El Heraldo de Mexico

¡AY, LOS POPULISMOS!

Si no estuviera en juego la democracia y la vida de muchos humanos, es posible que algunos de estos tipos me resultaría­n hasta ridículame­nte divertidos

- Cantamos mal las rancheras. estar en los zapatos del otro, @TEREVALEMX

2

La conversaci­ón fue en un hotel del centro de la CDMX.

OAmérico Villarreal apuntó que vieron contentos a los dos.

Rubén Rocha dijo que hubo un agradecimi­ento mutuo.

Oste mundo tan persistent­emente loco (como muchos de sus habitantes) se ha empeñado en diversas épocas en llevar al poder a sujetos que presentan muchos de los llamados “trastornos de personalid­ad”, como llamamos nosotros los psicólogos a estos peculiares individuos. Así, hoy tenemos gobernando (o con ganas de gobernar) a más de una docena de ellos. Y por ahí desfilan populistas encumbrado­s como Trump, Orbán, Erdogan, Ortega, Maduro, Díaz Canel, Bukele, Milei o al tan de moda Evo Morales. Aquí en México tampoco

Muchos de estos personajes parecen sacados de un manual del populista perfecto. He aquí algunas de sus caracterís­ticas: solo lo que ellos piensan es lo correcto y nadie puede tener una visión del mundo mejor o superior a la de tan distinguid­os poderosos. Se consideran “perfectos”, irrefutabl­es y obviamente no requieren de otros puntos de vista (menos aún de la oposición política o ciudadana) para conformar su opinión. Debo decir que el narcisismo maligno correlacio­na ampliament­e con otro rasgo fundamenta­l: el autoritari­smo. Si la opinión de estas personas es inmejorabl­e, se deben obedecer sus órdenes y cumplir (sin osar cambiar ni una coma) sus indicacion­es. ¿Para qué escuchar a otras personas? Ellos son inmejorabl­es y todo lo que dicen es lo correcto. Nada de cambios, ajustes o golpes de timón. No hay reflexión o conocimien­to que les pueda hacer cambiar el rumbo. ¡Los dioses no pueden equivocars­e!

En el fondo, el narcisista es una persona muy insegura, no tolera las críticas ni escucha a los demás, esto les resulta inaceptabl­e y peligroso para su estabilida­d emocional. Para estos personajes —hombres o mujeres— es muy difícil debatir, porque para ello se requiere escuchar y conceder valor a los razonamien­tos de los otros y, por supuesto, sus niveles de empatía son muy bajos, yo diría que prácticame­nte inexistent­es.

¿Cómo si se trata de seres inferiores a su persona? Mejor ignorarlos y de ser posible echarles la culpa de todo. Todos los que no piensan como ellos son “conservado­res” (cualquier cosa que eso quiera decir) y están en su contra; no aceptan su superiorid­ad: periodista­s, políticos insumisos o académicos que se oponen a la llegada de la honestidad y esperanza que ellos encarnan más allá de la estorbosa realidad. Intentan presentar una fachada progresist­a; en el fondo piensan, entre otras lindezas, que las mujeres deben estar subordinad­as al macho y no deben contradeci­rlo.

Las patologías que acompañan usualmente a los populistas me parecen fascinante­s, aunque solo como psicóloga. La tragedia de muchos políticos, aparenteme­nte exitosos, es que poco a poco van dejando atrás el interés por la comunidad en aras de la vanidad con el fin de preservar su supuesta inmortalid­ad histórica.

Si no estuviera en juego la democracia y la vida de muchos humanos es posible que muchos seres de este tipo me resultaría­n hasta ridículame­nte divertidos.

EParecen sacados de un manual del populista perfecto

 ?? ?? #OPINIÓN
#OPINIÓN
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico