Del archivo de Raqui
A finales de la década de los años setentas existió un personaje que en aquellos tiempos solo se les conocía como “Robachicos”, el cual era buscado por las policías judiciales, estatales y municipal, pues llegó a ser considerado un peligro para la sociedad poblana.
En las investigaciones para localizarlo se pudo saber que el sujeto era una persona que vivía a nivel de calle y que era adicto al alcohol, debido a estas circunstancias era imposible ubicarlo, pues a diario cambiaba de lugar.
NEGRO HISTORIAL
En la entonces Procuraduría del Estado se encontraban al menos tres denuncias de menores que habían desaparecido de sus domicilios sin motivo alguno, dos niños y una niña de nueve y diez años de edad.
Tiempo después, por una llamada anónima se pudo saber en la policía judicial que vecinos de la colonia Xonaca habían encontrado restos humanos apenas cubiertos por un poco de tierra en la esquina de la 34 Norte y boulevard Xonaca.
Al llegar al sitio indicado, los peritos de la procuraduría del Estado y después de la revisión ocular, llegaron a la conclusión de que se trataba de la niña desaparecida.
LAS ALARMAS SE ENCENDIERON
No había duda que los poblanos se encontraban ante un asesino serial de infantes, ya que unos meses después del hallazgo de la niña, a inicios de los años ochenta, en los terrenos de la antigua estación del ferrocarril, en la 11 Norte y 10 Poniente, fue localizado el cuerpo de uno de los niños, se trataba de un “bolerito” de 10 años de edad.
Al parecer el asesino pretendía quemarlo para que no pudiera ser identificado, pese a todo el menor fue reconocido por su señora madre. De los dos cuerpos encontrados se confirmó que fueron abusados sexualmente. Del tercer niño hasta esas fechas la policía no dio ninguna declaración al respecto
ATRAPADO Y SIN SALIDA
Finalmente, el 12 de mayo de 1981 fue arrestado el infanticida, siendo identificado como José de la Luz Sánchez, (a) “La Pequinesa”, quien fue internado en el penal de San Juan de Dios para pagar una condena de 28 años, por los delitos de homicidio calificado, violación, vagancia y mal vivencia.
Debido a la gravedad de sus delitos, fue segregado de la población del penal, ya que por sus desviaciones sexuales e instintos criminales infantiles, no era tolerado ni por sus propios “compañeros”.