La Prensa Grafica

Así es como fluye el dinero en Spotify

Muchos hacen uso a diario, en todo el mundo, de esta plataforma musical. Pero pocos saben cómo fluye el dinero de los anuncios y las tarifas de suscripció­n. Acá te contamos.

- fama@laprensagr­afica.com

Todos los días, millones de personas usan Spotify para escuchar música. Hace unos años habría parecido imposible: haz clic y ¡pum!, se abre un catálogo aparenteme­nte interminab­le de música justo al alcance de tu mano.

El streaming representa ahora la mayor parte del dinero generado por la industria musical: la friolera del 84 % en Estados Unidos, según la RIAA, y del 67.3 % en todo el mundo, según un informe de 2024 de la Federación Internacio­nal de la Industria Fonográfic­a, que hace un seguimient­o de las ventas mundiales.

Spotify es la plataforma más grande de todas, que representa aproximada­mente el 31 % de la cuota de mercado total, con 626 millones de usuarios y 246 millones de suscriptor­es en más de 180 mercados.

En julio, Spotify aumentó el costo de su suscripció­n mensual. pero¿ cómo se mueve el dinero de los anunciante­s y las tarifas de suscripció­n de Spotify a las billeteras de los artistas?

¿Cómo paga Spotify a los artistas y compositor­es?

Respuesta corta: No lo hacen. Spotify paga aproximada­mente dos tercios de cada dólar que gana de las reproducci­ones de música, un conjunto de suscripcio­nes por pago e ingresos de anunciante­s, a los titulares de los derechos de la música en su plataforma, que son pagados entre acuerdos de grabación y publicació­n.

Esos titulares de derechos suelen ser una combinació­n de sellos discográfi­cos, distribuid­ores, agregadore­s y sociedades de gestión colectiva -como Sony, Warner, Universal, la organizaci­ón de licencias de música digital Merlin que representa a los sellos independie­ntes- que luego pagan a sus artistas de acuerdo con sus contratos.

Si un artista distribuye su propia música, es posible que pague una pequeña tarifa a un agregador o servicio de carga (algunos de los más populares incluyen distrokidy­tunec ore ).

Un artista autodistri­buido se queda con “la gran mayoría (de los derechos de autor)”, explica Charlie Hellman, vicepresid­ente y jefe global de productos musicales de Spotify. De lo contrario, esto “va a su sello y a su editora”.

Los pagos a los titulares de derechos se determinan mediante un proceso llamado “streamshar­e”. Una vez que Spotify paga a los titulares de los derechos, “perdemos visibilida­d de lo que sucede exactament­e después de eso”, dice Hellman.

¿Qué es “streamshar­e”?

Cuando entras en una tienda y compras un álbum, un porcentaje de esa cantidad va directamen­te a un artista. Cuando se trata de streaming, los dólares de suscripció­n se recogen en un gran grupo y se pagan a través delstreams­h are, una cifra queSpotify calcula sumando cuántas veces se ha re producido en un mes la música que pertenece o es controlada por un titular de derechos en particular, en cada mercado, y dividiéndo­la por el número total de reproducci­ones en ese mercado.

La mayoría de las plataforma­s de streaming utilizan streamshar­e: Spotify, Apple Music, Amazon Music, etc.

Hellman explica que “cualquier fracción de reproducci­ones” que un titular de derechos tenga en Spotify es “la fracción de los pagos totales que se le pagan” a ellos. “Calculamos eso por mercado”, dice.

Por lo tanto, si un titular de derechos co

“Seguiremos subiendo los precios tanto como podamos. Eso va a maximizar los ingresos. Pero si subes demasiado los precios o restringes demasiado el valor, vas a hacer que la gente abandone la suscripció­n, volviendo a comportami­entos menos productivo­s como la piratería. Y no creo que nadie quiera que sucedan ese tipo de cosas”

Charlie Hellman, VICEPRESID­ENTE Y JEFE GLOBAL DE PRODUCTOS MUSICALES DE SPOTIFY

“El modelo actual de Spotify no funciona para la mayoría de los artistas, en el sentido de que no se puede vivir fácilmente únicamente del streaming”, dice. “Las matemática­s aquí son muy complicada­s, lo cual es parte del problema. Hay muchos artistas que luchan por hacer una carrera en la era del streaming porque las cosas están configurad­as de formas que son inaccesibl­es y opacas”

Liz Pelly, PERIODISTA

mo Universal Music Group representa­ra la mitad de todas las reproducci­ones en Estados Unidos, “obtendría la mitad de todos los ingresos generados en Estados Unidos”.

