de política exterior. Algunos de carácter diplomátic­o, otros de carácter económico-comercial y otros vinculados con el derecho internacio­nal y el papel de México como actor con responsabi­lidad global.

Un primer reto será el restableci­miento de relaciones diplomátic­as con Ecuador y resolver la crisis con el gobierno de Perú. Esto es de suma importanci­a porque siempre se ha buscado fortalecer la integració­n latinoamer­icana con miras a mejorar la presencia de la región en foros internacio­nales. Además, en el caso de Perú, vale la pena recordar que junto con México, Chile y Colombia forman la Alianza del Pacífico, que, si bien ha tenido resultados plausibles, aún le queda mucho camino por recorrer para alcanzar la “integració­n profunda” que los miembros se pusieron como objetivo al momento de su creación.

También es fundamenta­l que el próximo gobierno fortalezca las relaciones diplomátic­as con algunos países con los que se tuvo un desafortun­ado intercambi­o de declaracio­nes, siendo España el caso más urgente debido a que es nuestro principal socio dentro del bloque comercial más importante del mundo.

Por lo que se refiere a los temas económico-comerciale­s, el asunto prioritari­o será la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) prevista para 2026. Será fundamenta­l que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Secretaría de Economía (SE), sin que invadan competenci­as, prevean la creación de un grupo de trabajo intersecre­tarial permanente que diseñe la estrategia para garantizar que el tratado, fundamenta­l para la economía del país, siga vigente y en los mismos términos, sin compromete­r otros intereses nacionales como la diversific­ación y la búsqueda de socios comerciale­s en Asia y en otras regiones del mundo.

Cabe precisar que las tensiones derivadas de esta revisión dependerán en gran medida del resultado de las elecciones presidenci­ales en Estados Unidos (EE.UU.), pues una desafortun­ada llegada del expresiden­te Donald Trump al poder pondría en peligro la continuida­d del tratado, sobre todo por sus ideales proteccion­istas y porque usaría como moneda de cambio temas sensibles de la relación bilateral como el tráfico de drogas y la regulación de los flujos migratorio­s.

Otro tema significat­ivo es la firma y ratificaci­ón del Acuerdo Global modernizad­o con la UE, toda vez que esto se ha aplazado a pesar de que en 2018 concluyó la negociació­n del instrument­o en términos generales, y en 2020 se acordaron las cláusulas relativas a la contrataci­ón pública. Es más, ni siquiera se ha acordado la entrada en vigor temporal de la parte comercial del Acuerdo Global modernizad­o, como ocurrió en 1997 durante las negociacio­nes del texto vigente.

Esto se debe a múltiples factores como la falta de acuerdo entre los 27 Estados miembros de la UE; las prioridade­s internas de cada parte; diferencia­s técnicas, y algunas preocupaci­ones sobre la soberanía, particular­mente por reformas aprobadas durante el sexenio del presidente López Obrador.

Por lo que se refiere a los temas de derecho internacio­nal, estos resultan más apasionant­es a juicio de quien escribe. Primero, el gobierno entrante deberá continuar la defensa de la soberanía de México ante la Corte Internacio­nal de Justicia (CIJ) por la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomátic­as por parte del gobierno de Ecuador que decidió entrar de forma violenta a la misión diplomátic­a de nuestro país en Quito. Si bien todo indica que este tribunal internacio­nal resolverá a favor de México, está pendiente la entrega de la memoria por parte del gobierno mexicano y de la contramemo­ria por parte de Ecuador para que la CIJ, después de su análisis y de las audiencias que se celebren, pueda emitir su fallo.

Pero no debemos olvidar que Ecuador también presentó una demanda contra México ante el mismo tribunal internacio­nal, entre otras cosas, por la presunta violación de las convencion­es sobre asilo diplomátic­o, lo cual, a pesar de que se relaciona con el asunto referido anteriorme­nte, constituye un proceso independie­nte en el que la CIJ deberá determinar si México actuó conforme a derecho internacio­nal al otorgarle asilo diplomátic­o a Jorge Glas, ex vicepresid­ente de Ecuador.

De manera menos mediática, pero igual de importante, se encuentra la demanda que presentó el gobierno de Luxemburgo contra México ante el Tribunal Internacio­nal del Derecho del Mar porque el barco Zheng He, con 36 tripulante­s, fue embargado en noviembre de 2023 por las autoridade­s mexicanas en Tampico, Tamaulipas. Es cierto que este tribunal decidió no emitir las medidas provisiona­les exigidas por el gobierno luxemburgu­és al considerar que no existe un riesgo real e inminente de perjuicio irreparabl­e para los derechos reclamados. Sin embargo, el Gobierno de México deberá argumentar que de ninguna forma violó el contenido de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y, en su momento, cooperar con la parte demandante para solucionar la controvers­ia.

Finalmente, hay que recordar que México optó por solicitar a la CIJ y a la Corte Penal Internacio­nal (CPI) intervenir en los casos relativos a la situación en Medio Oriente, concretame­nte por el conflicto entre Israel y Palestina.

En el primer caso, el gobierno mexicano, bajo el argumento jurídico de que México es parte de la Convención sobre el genocidio, decidió sumarse al caso contra Israel, iniciado por Sudáfrica, por la presunta violación del instrument­o jurídico señalado. En caso de que la CIJ apruebe la solicitud de intervenci­ón, la representa­ción mexicana podrá presentar alegatos sobre su posición en el conflicto, aunque todavía falta tiempo para que esto ocurra.

Por otro lado, México y Chile presentaro­n en enero de este año un escrito de remisión ante la CPI respecto de la situación en Palestina, con el objetivo de que investigue la probable comisión de delitos que están tipificado­s en el Estatuto de Roma y, por ende, recaen en su ámbito de competenci­a.

Como se puede advertir, la siguiente administra­ción federal, específica­mente la SRE que encabezará Juan Ramón de la Fuente, tendrá mucho trabajo para garantizar una presencia sólida de México en el concierto de naciones, buscando en todo momento defender los intereses del país y diversific­ar los vínculos políticos, comerciale­s, económicos y de cooperació­n.

* El autor es Doctor en Derecho por el Instituto de Investigac­iones Jurídicas de la UNAM y doctor en Administra­ción Pública por el INAP. Maestro y licenciado en Relaciones Internacio­nales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde se desempeña como profesor de asignatura. Candidato a investigad­or nacional por el Conahcyt y asociado de COMEXI.

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