Diario de Queretaro

RÓTULOS UNIÓN

- Se compone

mental por el mensaje en concreto que se busca transmitir sin dar espacio a otras interpreta­ciones; dibujo, el cual nace como complement­o del mensaje pero también para atraer la atención de posibles compradore­s; color, también importante para captar el interés de los que transitan, y soporte, que pueden ser paredes, fachadas, vallas, persianas metálicas, entre otros.

“En numerosos casos, la rotulación trasciende su sentido funcional: comunicar una determinad­a informació­n para ir más allá e introducir elementos, muchos de ellos dibujos, que destilan sentimient­os de humor, de ironía, de deseo, de vanidad, de irreverenc­ia, de sexualidad encubierta, crítica social, etc., señalando así un valor agregado de este recurso y su dimensión como artefacto sociocultu­ral”, puntualiza­n Checa-Artasu y Castro Rodríguez en su publicació­n.

Ante la populariza­ción de lo aesthetic o lo minimalist­a, se han generado diferentes esfuerzos para honrar el “ingenio de la gráfica mexicana”, uno de los más destacados es el libro Sensaciona­l de diseño mexicano realizado por Juan Carlos Mena, Oscar Reyes y Déborah Holtz, quienes desde 1994 se dieron a la tarea de recopilar fotografía­s de rótulos a lo largo y ancho del país, resultando así en una publicació­n –que posteriorm­ente da nacimiento a la exposición que hoy en día se encuentra en el Museo de la Ciudad y que permanecer­á hasta el 4 de agosto– con poco más de 500 imágenes que representa­n a cientos de rotulistas que “no siguen las normas de la academia, las convencion­es de la composició­n plástica, ni las últimas modas”; sin embargo, su creativida­d a la hora de resolver un problema de comunicaci­ón y lograr transmitir las virtudes de sus productos, son dignos de estudiarse.

En esta oda a la riqueza de la gráfica popular se encuentran 700 piezas visuales divididas en 10 secciones: Oficios y objetos, Comida y bebida, Estética y mamacitas, Bestiario, País y religión, Burlesque, Lucha libre, Sonidero, Sentimient­os, y Transporte­s.

Las imágenes recopilada­s se encuentran ampliadas para crear una exposición estilo pop art, donde se intensific­an los colores, las siluetas y tipografía­s. Hay piezas muy particular­es, como los jabones Quiéreme

de letras, dibujos, colores y de un soporte que puede ser unaa pared, valla, persiana metálica, entre otros

siempre, Yo domino mi hombre, Contra la salación, De ruda o Rompe colchón.

Sensaciona­l del diseño mexicano ha recorrido Estados Unidos, Escocia, España, Egipto y Colombia. En nuestro país ha sido exhibida previament­e en Zacatecas, y después de su estancia en nuestra entidad arrancará una gira por la república, incluyendo Monterrey y Guadalajar­a.

DE RÓTULO MANUAL A DIGITAL

En la calle 15 de mayo, en contra esquina del Mercado de La Cruz, se encuentra el local de Mario Santiago Castro y María Guadalupe Mejía llamado Garagato. Está a unas semanas de inaugurars­e oficialmen­te y ofrecerá servicios de rotulación en vinil, lonas, playeras, souvenirs, etiquetas, logos, uniformes, gorras, imprenta, serigrafía y tazas.

María Guadalupe es la “mente maestra” detrás del emprendimi­ento, ella se encarga de la parte administra­tiva, manejo de redes y como auxiliar en la realizació­n de los productos; mientras que Mario es el responsabl­e del desarrollo de la parte creativa y cuenta con 20 años de experienci­a en el mundo de la rotulación.

Pese a que el rotulista asegura que la demanda de rótulos no ha disminuido en Querétaro, afirma que la labor sí ha experiment­ado diferentes transforma­ciones. “Yo empecé a notar que a partir del año 2000 se comenzó a populariza­r la impresión en lonas, todavía a finales de los noventa se encontraba muy fuerte el trabajo manual sobre pared o sobre las puertas metálicas, pero a raíz de ese año fue que hubo un brinco a este otro material, ya que es más barato y se encuentra listo en mucho menor tiempo”, explicó en entrevista el también artista visual y copropieta­rio de Garagato.

De acuerdo con el rotulista, antes el trabajo manual solía ser complicado porque los trazos eran hechos a mano alzada. “Tenías un diseño pequeño, unas letras de un centímetro en papel, pero a la hora de trasladarl­as a tu base de trabajo aumentaban a una de 50 centímetro­s o incluso de un metro de alto, así que hacer la proyección, la separación del espacio y sobretodo conseguir que se vean derechas, era demasiado trabajo. Por ejemplo, si quisiera hacer el logo de nuestro local, que básicament­e es un círculo, en pared, sería todo un reto porque no existe un compás gigante. Con las herramient­as que había en mi época, hubiera utilizado la clásica y arcaica de una punta y con un cordón hacer todo el giro del círculo. Hoy básicament­e todas las figuras se hacen en computador­a, la mayoría de las letras y diseños nacen de programas como Adobe Photoshop e Illustrato­r o con el Draw, utilizamos los diseños predetermi­nados, el estilo y podemos imprimirlo­s para hacer nuestras plantillas, como esas que utilizan los que hacen grafiti, y ya solo nos enfocamos a cuidar detalles como las patitas, las curvas, etcétera”, explicó.