Liz Pelly, periodista, cuyo primer libro, “Mood Machine: The Rise of Spotify and the Costs of the Perfect Playlist”, se publicará en 2025, dice que el sistema de streamshar­e ha sido criticado por “beneficiar a los artistas que generan más reproducci­ones” y a “las grandes discográfi­cas que ya tienen mucha cuota de mercado”.

En los últimos años, ha visto cómo organizaci­ones de artistas y sindicatos de artistas independie­ntes piden un cambio hacia un sistema centrado en el usuario. Bajo ese sistema, las regalías se pagarían directamen­te a los titulares de los derechos en función de lo que cada usuario reprodujer­a. Esencialme­nte, si solo escuchaste a Charli XCX este mes, ella y los titulares de los derechos de su música recibirían aproximada­mente dos tercios de los ingresos generados por tu suscripció­n.

¿Cuánto ganan los músicos por reproducci­ón?

Es posible que hayas visto una métrica popular que sugiere que los artistas ganan, en promedio, entre $0.003 y $0.005 centavos por reproducci­ón. Pero debido a que las plataforma­s de streaming no pagan directamen­te a los artistas, ese número no es exactament­e preciso.

“Este concepto de la tasa por streaming es uno de los aspectos más incomprend­idos de la industria musical”, dice Hellman. “No hay una tarifa por transmisió­n”.

Para dejarlo más claro, un oyente gasta 10 dólares en su suscripció­n mensual. Tres de esos dólares van a Spotify, los otros siete van a los titulares de derechos. (Actualment­e, el plan de suscripció­n individual cuesta $11.99).

“Si tuvieran sólo una reproducci­ón al mes, el pago sería de $7 por reproducci­ón. Pero si tuvieron 700 reproducci­ones en ese mes, entonces el pago efectivo por streaming sería de un centavo”, dice.

Pelly señala que los artistas deducen que ganan “fracciones de un centavo” en regalías al mirar sus declaracio­nes. “Y eso es significat­ivo”.

Son “simbólicam­ente importante­s”, añade, aunque inexactas, “porque comunican la realidad que muchos artistas están viendo, muy poco pago de los servicios digitales”.

La artista experiment­al de Los Ángeles Julia Holter, cuyo sexto álbum de estudio “Something in the Room She Moves” fue lanzado en marzo, dice que los artistas reciben lo que se suma a fracciones de un centavo.

“El modelo actual de Spotify no funciona para la mayoría de los artistas, en el sentido de que no se puede vivir fácilmente únicamente del streaming”, dice.

“Las matemática­s aquí son muy complicada­s, lo cual es parte del problema. Hay muchos artistas que luchan por hacer una carrera en la era delst re amingporqu el ascosas están configurad­as de formas que son inaccesibl­es y opacas”, agrega Pelly.

Y muchos músicos no hacen música de manera que estén “específica­mente adaptados a la forma en que los servicios de streaming generan dinero... El sistema está configurad­o para recompensa­r a los artistas que generan un gran número de reproducci­ones”.

Pero no toda la música funciona así, dice. Hay “ciertos artistas que hacen el tipo de música que tal vez no escucharía­s de fondo durante horas y horas, o que hacen música en composicio­nes de formato largo, no en pistas cortas de dos o tres minutos con las que podrías cargar una lista de reproducci­ón”.

En 2024, Holter es una de esas artistas: han pasado cinco años desde su último álbum en solitario y su último lanzamient­o tiene algunas pistas de seis minutos. Si el streaming exige canciones cortas, ver “la música como contenido”, dice que es “la antítesis de las personas creativas”.

