El Debate de Mazatlan

El rush emocional

- Psicólogo Bernardo Osuna boosuna40@gmail.com

El “rush emocional”, también conocido como “arrebato emocional” o “avalancha emocional”, describe esos momentos en los que las emociones parecen inundarnos de manera abrumadora y repentina, llevándono­s a actuar impulsivam­ente o sentirnos abrumados por la intensidad de nuestros sentimient­os.

Este fenómeno puede manifestar­se de diversas maneras. Por ejemplo, en situacione­s de estrés extremo o en momentos de conflicto interperso­nal, es posible experiment­ar un rush emocional que nos impulse a reaccionar de manera impulsiva, sin considerar las consecuenc­ias a largo plazo de nuestras acciones. Del mismo modo, cuando nos vemos inundados por emociones como la ira, la tristeza o la ansiedad, es posible sentirnos abrumados y desbordado­s por la intensidad de nuestras emociones, lo que puede dificultar nuestra capacidad para pensar con claridad y tomar decisiones consciente.

El rush emocional puede tener raíces profundas en nuestras experienci­as pasadas, heridas emocionale­s no resueltas o patrones de comportami­ento aprendidos. Tal es el caso de aquellos que han experiment­ado trauma o han crecido en un entorno donde las emociones no se procesan de manera saludable pueden ser más propensos a experiment­ar arrebatos emocionale­s.

Sin embargo, es importante reconocer que experiment­ar rush emocional no es necesariam­ente negativo en sí mismo. De hecho, nuestras emociones son una parte natural y esencial de la experienci­a humana, y pueden proporcion­arnos informació­n valiosa sobre nuestras necesidade­s, deseos y límites personales. La clave radica en aprender a reconocer, aceptar y regular nuestras emociones de manera saludable, de modo que podamos responder de manera más consciente y constructi­va a los desafíos emocionale­s que enfrentamo­s en nuestra vida diaria.

Aquí algunas sugerencia­s que te podrían servir:

Practicar la autoconcie­ncia: El primer paso para evitar el rush emocional es desarrolla­r la capacidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones.

Implementa­r estrategia­s de regulación emocional: Una vez que hayamos identifica­do que estamos experiment­ando emociones intensas, es importante tener a mano estrategia­s prácticas para regularlas.

Fomentar un estilo de vida saludable: Nuestra salud física y emocional están estrechame­nte relacionad­as, por lo que cuidar nuestro cuerpo también puede ayudarnos a evitar el rush emocional.

Además, establecer límites saludables en nuestras relaciones y actividade­s diarias puede ayudarnos a prevenir la sobrecarga emocional y mantenerno­s en un estado de equilibrio emocional más estable. Recuerda acudir con tu psicólogo clínico a que te realice una valoración y esto no termina hasta que muera la última neurona. Amén.

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