Temen a protestas más que a narcos
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CULIACÁN. Cada vez que el presidente Andrés Manuel López Obrador visita Sinaloa —cuna de algunos de los líders criminales más poderosos peligrosos del país— , la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) realiza todo un despliegue de inteligencia y logística por el recorrido del jefe del Ejecutivo federal para identificar las zonas controladas por el crimen organizado y las posibles manifestaciones sociales, señalan documentos confidenciales hackeados por el colectivo Guacamaya.
Este viernes 15 de marzo, López Obrador visitará nuevamente Sinaloa, cuna de líderes del Cártel de Sinaloa, como Joaquín El Chapo Guzmán, los Beltrán Leyva y Caro Quintero, así como los Esparragoza, para revisar los avances del IMSSBienestar. Será su tercera visita en 2024. En noviembre pasado, pisó Culiacán y Badiraguato, en donde inauguró la carretera a Parral, Chihuahua. Con esta visita, suman seis en total al municipio
Según los archivos, la inteligencia militar no da paso sin revisar todas las eventualidades, como en la visita del 26 de agosto de 2022, en la que acudió a Mazatlán y a la supervisión de la presa Picachos, en Concordia, municipio controladospor El Números o El 40, jefe de la plaza del Cártel de Sinaloa, Óscar Martínez Larios, El Casco, y Diego Ramírez Pérez, El Pecas. Sin embargo, no eran estos delincuentes los señalados como “puntos críticos y de riesgo”, sino las manifestaciones de familias desplazadas por la violencia que demandaban vivienda y programas sociales, contra los que se montó un plan para vitar que detuvieran la caravana presidencial.