¿Hay situacione­s en las que no se paga a los artistas?

En abril, Spotify comenzó a eliminar todos los pagos por canciones con menos de 1,000 reproducci­ones anual es en un esfuerzo por impulsarlo­s ingresos del o que llama “artistas emergentes y profesiona­les”. Como resultado, aquellos con un mayor porcentaje de ingresos por streamshar­e recibirán una parte aún mayor, agrupada de artistas con pocas reproducci­ones.

Hellman argumenta que debido a que hay un umbral mínimo que se debe cumplir al obtener dinero de un distribuid­or, los artistas con menos de 1,000 transmisio­nes anuales no pueden cobrar sus regalías .( En Distrokid, es de $5.35; en tune corees de 1 a través

de Paypal).

“Había una cantidad cada vez mayor de usuarios que ingresaban pistas que tenían $0.03, $0.08, $0.36”, dijo. “Todos esos centavos que estaban en cuentas bancarias por todas partes estaban desviando dinero de los artistas que realmente estaban haciendo esto, como aspirantes a profesiona­les”.

¿Se esperan cambios en la forma en que se pagan las regalías de streaming?

En mayo, Spotify anunció que agregaría audiolibro­s a sus suscripcio­nes premium, lo que resultó en una tasa de regalías más baja para los compositor­es estadounid­enses, según Billboard. Estiman que los compositor­es y editores ganarán $150 millones de menos en regalías en Estados Unidos de los planes premium, dúo y familiar durante los primeros 12 meses que esté en vigor.

Los políticos están tomando nota. En marzo, los representa­ntes estadounid­enses Rashida Tlaib y Jamaal Bowman presentaro­n la Ley de Salario Digno para Músicos en asociación con artistas y trabajador­es de la industria en la organizaci­ón United Musicians and Allied Workers, UMAW.

El proyecto de ley propone nuevas regalías de streaming, que se pagaría a un Fondo de regalías de compensaci­ón para artistas, que garantizar­ía que los artistas reciban al menos un centavo por reproducci­ón. Es un pago directo de los servicios de streaming a los artistas, sin intermedia­rios.

Las nuevas regalías se financiarí­a a través de un gravamen del 10 % de los ingresos no relacionad­os con la suscripció­n de las plataforma­s streaming y una tarifa de suscripció­n adicional.

La ley “sugiere que el sistema actual no está funcionand­o para los artistas”, dice Pelly.

Holter, que trabaja con UMAW, es optimista sobre el proyecto de ley, sugiriendo que “si los servicios de streaming van a aumentar los precios de todos modos”, esta es una oportunida­d para asegurarse de que los artistas, y no solo los artistas de las grandes discográfi­cas, sean compensado­s de manera equitativa, sin alterar fundamenta­lmente cómo funciona actualment­e el sistema.

“Creo que esto beneficiar­á a todos”, dice. “Incluyendo a los servicios de streaming”.

A principios de este año, Hellman no hizo comentario­s sobre el acto, pero subrayó que la forma más fácil de obtener un centavo por reproducci­ón es hacer que la gente reproduzca menos música.

“Creo que obsesionar­se con lo que‘ ingresos promedio en comparació­n con el número total de reproducci­ones’ realmente nos distrae de lo que estamos tratando de hacer como industria, que esh acerque más personaspa­guen más dinero por la música para que podamos pagarle a los artistas y a los titulares de los derechos. ”, dice.

“Spotify tiene todos los incentivos para maximizar los ingresos porque podemos compartir el 30 % de ellos. Y por eso hemos estado subiendo los precios”, dice.

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 ?? ?? Los peros. La artista Julia Holter dice que los artistas reciben lo que se suma a fracciones de un centavo. “El modelo actual de Spotify no funciona para la mayoría de los artistas, no se puede vivir fácilmente únicamente del streaming”, asegura.
Los peros. La artista Julia Holter dice que los artistas reciben lo que se suma a fracciones de un centavo. “El modelo actual de Spotify no funciona para la mayoría de los artistas, no se puede vivir fácilmente únicamente del streaming”, asegura.

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