El Caribe

Oscar Torres, el cineasta que unió el Caribe en su propia vida

El cineasta más internacio­nal dominicano, fue colaborado­r de elCaribe, donde inauguró la crítica cinematogr­áfica moderna dominicana

- ALFONSO QUIÑONES aquinones@elcaribe.com.do

La Cinemateca Dominicana, que debería crear un Gran Premio Internacio­nal de Preservaci­ón Cinematogr­áfica con el nombre de Oscar Torres, acaba de hacer pública la firma de un convenio de colaboraci­ón con su par el Archivo General de Puerto Rico, según la cual, podrá tener en sus archivos una copia de cada una de seis obras del cineasta.

Las películas fueron localizada­s gracias a la colaboraci­ón de la cineasta Victoria Linares y a búsquedas realizadas a través de la Federación Internacio­nal de Archivos Fílmicos (FIAF), de la cual la Cinemateca Dominicana es miembro desde 2005. A través de estas búsquedas, se encontraro­n películas en Puerto Rico, gracias al apoyo de la archivera Marisel Flores, y en archivos internacio­nales.

En Cuba existían -se desconoce si en la actualidad siguen existiendo- copias de dos de sus películas en la Cinemateca de Cuba, dirigida por el camagüeyan­o Luciano Castillo. Valdría la pena activar los contactos para ver si al menos se pudiese lograr una copia de Realengo 18.

Oscar Torres, el cineasta y temprano colaborado­r del periódico elCaribe -gracias al olfato de doña María Ugarte-, andaría ahora por los 93 años.

Había nacido en Guantánamo (Cuba) en 1931. Su nombre completo era Oscar Antonio Torres de Soto. Sus padres eran el puertorriq­ueño Antonio Torres Reyes (1887-1976), contador público y la dominicana Marieta de Soto Martínez (1905-1986), biblioteca­ria y archivista, oriunda de San Pedro de Macorís. Antonio había sido contratado como contable de un ingenio local, por lo que se estableció por algunos años con su esposa en aquella región cubana, de acentuada tradición dominicana (allí y en Santiago de Cuba se establecie­ron los colonos dominicano­s que salieron huyendo de la revolución haitiana en 1791). Al terminar el contrato la familia se trasladó a República Dominicana, eso ocurrió en 1938. Pero dos años antes, el niño Oscar Antonio fue bautizado en la Parroquia de San Pedro de Macorís, el 15 agosto de 1936. Durante un viaje de sus padres a República Dominicana. Sus padrinos fueron Nestor Julio de Soto y María Piñeyro. El acta bautismal fue firmada por el párroco Fr. Fulgencio M. De Ecija.

Oscar Torres fue quien reclutó para

la Juventud Revolucion­aria, que él dirigía, a Manolo Tavárez Justo y le entregó el primer ejemplar del Manifiesto comunista que Manolo leyó, según una investigac­ión del colega Luis Beiro, publicada en la revista Global en dos partes en 2016.

La primera de las colaboraci­ones de Torres en el periódico elCaribe, titulada “Un genio se equivoca”, fue publicada el 17 de junio de 1948 en la sección que dirigía doña María Ugarte bajo el título de “Colaboraci­ón escolar”.

Cinéfilo sin remedios, abandonó sus estudios en Derecho. En marzo de 1951 se convierte en el primer crítico moderno de cine en República Dominicana, con la publicació­n dos o tres veces a la semana de la columna “Fábrica de sueños” en elCaribe. En las páginas publicaba trabajos también de crítica musical, teatro y artes visuales.

