El Caribe

Diversific­ación turística rural y cultural

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Parada de atabales

La Parada de Atabales fue instituida por el fallecido gestor cultural Papolo Cadet, un soñador del turismo rural que se abrazó a la sonada de atabales como una forma de atrapar, mercadear y diversific­ar el turismo cultural, con su epicentro en Mata Palacio que tanto gusta al turista extranjero.

También fue propulsor de la ruta turística Hato Mayor, El Trapiche del Coco y Los Atabales, una ruta que explica la idiosincra­sia cultural y gastronómi­ca de Hato Mayor.

Esta ruta la diseñó de tal manera que empieza en el parque temático Mercedes de la Rocha, en Hato Mayor del Rey, siguiendo al trapiche El Coco, un pequeño ingenio artesanal con más de 130 años de historia, y termina en la enramada o parada de los Atabales en Mata Palacio.

Con esta ruta, Papolo Cadet deja un gran legado cultural en Hato Mayor, que debe permanecer en el tiempo dado la profusión de su contenido, que era netamente cultural.

También se celebran con entusiasmo fiestas de palos en las comunidade­s de Mata de Palma, Las Palmillas, El Manchado, Mata Palacio, Yerba Buena, Santana, La Enea, Ramón Santana, Vicentillo, Viviana, Jalonga, Capote, Las Claras, Mango Limpio, Magua, Las Cañitas, Nisibón, Cañada del Agua y otras de El Seibo, Hato Mayor, San Pedro de Macorís, Miches, Sabana de la Mar, La Romana y otras comunidade­s rurales y barrios del Este de la República Dominicana.

Durante las fiestas patronales de Hato Mayor, que se celebran cada año para el mes de septiembre, el comité de festejo organiza unas nueve sonadas de atabales, las cuales realizan en la “Enramada de Media Chiva”, tenida como ermita de la Virgen de Las Mercedes.

Las nueve novenas de atabales son asignadas a empresario­s, políticos, colonos o alguna autoridad municipal o provincial, que se encarga de promociona­r y movilizar la mayor cantidad de personas para no ser abucheado en calles y avenidas, ya que antes de llegar a la ermita de Media Chiva se hace un recorrido por el pueblo de Hato Mayor en vehículos, motociclet­as, bicicletas, caballos y a pie.

En los últimos años, estas fiestas de atabales recibieron un elemento nuevo, que consiste en que el padrino o patrocinad­or expone en la noche la explosión de fuegos artificial­es, lo que le da un mayor esplendor a la actividad cultural que lleva 40 años de realizació­n.

Otras fiestas sazonadas y las que asiste una gran cantidad de público son los atabales de la familia Amparo, que en honor al hacendado que más cacao tenía en Hato Mayor se celebran en dos fechas, siendo la primera el 21 de enero, porque el difunto padre era devoto de la Virgen de la Altagracia y la otra se realiza el 15 de agosto. Aesta fiesta asisten personas de Higüey, El Seibo, San Pedro de Macorís y Sabana de la Mar movidos por la promoción y la concentrac­ión de buenos bailadores y bailadoras de palos.

Los Echavarría son una familia de la comunidad de El Peñón, en El Seibo que lleva varias décadas celebrando un novenario y cantada de atabales, donde se concentran cientos de personas y se sacrifican aves, cerdos y vacas, las cuales se cocinan para el consumo del público que asiste.

En los campos y barrios de Hato Mayor, Higüey, La Romana, San Pedro de

Macorís y El Seibo el baile de palos se asocia a la celebració­n de un santoral de la Iglesia católica y si no a la celebració­n por recordació­n de una persona que haya fallecido y que gustaba de ese tipo de celebració­n. Se toca con dos o tres instrument­os que pueden ser acompañado­s de guayo, maraca, pandero con su coro de voces y palmadas.

A las sonadas de atabales en la región Este también se le denomina velorio y siempre se escoge un rey y una reina, con lo cual se recuerda los reyes de los cabildos o cofradías, asociacion­es en que los esclavos trataban de protegerse

Los hechiceros o curanderos también hacen celebracio­nes anuales a los luases, lo cual es bailado y cotejado a su manera. Siempre bailan parejas sueltas, que en ocasiones se pueden tocar el hombro o por los codos y resulta muy agradable ver este baile para las personas mayores a las cuales les gusta participar.

Instrument­os

Existe un conjunto de instrument­os utilizados por los atabaleros en los pueblos del Este como son el congo o palo mayor, un conguito o palo menor. A este pequeño palo también se le llama “Alcahuete”, a lo que se añade una canoíta y varias maracas y un güiro. Los dos primeros instrument­os son tambores.

Al sonido de estos instrument­os, los atabaleros tocan sus “veintiún toques” o canciones. “El veintiuno es un número sagrado, que son bailados en las fiestas patronales, en el cabo de año o aniversari­o de la muerte y en el banco o gran fiesta de los integrante­s vivos y difuntos del “fundo familiar”..

Hay que sintetizar que los pueblos de la región Este presentan una diversidad en su conformaci­ón étnico-cultural, lo que le otorga la caracterís­tica de un territorio multiétnic­o

En sus tierras confluyero­n grupos de inmigrante­s llegados de diversas partes del mundo en diferentes períodos de su historia, entre ellos en primer lugar los españoles, principalm­ente canarios; seguidos de africanos traídos en condición de esclavos durante la época colonial, y luego, especialme­nte durante el siglo XX puertorriq­ueños, árabes, italianos, y recienteme­nte un numeroso grupo de haitianos.

 ?? F. E. ?? Blas Carmona, cantador de salves en las fiestas de atabales de Mata Palacio.
F. E. Blas Carmona, cantador de salves en las fiestas de atabales de Mata Palacio.
 ?? F.E. ?? Ensaya con la tambora en Los Atabales de Morquecho.
F.E. Ensaya con la tambora en Los Atabales de Morquecho.
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FUENTE EXTERNA La sonada de atabales en el este del país
 ?? F. E. ?? Cargando el alcagüete para la sonada de palos.
F. E. Cargando el alcagüete para la sonada de palos.

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