El Sol de Puebla

Con la mira en la pista de Querétaro

mexicano cumplió con las expectativ­as, aunque querían una mejor posición tras finalizar en el décimo tercer escalón del triatlón mixto que se disputó en el puente Alejandro III dentro de los Juegos Olímpicos de París.

La cuarteta mexicana, además de Grajales, estuvo conformada por Aram Peñaflor, Lizeth Rueda, y Rosa Tapia, quienes realizaron un tiempo de 1:29:20.

“Siempre vas a querer más. Obviamente, así quedes segundo, tercero, cuarto o quinto, así quedes en el lugar que quedes, siempre vas a querer más como atleta de alto rendimient­o, pero al final, yo creo que, tanto en la individual como en los relevos, realmente lo dimos todo y nadie se guardó nada”, dijo.

“Mis compañeros hicieron un gran trabajo. Todos hicimos un gran trabajo. Creo que la primera vez que nos emocionamo­s como atletas y como país, como entrenador­es, que estuvimos muy cerca y en la pelea. Ahí me tocó una parte que también estuvo bastante dura y siento un poco de pena por mis compañeros, que estábamos en muy buena posición y, bueno, al final también se puso muy dura la parte del ciclismo, yo ya no pude aguantar el ritmo que se llevaba, siento un poco de pena, pero, al final, se hace lo que se puede”.

El veracruzan­o rechazó que les haya afectado el no haber entrenado en el río Sena ni sábado ni domingo, debido a los altos niveles de contaminac­ión.

“Esa parte no nos afectó. Estábamos más preocupado­s por la corriente, que teníamos que nadar bastante bien, porque si no tenías una buena técnica, una buena estrategia en el agua, llevaba mucha corriente, tenemos que estar más enfocados en eso que en la contaminac­ión.

“Un poco sabíamos que a lo mejor eso podía pasar, de que se cancelaban las prácticas de natación por proteger al atleta, de que no nos fuéramos a enfermar antes de la carrera, pero realmente eso no afectó. Y al final también eso es para todos”. El experiment­ado triatleta apuntó que lo importante es que hay nuevos valores

TRIATLETA MÉXICO mexicanos con mucha calidad que pueden trascender a nivel internacio­nal “vienen generacion­es muy fuertes y muy duras y hoy solo puedo decir que estoy contento de poder aportar de alguna u otra forma a estas generacion­es, que la verdad los veo fuertísimo­s”.

Por último, señaló que “vienen todavía atrás de nosotros generacion­es muy buenas, que las vamos a ver en un futuro. Y muy contento por eso, de poder transmitir lo que llevamos en los años. Y eso, tratar de dejarles lo mejor posible, las mejores armas para estas carreras”.

HO Speed Racing se encuentra orgulloso por estar en el primer lugar del estado del campeonato de la categoría Challenge con 230 puntos y afirmó lo dará todo en la pista de Querétaro para seguir en la punta y tener la oportunida­d de ser el ganador de la temporada regular, cuando faltan dos fechas de la final de temporada.

“Muy emocionado de llegar al autódromo en Querétaro, vamos muy bien en el campeonato, hemos hecho excelente labor en la pista, ya sumamos nuestro quinto podio consecutiv­o, hay que ir con mucha inteligenc­ia para seguir acumulando buenos puntos, y amarrar el campeonato en la temporada regular, estoy muy agradecido con todo el equipo. Ganamos en San Luis, pero aun así tuvimos varios detalles en el auto, los cuales vamos a corregir para la carrera de Querétaro. Estamos seguros que la competenci­a se va ir poniendo más difícil y esto hace que trabajemos mucho más”, finalizó De la Parra

Mientras tanto su compañero Giancarlo Vecchi, piloto del Ford #57 y Diego Ortiz, el joven piloto del Ford #11, se mantienen muy optimistas y con mucha determinac­ión para lograr la victoria en las dos próximas carreras y meterse a los playoffs.

PILOTO NASCAR

Minutos antes de superarse a sí mismo con su salto de 6.25 metros, Armand Duplantis había asegurado la medalla de oro en el salto con pértiga de los Juegos Olímpicos de París 2024 y había roto el récord olímpico.

Cuando finalmente Mondo quedó como el único capaz de súper los 6 metros, la competenci­a fue contra él. El sueco apuró su salto de 6.10 con el que aseguró el oro, y luego anunció que buscaría la frontera de los 6.25 metros, es decir, apenas un centímetro por encima de su mejor marca.

Cuando se ponen en la lista, con la garrocha en la mano, levanta los brazos para pedir el apoyo. La gente les responde con aplausos, como si fueran vitamina. Los gritos crecen a medida en la que el atleta se acerca a toda velocidad a la colchoneta. El estruendo acompaña el desenlace del salto, si no hay suerte el estadio entero emite un lamento seguro del aplauso para reconocer el esfuerzo.

Mondo falló sus primeros dos intentos por pequeños detalles. Su cuerpo superó sin problemas la varilla, pero sus manos, en un movimiento busco, la tiraron.

Para quien conoce a Mondo y sus alcances, no es raro pensar que el atleta está reservando su mejor salto para el final, la tercera oportunida­d, por tanto la última. Entonces viene su intento y Duplantis los supera sin problema. La técnica es perfecta, con las manos recogidas, el cuerpo arqueado, y una altura que parece ir sobrada para decirnos que esto no acaba acá, que el oro en París es la continuaci­ón de la medalla de oro en Tokio, y así, hasta el infinito. Ya enfundado en la bandera de su país, Mondo dio la vuelta olímpica. A su lado van el norteameri­cano Sam Kendricks y el griego Karalis, dueños de la plata y el bronce con registros de 5.95 y 5.90.