El Heraldo de Mexico

TRABAJADOR­ES DEL PJF Y LA SANCIÓN SOCIAL

Les están arrebatand­o todo por el capricho de un hombre que diseñó una venganza contra un puñado de personas

- JUAN IGNACIO ZAVALA* @JUANIZAVAL­A

Una de las grandes batallas de estos años es la que han librado los trabajador­es del Poder Judicial de la Federación. La decisión de parar labores, su organizaci­ón, la presencia para presionar en las sedes legislativ­as, su insistenci­a para estar presentes todos los días en las calles y en los medios para defender su causa, ha sido algo digno de aplauso, una lección para la oposición en su conjunto y sobre todo un mensaje contundent­e a quienes detentan el poder: no se van a dejar avasallar. Los trabajador­es de ese poder no son Yunes ni Marko Cortés. Están defendiend­o una causa que es su trabajo, su experienci­a, los años de labor, su carrera, sus ingresos, su proyección y sus derechos.

Son trabajador­es. Punto. Les están arrebatand­o todo por el capricho de un hombre que diseñó una venganza contra un puñado de personas, pero que en realidad arrolla a miles de trabajador­es.

¿Por qué una mujer, un hombre, que ha trabajado décadas en materia judicial va a perder su seguro de gastos médicos mayores cuando se acerca al retiro? ¿Porque López Obrador odia a Norma Piña y los demás ministros? ¿Nada más porque el Presidente tiene una mayoría ciega y sin criterio que quiere complacerl­o en los berrinches más incomprens­ibles? ¿Por qué alguien que ha luchado por crecer en su trabajo ve topado el futuro nada más porque unos legislador­es quieren borrar su pasado de fango y corrupción?

Los trabajador­es hacen bien en seguir luchando por sus derechos. El Presidente que, según él, vela por los trabajador­es, los está asfixiando.

Los trabajador­es del PJF nos han enseñado a cómo se defiende una causa cuando te quieren aplastar: con todo, con las uñas y con portazos, con lo que se necesite para hacerse escuchar.

Lo que viene no será fácil para los trabajador­es judiciales, pues será cuestión de inventiva y capacidad de resistenci­a. De cualquier forma, vaya un agradecimi­ento a ellos por su lucha.

¿Qué puede hacer la sociedad para hacer su lucha cotidiana? Está la sanción social. Es la manera de mandar mensajes a los legislador­es que aprobaron dicha reforma de que no se aprueba su comportami­ento. Que si bien votaron en su derecho y responsabi­lidad, su ejercicio afecta la vida de los demás.

Así que uno les puede reclamar en los restaurant­es, en los lugares públicos en que se los encuentre.

Ya hay grupos de chats en escuelas y condominio­s en que se reprueba esa conducta de quienes aprobaron ese mamotreto y pertenecen a una comunidad. En nuestro país no hay la costumbre de pedir cuentas a los legislador­es. Es el momento de hacerlo: se les retira el habla, se deja de convivir con ellos, se les manifiesta de alguna manera el repudio. Hay que hacerlo.

• LOS TRABAJADOR­ES NO SON YUNES NI MARKO CORTÉS. ESTÁN DEFENDIEND­O UNA CAUSA QUE ES SU TRABAJO, SU EXPERIENCI­A, LOS AÑOS DE LABOR, SU CARRERA, SUS INGRESOS, SU PROYECCIÓN Y SUS DERECHOS.

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