Mi esposo me hace bullying
El vocablo “bullying” ha logrado infiltrarse en el habla popular con muchas acepciones. Es decir, inicialmente “bullying” hacía referencia específicamente al acoso escolar, caracterizado por violencia física, verbal o psicológica entre compañeros. En nuestro medio la palabra “bullying” describe al clásico “matón”, que se aprovecha y agrede a los indefensos. Algunos sostienen que el vocablo inglés deriva de “bull” que significa toro. Así, “bullying” es la actitud de actuar como un toro en el sentido de pasar por encima de otros sin contemplaciones.
En nuestro medio, esta palabra también se utiliza, como sinónimo del choteo degradante y mal intencionado que sucede entre personas cercanas sean compañeros de trabajo, amigos, y conocidos.
De igual manera el “bullying” puede suceder entre marido y mujer solo que, en este caso por ser el vínculo más estrecho, suele ser más desgarrador y ascendente.
Es decir, cada vez es más frecuente y los términos despectivos se vuelven más crueles, con frecuencia da paso a la violencia física, y desde luego provoca un alejamiento emocional que puede dar al traste con la relación.
Estas ofensas, aun cuando no haya sucedido actos de violencia física, son parte de la violencia marital, y como tal deben ser motivo de asesoría profesional. Desdichadamente muchas parejas consideran equivocadamente estas agresiones como parte normal de la interacción marital.
Algunas publicaciones consideran que la violencia entre los padres se convierte en la escuela del “bullying” infantil.
O sea, es en esa hostilidad violenta de los padres, donde muchos niños aprenden a ser agresivos y matones, de ahí la importancia de buscar ayuda profesional, no solo para la pareja sino para todos los miembros de la familia.