Epilepsia, enfermedad poco común en felinos
La epilepsia en gatos es una enfermedad poco común que puede llegar a ser peligrosa, al estar relacionado con las consecuencias físicas que pueda tener un ataque, por lo que recomiendan tener precauciones, además de implementar medidas que impidan la aparición de brotes en la camada.
El médico veterinario de la Dirección de Protección Animal de Tampico, José Ángel Hernández, mencionó que esta se caracteriza por la presencia de convulsiones recurrentes provocadas por una actividad eléctrica anormal en el cerebro.
Comentó que normalmente la epilepsia en gatos puede ser de origen idiopático, lo que significa que no se conoce la causa exacta, o bien, puede ser secundaria a otras afecciones como tumores, infecciones, traumas o intoxicaciones.
“Regularmente nos llegan pacientes con epilepsias en gatos, las cuales se pueden confundir con alguna enfermedad congénita o transmisible de la madre o en algunos casos similares a la intoxicación alimentaria”, dijo.
El especialista explicó que este trastorno poco común en las mascotas suele manifestarse en gatos de cualquier edad, aunque es más común en gatos jóvenes y de mediana edad, quienes no cuentan con vacunas que ayuden a reducir el riesgo.
Agregó que los síntomas de la epilepsia en gatos pueden variar, pero generalmente incluyen las convulsiones, el cual es el más evidente, y pueden variar desde sacudidas leves hasta episodios de movimientos bruscos y descontrolados.
Además de la pérdida del conocimiento; el babeo excesivo; micción o defecación involuntaria así como cambios de comportamiento al mostrar signos de confusión, desorientación o ansiedad antes y después de los episodios.
José Ángel Hernández indicó que el tratamiento de la epilepsia en estos felinos generalmente tiene como objetivo controlar las convulsiones y mejorar la calidad de vida del animal.
Las opciones de tratamiento incluyen los medicamentos anticonvulsivos que se deben suministrar de manera regular y bajo estricta supervisión veterinaria, y el cambios en el estilo de vida, para ello se debe de mantener un entorno tranquilo y libre de estrés, sin olvidar el monitoreo regular de la mascota.