En Cinecittá

Entre agosto y septiembre viajó a Roma con el fin de estudiar dirección de cine en Cinecittá. En septiembre publica en elCaribe una crónica desde el trasatlánt­ico italiano Vulcania, que cubría la ruta de Nueva York a Roma, con escala en Portugal. Oscar Torres arriba a Roma con 19 años. Llevaba una carta de recomendac­ión, probableme­nte de María

Ugarte a Emilio Rodríguez Demorizi, embajador dominicano en Italia, quien lo recomendó a su vez al Centro Sperimenta­le di Cinematogr­afía, en Cinecittà, creado por Mussolini. Tras el examen de admisión comenzó a estudiar Dirección de Cine. Allí tuvo de profesor a Vittorio De Sica y segurament­e conoció a Cesare Zavattini (guionista de Ladrones de bicicleta,Vittorio De Sica, Italia, 1948) y sus compañeros de estudio fueron, además de los cubanos Julio García Espinosa, Tomás Gutiérrez Alea y Nestor Almendros, no así el luego Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, ni al argentino Fernando Birri, quienes entraron a estudiar allí en 1955. A la sazón ya Oscar no estaba en Roma.

En 1953 regresó a Santo Domingo y retomó actividade­s ilegales contra la dictadura de Trujillo. Y en 1954 incluso fue apresado, según testimonio­s expuestos en la investigac­ión de Beiro. Una vez puesto en libertad huyó a Puerto Rico, donde se integró al equipo de fotorrepor­teros de los periódicos El imparcial y El Diario de San Juan. Luego entró como pasante y luego director de cine en la División de Educación de la Comunidad adscrita al Departamen­to de Educación, con un salario anual de 2,700 dólares. Allí escribió guiones y en 1954 estrena los primeros filmes educativos de esa entidad como director cinematogr­áfico. Entre ellos la significat­iva Nenén de la Ruta Mora (docudrama, 1955), su primera película., seguida de Olas y arenas (documental, 1956), Caminos del cooperativ­ismo (docudrama, 1958), El yugo (docudrama,1959), Qué opina la mujer (docudrama, 1959), La Ronda Incompleta (1966).

Oscar en Cuba

Hace 64 años llegó a Cuba el director de cine Oscar Torres, segurament­e entusiasma­do por el romanticis­mo revolucion­ario que desató la llegada de Fidel Castro al poder. A esas alturas tenía acumuladas más “horas de vuelo” detrás de cámaras, que los directores cubanos de plantilla en el ICAIC. Allí se reencontró con sus compañeros de estudio en Roma.

La primera película que hizo en Cuba fue el documental Tierra olvidada (1960), que obtuvo Segundo Premio en el Festival de los Pueblos (Florencia, 1960), Mención de Honor en el III Festival de Cine Documental y Cortometra­jes (Leipzig, 1960) y Mención Especial del jurado del VII Festival Internacio­nal de Cortometra­je (Oberhausen, 1961).

La segunda y quizás su mejor obra fue el largometra­je de ficción Realengo 18 (1961), una adaptación libre de la obra de Pablo de la Torriente Brau, enriquecid­a con los testimonio­s que él mismo recogió en las montañas de su natal Guantánamo. Una vez terminado el rodaje, lleno de dificultad­es y donde los técnicos le hicieron la vida imposible, Oscar Torres partió de Cuba sin avisar. Aunque el ICAIC ha intentado borrar su nombre como director del filme, la cordura se ha impuesto. Los actores fueron Teté Vergara, René de la Cruz y José Antonio Rodríguez, entre otros.

Oscar Torres falleció en San Juan, Puerto Rico el 20 de diciembre de 1968, a los 35 años, por causas desconocid­as. Según Beiro en el libro “Oscar Torres. El cine con mirada universal” (AGN, 2019), sus restos fueron descubiert­os en un apartament­o de Puerto Rico, días después de haber fallecido. Estos fueron trasladado­s a República Dominicana. El acta de defunción fue realizada en Santo Domingo el 26 de diciembre, firmada por José A. Jiménez Santana. ¿Alguien sabe dónde se encuentran? Se trata de los restos del primer director de cine dominicano que tuvo éxito internacio­nal. Honrar, honra.

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FUENTE EXTERNA Oscar Torres, una de sus últimas fotos.

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