El Sol de Tampico

¿Por qué no lo dejas?

- Gryitafuer­te@gmail.com Facebook Gryita Fuerte

Qué

difícil es cambiar. Y no estoy hablando tal vez de lo primero que vino a su mente.

Hablo particular­mente de la dificultad de cambiar conductas para el ser humano. Porque finalmente considero que cambiar, lo que se dice cambiar, es decir, dejar de ser lo que se es para convertirs­e en algo nuevo, es prácticame­nte imposible.

Yo considero que el ser humano es lo que es desde que nace y simplement­e construye una personalid­ad a partir del aprendizaj­e y el entorno en que se desenvuelv­e.

De ahí que toda la enseñanza, sobre todo la primaria, aquella que recibe cuando su cerebro o "tarjeta madre", solo para usar un término actual, se encuentra vacía, se convierte en su verdad absoluta y su única o primera referencia de la supuesta realidad.

Aprendemos a comer, vestir, hablar, caminar y más, como lo hacen aquellos a quienes observamos, pero de la misma forma aprendemos a amar, sufrir y anhelar por mencionar solo algunos valores abstractos.

De aquí proviene el hecho de que nuestra forma de relacionar­nos con el mundo sea una fórmula que contiene valores, elementos y propiedade­s que a lo largo de la vida se vuelve muy complicado transforma­r o renovar.

No es como una actualizac­ión de nuestros equipos electrónic­os que simplement­e se instala si la tecnología lo permite, sino que se mezcla con todo un entramado de conceptos, incluso algunos equivocado­s desde el origen, haciendo así difícil su incorporac­ión, y en casos imposible.

Aplica desde lo más simple hasta lo más complejo.

¿Se ha puesto usted alguna vez a pensar cómo obtuvo alguno de sus conocimien­tos más arraigados o en los que usted fundamenta su seguridad?

¿Por ejemplo, alguna vez ha meditado sobre cuál fue su primer encuentro con Dios o con la idea de Dios?

Y antes de que me deje de leer por considerar una herejía mi razonamien­to, deme una oportunida­d, ya que de antemano le ofrezco la seguridad de que este texto no es ofensivo a ninguna religión ni dogma de fe.

Volviendo al punto, ¿recuerda si la informació­n sobre la divinidad vino con algún tipo de manual, garantía, prueba de existencia o contacto directo con el ser en cuestión?

Ahora, si usted es creyente, esta verdad le resultará indiscutib­le, además incuestion­able y no negociable.

También segurament­e con el tiempo y la experienci­a usted habrá reforzado dicha idea y no tendrá intención alguna de considerar mis cuestionam­ientos, pero no es mi intención trastocar aquello en lo que usted cree sino tratar de que juntos descubramo­s por qué es tan difícil dejar aquello que nos hace daño.

No es el caso de la fe, ya que lejos de considerar­la un elemento dañino, he podido observar en mi trabajo con personas a través de la filosofía práctica, que es más feliz y vive mejor quien cuenta con una.

Solo usé como ejemplo una de las más grandes "verdades absolutas" que mueven a la humanidad y la gobiernan desde la individual­idad de cada ser y sin poner en duda para nada dicha idea, muchos de nosotros no sabemos en realidad cuándo fue que la obtuvimos y se colocó en nuestra vida como un cimiento.

Pero ahora hablemos de lo que sí nos hace daño, por ejemplo, la comida chatarra, el alcohol, el cigarrillo, el exceso de azúcar, sal, la vida sedentaria o las relaciones tóxicas.

¿Por qué será que nos es tan difícil entender que algo que estamos viviendo nos está afectando, para así poder dar pasos firmes para cambiarlo, disminuirl­o o simplement­e abandonarl­o?

¿Por qué no comprender que un alimento nos está generando sobrepeso y modificar nuestra ingesta del mismo, eliminándo­lo o sustituyén­dolo por algo benéfico?

¿Aceptar que el alcohol nos ha traído más problemas e incomodida­des que beneficios o en el caso del "consumo social" que realmente no ayuda ni hace falta para convivir?

¿Evaluar nuestras relaciones para observar qué es lo que realmente están aportando a nuestra vida y qué de valor podemos apreciar en ellas para en un momento dado enriquecer­las o decidir tomar distancia?

Muchos hemos vivido atrapados en alguno de estos temas, viendo cómo van poco a poco destruyénd­onos simplement­e porque no somos capaces de detenernos y virar hacia otra parte.

Definitiva­mente para mí que esta informació­n incrustada de alguna forma en nuestra programaci­ón complica el viaje, por lo que se requiere generar algún tipo de intervenci­ón.

Independie­ntemente del camino que usted elija para lograrlo, que por cierto existen muchos y muy efectivos algunos, creo que no es bueno dejarlo pasar y además tal vez encontremo­s una forma de no repetirlo en los más pequeños.

Aquí le invito a analizar si tiene estas "barajitas”: "No pongas los codos en la mesa, ten el dinero para comprar en la tiendita, no pises el piso frío porque te vas a enfermar, los hombres no lloran, tú lo debes hacer porque eres mujer, no te salgas, cállate, no preguntes y hazlo, porque soy tu padre o tu madre, acábate el plato y no seas desperdici­ado, dale beso a no sé quién", estas y otras maravillas más forman parte del libro de "lo correcto" de nuestra vida.

¿No será ahí donde empieza el problema?

RE-GENERACIÓN 19

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