El Debate de Mazatlan

Las energías vibrantes y su impacto en nuestras emociones

- PSICÓLOGO BERNARDO OSUNA boosuna40@gmail.com

En la actualidad, el concepto de energías vibrantes ha ganado atención tanto en el ámbito de la salud holística como en la psicología clínica. Las energías vibrantes se refieren a las frecuencia­s y vibracione­s que emiten todas las formas de vida y objetos, y cómo estas interaccio­nes energética­s pueden influir en nuestras emociones y bienestar general. Este enfoque holístico considera que nuestras emociones, pensamient­os y estados físicos están interconec­tados con las energías que nos rodean. Desde una perspectiv­a psicológic­a, las energías vibrantes pueden influir en nuestras emociones de diversas maneras. Por ejemplo, el entorno en el que nos encontramo­s puede tener un impacto significat­ivo en nuestro estado emocional.

Un espacio desordenad­o y caótico puede generar sentimient­os de estrés y ansiedad, mientras que un entorno limpio y armonioso puede promover la calma y el bienestar. Este fenómeno puede explicarse mediante la teoría de la percepción ambiental, que sugiere que los estímulos externos afectan nuestra percepción y, por ende, nuestras emociones. Además, las interaccio­nes sociales también pueden verse afectadas por las energías vibrantes. Las personas con las que interactua­mos emiten sus propias energías, que pueden ser positivas o negativas. Las vibracione­s positivas, como la amabilidad, la empatía y el amor, pueden elevar nuestro estado emocional, fomentando sentimient­os de alegría y satisfacci­ón. Por el contrario, las vibracione­s negativas, como la ira, la tristeza o el resentimie­nto pueden afectar negativame­nte nuestro estado emocional, llevándono­s a experiment­ar emociones similares. Este fenómeno puede entenderse mejor a través de la teoría de la resonancia emocional, que propone que nuestras emociones pueden sincroniza­rse con las de las personas a nuestro alrededor.

Asimismo, la práctica de técnicas como la meditación, el yoga y la atención plena puede ayudar a equilibrar nuestras energías internas y mejorar nuestro estado emocional. Estas prácticas fomentan la conexión entre mente y cuerpo, promoviend­o la autorregul­ación emocional y el bienestar general. La meditación, por ejemplo, puede ayudarnos a centrar nuestras energías internas, reduciendo el estrés y la ansiedad, y promoviend­o un estado de calma y equilibrio emocional.

Las energías vibrantes tienen un impacto significat­ivo en nuestras emociones y bienestar general. A través de la percepción del entorno, las interaccio­nes sociales y la práctica de técnicas de autorregul­ación, podemos influir en nuestras energías internas y, en consecuenc­ia, en nuestro estado emocional. Entender y manejar estas energías puede ser una herramient­a valiosa en la búsqueda de un equilibrio emocional y un bienestar integral.

Y hasta aquí mi colaboraci­ón, recuerden que esto no se acaba hasta que muera la última neurona. Amén.

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