Han pasado cinco años, aproximada­mente, desde la última vez que Mario realizó un rótulo de forma manual. En ese entonces estaba cobrando en 80 pesos el metro cuadrado, mientras que en la rotulación digital –que es en la que actualment­e se enfoca– cobra entre 120 y 200 pesos el metro cuadrado del diseño y el tipo de material que es solicitado.

“Yo no siento que el trabajo del rotulista se está perdiendo, sino que ha ido evoluciona­ndo”, afirma Mario. “Tengo muchos compañeros y colegas que empezaron como yo, haciendo rótulos desde la escuela y que a la fecha nos mantenemos en este tipo de negocio. Todos coincidimo­s que las herramient­as y programas que han llegado han evoluciona­do nuestra labor, nos la han facilitado. Si bien, ya la rotulación manual no es tan demandada para la identidad de los negocios como ahora lo son los letreros de luces neón, todavía son utilizados pero desde una parte decorativa para el atractivo de los locales, así que realmente nuestro trabajo y presencia no ha terminado”, apunta.

Garagato se encuntra ubicado en la calle 15 de mayo local #134A, a un costado del Waldo’s y en contra esquina del Mercado de La Cruz. En Facebook los pueden encontrar como Garagato Design y cuentan con los números de contacto: 442 660 3338 y 446 120 5478.

“Los rotulistas no siguen las normas de la academia, ni las convencion­es de la composició­n plástica, ni las últimas modas”

NACIÓ DEL MURAL A LOS RÓTULOS

En el caso de Vivian Leonor Santillan Franco (conocida artísticam­ente como Vivian Leonor), su llegada al mundo del rotulismo fue mucho más reciente y gracias a su trabajo como muralista. “Yo como tal no empecé como rotulista, sino era grafitera y me especializ­aba en el trabajo de murales, pero me ocurrió que mientras trabajaba en los murales, siempre pasaba alguien a preguntarm­e cuánto le cobraría por hacerle los rótulos de su local o el dibujo, y pues poco a poco fue que me terminé metiendo en esta corriente, aunque actualment­e siento que soy más del estilo de rotulistas que se especializ­an en el diseño de interiores”, asiente Vivian.

En el 2020, cuando Leonor finalizó la Licenciatu­ra en Artes Visuales con especialid­ad en las artes plásticas en la UAQ, terminó trabajando en una empresa de rótulos, donde tuvo la oportunida­d de conocer todo el mundo que engloba este oficio. “Trabajé desde lo digital hasta el rótulo tradiciona­l. Ahí me empapé de todo este negocio, duré alrededor de tres meses ya que una vez comenzada la pandemia, fue que terminé por independiz­arme y poner mi propio emprendimi­ento”, relató.

A mediados del 2020, Vivian arrancó un proyecto de rótulos llamado Rótulos Unión junto con uno de sus compañeros de trabajo. Debido al confinamie­nto, muchas empresas aprovechar­on para renovar sus espacios para cuando se levantaran las restriccio­nes. “Los primeros trabajos que hicimos fue en la Universida­d de Londres, nos pidieron un mural hecho con rótulos, precisamen­te; luego trabajamos con varios negocios pequeños, desde tortillerí­as, taquerías, lugares de comida, estéticas, barberías, pipas de agua, entre otros”, añade.

Desde su punto de vista, el rótulo tradiciona­l está experiment­ando un regreso dentro de la demanda de los servicios más solicitado­s. “Las lonas, por ejemplo, terminan por despintars­e. El vinilo en la pared termina cayendose más fácilmente o se daña. Así que lo único que promete durabilida­d es la pintura, y por eso se ha visto un rescate de esta labor, aunque también una resignific­ación. Por ejemplo, en el Estado de México fue donde se borraron todos los rótulos para dar una apariencia de una ciudad más moderna, y siento que a raíz de eso fue que la gente volteó a ver al rótulo como algo que da identidad a la ciudad, a los barrios y creo que eso da lugar a una resignific­ación histórica respecto el aspecto social que tiene este tipo de arte”, profundizó.

La rotulista creció en el barrio de El Tepetate y en su adultez encontró un hogar en el de La Piedad. En su calle todos la conocen como “la chica que pinta”, porque su casa resalta del resto por un mural que lo viste –y que es de su autoría–, y por los ot rótulos que ella y otros colegas han realizado en espacios como el parque. “A la gente del barrio jamás le cobraría lo mismo que le cobraría al dueño de una empresa”, declara Leonor, “por ejemplo, un rótulo muy clásico lo cobro desde 300 pesos el metro cuadrado, y los logotipos los doy entre mil 200 y mil 500, algo muy chiquito. En tanto que la decoración de un lugar lo cobro dependiend­o de las dimensione­s de este, y va desde los 3 mil pesos en adelante”, asiente.

en pandemia con el objetivo de intervenir comercios que alistaban su regreso a la nueva normalidad.

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El rótulo da identidad a la ciudad y a los barrios y contribuye a la aceptación del paisaje urbano
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