LA DIETA Y LAS EMOCIONES
Las fluctuaciones de azúcar en sangre después de alimentarte desempeñan un papel importante en la ansiedad y la depresión, porque son en parte responsables de la conexión entre lo que comes y cómo te sientes
El proverbial ‘subidón de azúcar’ que sigue a la ingestión de un dulce es un ejemplo familiar de los efectos potencialmente positivos de la comida sobre el estado de ánimo.
Por otro lado, la sensación de ‘hambre’ -fenómeno en el que el hambre se manifiesta en forma de enfado o irritabilidad- ilustra cómo lo que comemos, o lo que no comemos, también puede provocar emociones negativas.
Las últimas investigaciones sugieren que las fluctuaciones de azúcar en sangre son en parte responsables de la conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos. A través de sus efectos sobre nuestras hormonas y nuestro sistema nervioso, los niveles de azúcar en sangre pueden ser el combustible de la ansiedad y la depresión.
La salud mental es compleja. Existen innumerables factores sociales, psicológicos y biológicos que, en última instancia, determinan la experiencia de cualquier persona. Sin embargo, numerosos ensayos controlados aleatorizados han demostrado que la dieta es un factor biológico que puede influir significativamente en el riesgo de sufrir síntomas de depresión y ansiedad, especialmente en las mujeres.
El papel del índice glucémico
Muchos de los ensayos controlados aleatorizados que han demostrado la relación entre la dieta y la salud mental han probado la dieta mediterránea o una versión ligeramente modificada de la misma. La dieta mediterránea se caracteriza por el consumo de muchas verduras -especialmente de hoja verde-, fruta, aceite de oliva, cereales integrales, legumbres y frutos secos, con pequeñas cantidades de pescado, carne y productos lácteos.
Uno de los muchos atributos de la dieta mediterránea que puede ser responsable de su efecto sobre el estado de ánimo es su bajo índice glucémico.
El índice glucémico es un sistema que clasifica los alimentos y las dietas según su potencial para aumentar el azúcar en sangre. Así, de acuerdo con la observación de que las fluctuaciones de azúcar en sangre afectan al estado de ánimo, las dietas con un índice glucémico alto que producen picos drásticos de azúcar en sangre se han asociado a un mayor riesgo de depresión y, en cierta medida, de ansiedad.
Los carbohidratos de alto índice glucémico incluyen el arroz blanco, el pan blanco, las galletas saladas y los productos de panadería. Por lo tanto, las dietas ricas en estos alimentos pueden aumentar el riesgo de depresión y ansiedad. Mientras tanto, los carbohidratos de bajo índice glucémico, como el arroz sancochado y la pasta al dente, que se absorben más lentamente y producen un menor pico de azúcar en sangre, se asocian a un menor riesgo.