CON LA ILUSIÓN INTACTA
EL AMÉRICA VOLVERÁ A LOS ENTRENAMIENTOS ESTE DÍA, PREVIO AL CHOQUE ANTE SANTOS LAGUNA
El aeropuerto internacional de la Ciudad de México se
convirtió en un Nido de Águilas. América arribó desde Nueva Inglaterra, luego de poner un pie en las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf y eso fue motivo para que un centenar de aficionados llegara a recibirlos afectuosamente.
La terminal aérea se pintó de azulcrema desde pasadas las 14 horas. Distinto a lo que siempre sucede con los vuelos privados del campeón, la gente pudo acercarse a sus ídolos y mostrarles esa ilusión que se mantiene e incrementa con el pasar de los encuentros. El vuelo proveniente de los Estados Unidos aterrizó y los aficionados se alistaron para recibir a sus héroes. Muchos se escuchaban indecisos, sabían que iba a ser poco probable que pudieran obtener las fotografías y autógrafos de todos los futbolistas, por eso comenzaron a planear la forma en la que buscarían el anhelado recuerdo.
“Yo me voy con Henry y tú con Diego Valdés”, se escuchó de un lado, mientras el otro le contestó “estás loco, yo voy con Henry, tú agarra a los demás”, se rumoró. La planeación fue todo un fracaso, los jugadores comenzaron a salir cerca de las 15 horas con un destino claro, la salida rumbo a los taxis.
El primero en salir fue Diego Valdés. El andino se notó concentrado, con su gorra puesta y con un drible perfecto para evitar que los seguidores se tomaran una foto. Uno que otro suertudo logró llevarse la imagen con el hombre que mueve los hilos de la ofensiva americanista.
Néstor Araujo aprovechó que todos se fueron sobre Valdés, para salir sin ningún problema rumbo al estacionamiento. Misma acción que efectuó Santiago Baños, el presidente deportivo americanista ni siquiera volteó a ver a los seguidores.
La avalancha de jugadores comenzó con Cristian Calderón, Luis Fuentes, Ramón Juárez y Javairo Dilrosun. Todos fueron abordados por la gente. Los jugadores quedaron sorprendidos por la forma en la que fueron recibidos, no esperaban a tantos seguidores y comenzaron a regalar autógrafos con un plumón que el neerlandés se llevó sin querer.
Las sonrisas fueron totales. “Gracias, gracias”, decía Ramón, mientras el Chicote sonrió al escuchar la pregunta del por qué no besó el escudo. El ex del Guadalajara continuó con las firmas sin darle importancia a la cuestión. Richard Sánchez, Sebastián Cáceres y Jonathan dos Santos continuaron. Los sudamericanos prefirieron no dar autógrafos, sólo se limitaron a detenerse por alguna foto con niños o damas, pero los hombres se quedaron con las ganas. Jona fue de los que más tardó en salir del aeropuerto. El menor de los hijos de Zizinho agradeció el tiempo de la gente y firmó hasta la última playera que le acercaron. Incluso, mandó varios saludos a sus fans en videos y se fue sonriente, como siempre.
André Jardine partió plaza como torero. El entrenador del América se ha convertido en uno de los más queridos del plantel y por eso la gente se encimó para lograr tener una muestra de que estuvieron cerca del máximo responsable de la 14. El técnico hizo lo mismo que Jona, soportó
empujones, muestras de cariño y hasta uno que otro jalón, siempre se mantuvo tranquilo y sonriente. Después de poco más de 15 minutos, logró abandonar el inmueble sin ningún problema.
Brian Rodríguez, Kevin Álvarez, Álvaro Fidalgo y Luis Ángel Malagón fueron los más perseguidos. El uruguayo ensayo formas de quitarse a los rivales con la gente, sólo si algún seguidor estaba en su camino se detenía, pero no tardó mucho. Los mexicanos sí aceptaron el apapacho. El arquero fue uno de los más reconocidos por sus últimas actuaciones, mientras que los demás le pedían a Kevin que recuperara el nivel. Fidalgo, centrado, caminó con tranquilidad y aplaudió a los presentes.
La tranquilidad llegó durante unos segundos, pero todavía hacían falta jugadores. Igor Lichnovsky fuer de los que salió mientras la gente regresaba de los que salieron en bloque. Pocos pudieron charlar con él, mismo caso de Israel Reyes. La estrella del plantel salió y saturó el aeropuerto. Henry Martín sonrió al ver que todos se unieron en un grito “¡Henry, Henry!”, se escuchó mientras daba los primeros pasos fuera de migración. El capitán de la parvada firmó cuanto pudo y se sacó fotos con todos, pero llegó un momento en que más de 70 personas lo rodearon. Alejandro Zendejas fue el último en salir, sin causar tanto alboroto como Henry, aceleró rumbo al transporte. Así vivió América su regreso a casa, la gente continúa ilusionada con el campeón mexicano, que poco a poco apunta a un doblete.