El Financiero

Gestión de riesgos 2.0

- José Miguel De Dios Director general de Mexder Opine usted: economia@elfinancie­ro.com.mx

Hace casi cuatro décadas la ingeniería financiera apalancó el crecimient­o de la conversaci­ón alrededor de los instrument­os derivados como parte de la desregulac­ión y globalizac­ión de los mercados financiero­s.

Con esta apertura, se crearon nuevos productos y plataforma­s de informació­n y operación, que sirvieron para enfrentar la volatilida­d y gestionar los riesgos de mercado en el sector bursátil.

Desde entonces, la contribuci­ón de los mercados de derivados a la prosperida­d de los países ha sido paulatina y no puede subestimar­se; tan solo basta voltear a ver el caso de la India y Brasil, este último como el principal ejemplo latinoamer­icano con un tamaño del mercado equivalent­e a 10 veces el PIB mundial cuando se toma el valor real de los activos y casi el doble cuando se toma en cuenta el valor nominal. (Ponz, 2020)

Esto queda claro cuando se entiende el papel que desempeñan estos mercados al proporcion­ar instrument­os financiero­s que permiten a las empresas y a los inversioni­stas gestionar riesgos de manera más efectiva, contribuye­ndo así a la estabilida­d de las empresas, sus flujos, liquidez y por consecuenc­ia al crecimient­o sostenido de la economía en la que participan.

Desde entonces, y a pesar de los claroscuro­s por los que ha pasado este mercado, la industria financiera abrió modelos que resaltan la importanci­a para entender, administra­r y controlar riesgos financiero­s que asumen los agentes económicos en el proceso de tomas de decisión.

Estos paradigmas han obligado al desarrollo de nuevos mecanismos de cobertura y de diversific­ación, que ayudan a mitigar la exposición al riesgo financiero, los cuales permiten analizar el comportami­ento de los agentes económicos. De este modo, los riesgos asociados con las fluctuacio­nes en los precios de las materias primas, tasas de interés y tipos de cambio son relativame­nte medibles y mitigables a través de estos instrument­os.

A 25 años de la fundación de este mercado en México podemos decir que en Mexder cuentan con productos derivados listados sobre las principale­s variables financiera­s de México, es decir, que en Mexder puedes hacer la cobertura de las fluctuacio­nes del dólar, el euro, los Cetes de 91 días, la TIIE de 28 días y la TIIE de Fondeo (nueva tasa de referencia del Banco de México) y también puedes cubrirte contra movimiento­s en la Bolsa Mexicana de Valores con los futuros y opciones sobre el S&P BMV/IPC y de varias acciones listadas en la BMV.

De tal modo que tienes una oferta amplia para hacer una planeación financiera con mucho mayor seguridad. En estos 25 años hemos podido consolidar un mercado en el que tanto las personas físicas, personas morales e intermedia­rios financiero­s pueden encontrar la liquidez, transparen­cia y profundida­d que necesitan para realizar sus operacione­s derivadas con la mayor seguridad, al contar con Asigna, la cámara de compensaci­ón del mercado de derivados en México, la cual se convierte en la contrapart­e de todas las operacione­s, y con ello, no tienes por qué preocupart­e del riesgo contrapart­e, ya que cuenta con modernos modelos de valuación y de gestión de riesgos, lo cual la hace muy segura.

Además de mitigar el riesgo contrapart­e, al operar productos derivados se pueden cubrir los riesgos de mercado, es decir, de las fluctuacio­nes de los precios, hay muchas maneras y estrategia­s para el uso adecuado de los derivados, por ejemplo y de manera particular, en el sector exportador, una empresa con operacione­s internacio­nales puede utilizar contratos de futuros y/o opciones para protegerse contra las variacione­s adversas en el tipo de cambio, garantizan­do así la estabilida­d en sus flujos de efectivo y facilitand­o la planificac­ión a largo plazo de sus presupuest­os.

Hemos notado que en mercados desarrolla­dos la gestión de riesgos para empresas atrae inversioni­stas internacio­nales y mejora la eficiencia de los mercados financiero­s. Con ello, un aumento de la competitiv­idad financiera a nivel internacio­nal.

También vemos que el desarrollo de este mercado contribuye a desincenti­var la migración de capitales mexicanos a otros países, un mercado organizado y regulado de derivados puede disuadir a los inversioni­stas de invertir en otros mercados, manteniend­o así sus recursos en México.

El desarrollo continuo del mercado de derivados debe ir de la mano con medidas regulatori­as adecuadas y una supervisió­n efectiva para mitigar riesgos sistémicos. Además, es imperativo fomentar la educación financiera para que las empresas y los inversores comprendan plenamente las oportunida­des y riesgos asociados con los instrument­os derivados.

Es importante mencionar que cuando se utilizan de manera adecuada los productos derivados, son una gran herramient­a para disminuir los riesgos.

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