LA MEJOR HERENCIA Virtudes y vicios (14). ¿Ojo por ojo?
PARA SABER. “El progreso humano no es automático... Cada paso hacia la meta de la justicia requiere sacrificio, sufrimiento y lucha” (Martin Luther King). La justicia no es fácil de obtener, pero indispensable para alcanzar la paz. Se le define como la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. Es la virtud del derecho, que trata de regular las relaciones entre las personas con equidad. Suele representarse con una mujer sosteniendo una balanza, pues su objetivo es “igualar las cuentas” entre los hombres.
PARA PENSAR
Se cuenta que mientras un hombre acusaba a su vecino frente a Alejandro Magno para que le hiciera justicia, éste lo escuchaba con un oído y se tapaba el otro. Al final, le preguntó por qué hacía eso. El gran conquistador respondió: “Es que el otro oído me lo guardo para escuchar al acusado”.
En efecto, la justicia exige escuchar las dos partes, “las dos campanas”. Los antiguos romanos usaban la frase: “Sea escuchada la otra parte”. San Josemaría Escrivá solía decir que para tener una idea completa de la situación hay que “oír las dos campanas y al campanero”. Pensemos si sabemos escuchar a todas las partes.
PARA VIVIR
Decía Albert Einstein que en cuestiones de justicia, tratándose de personas, no hay problemas grandes y pequeños, todas tienen la misma dignidad. Pero no basta la justicia, porque sucedería como decía Gandhi: “Ojo por ojo, y el mundo acabará ciego”. Es necesario también de la benevolencia, el respeto, la gratitud, la afabilidad, la honestidad… La justicia es fundamental para la convivencia pacífica: un mundo sin leyes parecería una jungla con la ley del más fuerte. Sin justicia no hay paz. También se ha de vivir en lo particular: con el cónyuge, los hijos, los amigos… Establece relaciones sinceras, evitando la mentira, el falso testimonio, las medias verdades o los engaños. La persona justa es recta, sencilla y directa, no usa máscaras, dice la verdad. Seamos justos, dice el Papa Francisco, y esto nos hará felices.