MIGRACIONES CENTROAMERICANAS EN MÉXICO
La investigación “Migraciones centroamericanas en México” (Castillo Ramírez, UNAM, 2022) plantea que buena parte de las migraciones internacionales de carácter económico e irregularizadas se dirigen hacia sociedades de altos ingresos y economías fuertes, o sea a países con una alta demanda de fuerza laboral y con una diferencia salarial y de niveles de desarrollo sustantiva. Además, varias veces, dichas migraciones acontecen en contextos de alta exclusión y violencia. Estados Unidos sigue siendo el principal destino de distintas migraciones originarias del Caribe, Centroamérica, Suramérica y México.
Dentro del grupo de movilidades humanas transfronterizas se encuentra la migración originada en El Salvador, Honduras y Guatemala, cuyo principal destino es Estados Unidos (a través de México). Hay registros que, si bien los hombres jóvenes siguen siendo el grupo predominante, también se han incorporado de forma importante a estos procesos migratorios mujeres, adolescentes y niños acompañados y no acompañados, familias, población LGTBQ, entre otros.
En relación con cuáles son las razones o los procesos que producen los contextos de expulsión en El Salvador, Guatemala y Honduras, se tiene un escenario de carácter multicausal de tipo económico, político y medio ambiental. En estas condiciones muy difícilmente se pueden hacer los trámites requeridos para llevar a cabo una migración documentada y regular. Además, durante su tránsito, y debido también a su condición migratoria y las rutas a las que pueden acceder para desplazarse, los migrantes están expuestos a diferentes agresiones, delitos y violaciones a sus derechos humanos.
Dicha investigación argumenta que la migración de centroamericanos en tránsito por México que se dirigen a Estados Unidos es un fenómeno complejo, que cada vez enfrenta más dificultades para cumplir su cometido, principalmente por el contexto político del país de destino, que justifica sus políticas de persecución a los inmigrantes indocumentados y la evidente violación a sus derechos. Entre 2009 y 2018, 1.19 millones de migrantes centroamericanos fueron detenidos y devueltos a sus países de origen, el 54 % lo realizaron las autoridades estadounidenses y el 46
% las autoridades mexicanas.
Cerca de la mitad de los migrantes centroamericanos devueltos por México han sido emigrantes de Honduras (49.8 %), Guatemala (29 %) y
El Salvador (21 %). La mayoría de los emigrantes salvadoreños tenía entre 20 y 39 años, uno de cada cuatro migrantes era mujer y el 4 % tenía estudios universitarios. Alrededor del 56 % de salvadoreños ha emigrado por falta de empleo o crisis económica en su lugar de origen y el 24 % por ingresos bajos y/o malas condiciones de trabajo.
Además, han cambiado los lugares de cruce fronterizo y los medios de transporte que utilizan los migrantes centroamericanos para ingresar a territorio mexicano en su camino a Estados Unidos (gran parte lo hacen ahora en autobús o camioneta). Una característica sobre la manera en que los migrantes centroamericanos se desplazan por México es el uso de un pollero o coyote. Cerca del 40 % de los migrantes salvadoreños contrata este servicio para transitar por México y parece ser una condición importante para el éxito del desplazamiento. Esto revela la presencia del crimen organizado.
Por otra parte, aquellos migrantes centroamericanos que ingresaron a Estados Unidos enfrentan varios obstáculos antes de llegar a su destino final. Un porcentaje de los migrantes centroamericanos son detenidos en las primeras etapas de su ingreso y desplazamiento por territorio estadounidense.
Reflexión: Estados Unidos y México son clave para tratar el fenómeno migratorio centroamericano. Convendría, entonces, que los gobiernos estadounidense, mexicano y salvadoreño redoblaran y aunaran esfuerzos para velar por los derechos de los migrantes y abordar las causas-raíz del éxodo cuscatleco. El mayor reto es incorporar el tema migratorio –con un enfoque de desarrollo– en las políticas públicas de los países de origen, tránsito y destino.
Entre 2009 y 2018, 1.19 millones de migrantes centroamericanos fueron detenidos y devueltos a sus países de origen, el 54 % lo realizaron las autoridades estadounidenses y el 46 % las autoridades mexicanas.