Racismo, clasismo y misoginia: la jornada electoral en México
El pasado domingo 2 de junio se llevó a cabo la jornada electoral en México. Éstos fueron los comicios más grandes en la historia de nuestro país; se celebraron las elecciones presidenciales, la renovación completa del Congreso de la Unión (500 diputadxs y 128 senadorxs), 8 gubernaturas, la Jefatura de Gobierno, además de la renovación de los congresos locales, presidencias municipales/alcaldías o ayuntamientos.
En total, este 2 de junio se eligieron más de 20 mil cargos (El Financiero, 2024) Pero, la elección no solo fue histórica por la cantidad de cargos elegidos, sino porque por primera vez en la historia, dos mujeres mostraban posibilidades reales de ganar la presidencia.
El resultado de la elección fue abrumador por decir lo menos. El partido oficialista consolidó siete de las nueve gubernaturas en juego, ganó la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, ganó 26 de 30 Congresos locales (La Jornada, 2024), y claro, ganó la presidencia de la República. Por el tinte político de izquierda asociado al partido vencedor Morena, los resultados se prestaron para evidenciar tres de los problemas que más daño generan en el tejido social de este país: el racismo, el clasismo y la misoginia.
Por respeto a las y los lectores, no repetiré en este espacio lo que muchas y muchos hemos leído y escuchado sobre las personas que votaron por el proyecto de Claudia Sheinbaum o de Morena.
Desde insinuaciones respecto a el “nivel de inteligencia”, el ingreso que se percibe, el conocimiento que tenían del propio proceso electoral, el nivel académico que tenían aquellos que votaron por Claudia, entre otros factores, fueron los discursos que predominaron entre la población que estaba en contra del triunfo de Sheinbaum y Morena.
Por otro lado, alusiones al presidente López Obrador, "Alito" Moreno y Marko Cortés por haber sido los hombres que “colocaron” a las candidatas
Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez como posibles presidentas, abundaron.
En términos generales, hay aspectos positivos y negativos que rescatar de esta elección. Empecemos por los negativos: sin duda, la elección evidenció un profundo desconocimiento y rechazo a lo que la mayoría de la gente vive y experimenta en este país día con día; nos mostró que, para algunos, la democracia solo existe cuando los beneficia, y para otros, solo importa cuando el poder cambia de manos.
Pero, por otro lado, nos demostró que la pregunta “¿está México preparado para una mujer presidenta?” ni siquiera necesitaba respuesta, porque no vamos a preguntar si están listos para que las mujeres ocupemos los puestos y espacios de toma de decisiones en nuestras manos. Nos demostró que el voto es el ejercicio cívico más importante, pero no el único para involucrarnos en la vida política de nuestro país.
Hoy nos toca caminar a todos un nuevo México. Procuremos que al hacerlo, dejemos marcas que construyan y aporten, porque el país que queremos no nos lo va a dar ni Claudia, ni Xóchitl ni Máynez. Lo hacemos nosotrxs, todos los días.