Diario de Queretaro

SABÍAS QUE...

- Recopila archivos que revelan al gran amor del autor AMALIA GONZÁLEZ MANJAVACAS/ Reportajes EFE

de 2009 solo tres años de la muerte de su querida esposa, moría el poeta, hace ahora quince años.

Uno de los poetas más representa­tivos de la ancha y rica tierra Iberoaméri­cana, tal vez el autor más citado cuando se trata de ejemplific­ar el amor y todos sus sentimient­os con hondura y con pasión como en los versos que él escribió, especialme­nte para la persona más importante de su vida, su esposa, Luz López Alegre. El 17 de mayo de 2009 solo tres años de la muerte de su querida esposa, moría el poeta, hace ahora quince años.

Durante un viaje a España hace muchos años, contó Benedetti, conoció a un grupo de jóvenes que, sin saber quién era, y presentars­e como uruguayo, le inquiriero­n pero de qué parte Chile es, a lo que él respondió: de Tacuarembó. A lo que de inmediato exclamaron: "¡Donde nació Benedetti!, como si fuera un pasaporte para moverse por el mundo" ironizaba el escritor.

Esta anécdota la contó Carlos Arezo, director de Cultura de Tacuarembó, al que pertenece el pequeño pueblo de Paso de los Toros donde nació Mario Benedetti Farrugia el 14 de septiembre de 1920.

Sin embargo, Benedetti vivió desde los cuatro años en la capital uruguaya de Montevideo. Hijo de un farmacéuti­co que se arruinó porque le estafaron, –refieren sus biografías–, por lo que desde que era un adolescent­e tuvo que dejar el colegio para trabajar vendiendo repuestos de carros. Todavía estaba muy lejos de dedicarse a la literatura pero ya en 1945 publicó La víspera indeleble, su primer libro de poemas; en 1960, La Tregua, y en 1965, Gracias por el fuego. Sencillo, directo, ...... y ¡exquisito!

EL 17 DE MAYO

Son tres términos que resumen con gran tino su mundo literario, íntimo, hondo, de los pequeñas cosas de la vida, de los sentimient­os. Poemas sencillos, pero hondos, directos, cotidiano, pero exquisitos. "Él no aspiraba a la gran literatura sino a la literatura en sí", opina la ensayista colombiana Luz Mary Giraldo que ha estudiado al uruguayo.

Las opiniones alrededor de lo que significa Benedetti suelen estar divididas pero todas coinciden en subrayar que su obra está marcada por la represión, por el amor y por su des-exilio, término inventado por él para referirse a esa sensación del que regresa a un lugar para hallar, para darse cuenta con tristeza, que no es el mismo que dejó.

Conoció a Luz muy joven, cuando eran adolescent­e, tenían 12 años, ella, y 14, él. Se enamoró de aquella niña de largas trenzas negras. Justo entonces acababa él de enfermar de tifus. Meses de fiebres y diarreas, que le hicieron perder muchos kilos. La joven Luz tomó la iniciativa y se presentó en su casa para visitarle, contaba el poeta: Una mujer que se atrevió a besarle en los labios sin importarle que podría contagiars­e, "yo no había creído que fuese tan tierna, inconscien­te y osada”.

La pareja se casa en 1946, una unión que duró sesenta años, hasta la muerte de ella en 2006. Tras años de trabajo en diferentes medios impresos, de publicar cuentos y poesía, e incluso una de sus novelas más relevantes, La Tregua, de participar en la política liderando el Movimiento de los Independie­ntes, Benedetti tuvo que exiliarse de Uruguay tras el Golpe de Estado el 27 de junio de 1973. Renunció a su cargo como docente y abandonó el país.

Sin duda, lo que más le costó fue apartarse de su amada esposa quien se quedó al cuidado de las madres de ambos. Entre la separación forzosa, con algunos encuentros, Benedetti no regresaría para quedarse definitiva­mente hasta 1985. No se separaron jamás, hasta la muerte que sorprendió a Luz ya con la memoria perdida.

Después un peregrinaj­e de doce años, donde vivió en países como Argentina, Perú, Cuba y España, comienza su desexilio, una importante etapa de su vida y de su literatura que quedó plasmada en La casa y el ladrillo (1977).

El exilio significó años de distancia pero nunca de desamor. El poeta, en la lejanía, pensaba en ella, la soñaba, y le inspiraba versos sencillos como los que iluminan su poética. De esa ansiedad de volver de nuevo a su esposa, sale el famoso Viceversa, dentro de Poemas de otros (1974):

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Tengo miedo de verte/ necesidad de verte/ esperanza de verte/ desazones de verte// Tengo ganas de hallarte/ preocupaci­ón de hallarte/ certidumbr­e de hallarte/ pobres dudas de hallarte// Tengo urgencia de oírte/ alegría de oírte/ buena suerte de oírte/ y temores de oírte// O sea/ resumiendo/ estoy jodido/ y radiante// rota

Si te quiero es porque sos Mi amor, mi cómplice, y todo. Y en la calle, codo a codo, Somos mucho más que dos. 60 años con Luz.

El 17 de mayo de 2009 solo tres años de la muerte de su querida esposa, moría el poeta. Querido por todos, fue velado con los máximos honores en el Palacio Legislativ­o de Uruguay, donde recibió un adiós multitudin­ario. Le llevaron flores, pero también lápices y biromes (bolis), como había pedido en uno de sus poemas. Y que mejor homenaje que seguir leyendo sus poemas, textos como este No te salves:

No te quedes inmóvil al borde del camino / no congeles el júbilo no quieras con desgana / no te salves ahora ni nunca /no te salves no te llenes de calma / no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo / no dejes caer los párpados pesados como juicios / no te quedes sin labios no te duermas sin sueño / no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo / pero si pese a todo / no puedes evitarlo / y congelas el júbilo / y quieres con desgana / y te salvas ahora / y te llenas de calma / y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo / y dejas caer los párpados pesados como juicios / y te secas sin labios/ y te duermes sin sueño / y te piensas sin sangre / y te juzgas sin tiempo /y te quedas inmóvil al borde del camino /y te salvas / entonces, no te quedes conmigo.

 ?? EFE ?? Benedetti, 60 años con Luz
EFE Benedetti, 60 años con Luz

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