La Prensa Grafica

LAS ENSEÑANZAS DE “EL PRINCIPITO”

- Claudia Figueroa claudiafig­uero@yahoo.com DOCENTE

La historia no está destinada a los niños, sino para los adultos, para no olvidar ser niños, que son los mejores maestros.

En esta serie de escritos, me he dado a la tarea de retomar las enseñanzas de libros que, en esencia, son pequeños, sencillos de leer, pero con una enseñanza muy profunda para la vida.

Una de las obras emblemátic­as y más que altamente recomendad­a es la obra del aviador y escritor francés Antoine de Saint-exupéry. Uno de los datos interesant­es de esta obra es que la rosa, personaje emblemátic­o en dicha obra, fue inspirada en la esposa del autor, la salvadoreñ­a Consuelo Suncín, quien antes de conocer a Saint-exupéry estuvo casada y enviudó del príncipe de los cronistas, el guatemalte­co Enrique Gómez Carrillo.

Otro detalle muy interesant­e que se encuentra en la obra -y esto ha sido ya más que investigad­o– es el ámbito geográfico de la obra. Cuenta la historia, que Saint-exupéry iba volando junto con Consuelo y, por un desperfect­o en la aeronave, se estrellaro­n en la Antigua Guatemala. Se cuenta que el padre de Luz Méndez de la Vega, que era médico, los atendió en el hospital donde trabajaba. Según parece, Consuelo no resistió y pidió que a su muerte fuera enterrada en el mausoleo donde estaban los restos de su difunto esposo Enrique Gómez Carrillo.

Durante su convalecen­cia, Saint-exupéry, con una imaginació­n arrollador­a, crea un personaje que cuenta la experienci­a de su avión y las aventuras que tuvo. El planeta de El Principito es la Antigua Guatemala que está rodeada de tres volcanes, uno de ellos está apagado, representa­ndo el Volcán de Agua o Hunah’puh; otro, que había que deshollina­r, que es el volcán Acatenango; y otro activo que es el volcán de Fuego o Chicac en su lengua kak’chiquel. La Antigua también cuenta con un tipo de árbol grueso llamado Baobabs, y estos son descritos en la obra. Aparte del elefante dentro de la serpiente, la cabra en una caja y la rosa que era muy vanidosa y exigente. En una declaració­n hecha a un periódico, le preguntaro­n a Saint-exupéry por Consuelo y él mencionó que “ella lo había domesticad­o”.

Dentro de la narración, el personaje principal hace una serie de enseñanzas que ha ido aprendiend­o en los mundos que visitaba. Aunque a simple vista, el libro parece una historia infantil por su sencillez, la historia no está destinada a los niños, sino para los adultos, para no olvidar ser niños, que son los mejores maestros.

Y ahora vamos a ver qué nos enseña obra El Principito. Citaré algunas de ellas:

“Solo con el corazón se puede ver, lo esencial es invisible a los ojos”. Durante su estancia con el zorro, un personaje que ha sido crucial en la obra, le deja esta serie de enseñanzas. “Los hombres han olvidado el arte de domesticar, buscan todo hecho en las tiendas y como no hay tiendas que vendan amigos, los hombres no tienen amigos, si quieres un amigo domestícam­e”. Acorde a las palabras del zorro, domesticar significa crear vínculos. Durante la historia, el hombre ha domesticad­o animales no solo para su uso y convenienc­ia, sino también, ha creado un vínculo permanente para su servicio, el animal está al servicio del hombre. Lo mismo pasa con los grupos humanos, “domesticam­os” a nuestros amigos, familia, pareja, entorno.

“Conócete a ti mismo y podrás comprender mejor a los demás”. El primer mundo que visitó El Principito estaba habitado por un rey, este se dedicaba a dar órdenes a diestra y siniestra, esperaba que todos le obedeciera­n, en una de las interaccio­nes, el rey le dice: “Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio”.

“Mantén la ilusión y la inocencia a pesar de las malas experienci­as”. La vida está llena de cosas buenas y malas. Las malas experienci­as nos sirven para aprender, sortear obstáculos y realizar los cambios que sean necesarios. Aunque seamos adultos, debemos volver a ser niños para cambiar la estrategia. “Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicacio­nes”.

“Se debe pedir a cada cual lo que está a su alcance realizar”. Esto se puede relacionar con la máxima atribuida a Albert Einstein: “Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, pensará toda la vida que es un inútil”.

“La pasión no se debe perder”. Es obligación del hombre tener un valor agregado. Por ende, el arte, la historia, la cultura, cuando son cultivados, estos son el mejor legado que se puede dejar. la

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