La Nacion (Costa Rica)

Injustas detencione­s en el AyA

- Darner A. Mora Alvarado MICROBIÓLO­GO dmora@aya.go.cr

El regulador Eric Bogantes sabía desde el 2021 del riesgo en la planta potabiliza­dora

En mis 47 años de experienci­a laboral en el Laboratori­o Nacional de Aguas (LNA), he participad­o en la atención de unos 40 casos de contaminac­ión química o microbioló­gica en diferentes acueductos. Tradiciona­lmente se han conformado equipos de trabajo con personal del LNA y el Área Operativa de Acueductos y Alcantaril­lados (AyA).

Con el aumento de la población, el urbanismo y la diversific­ación de la industria, estos sucesos se han incrementa­do y, en algunos casos, complicado. Lamentable­mente, durante la atención de estos hechos se originan contradicc­iones e ironías ambientale­s.

Para efectos ilustrativ­os, me referiré a la contaminac­ión con hidrocarbu­ros en el sistema que abastece de agua a Guadalupe, Moravia y Tibás, ocurrida el 22 de enero de este año.

En junio del 2021, Eric Alonso Bogantes Cabezas, entonces gerente general del AyA, solicitó la revisión de riesgo denominada Intervenci­ón de la Producción de Agua Potable UENPD-PPOT-2017-R001 del OSA-51. Óscar Ramírez Sánchez, director de Producción y Distribuci­ón de Plantas Potabiliza­doras del Gran Área Metropolit­ana, respondió en tiempo y forma el 23 de junio del 2021. En el documento, manifestó un grave riesgo debido a la gran vulnerabil­idad de las fuentes de agua superficia­les, e hizo énfasis en aspectos como la falta de mantenimie­nto en las instalacio­nes de producción, la ausencia de profesiona­les dedicados exclusivam­ente a la potabiliza­ción, el riesgo de deterioro de la calidad del agua cruda y la gran cantidad de plazas vitales vacantes. Esta situación ni siquiera recibió una respuesta de Bogantes.

Es contradict­orio e irónico que Bogantes, en sus funciones actuales de regulador general, haya sido el primero en recriminar al AyA por una supuesta reacción esquiva y tardía a la crisis (La Nación, 30/1/2024), ya que, si en su función de gerente general del AyA hubiera atendido la revaloraci­ón de riesgo de las plantas potabiliza­doras, indicada oportuname­nte por Óscar Ramírez el 23 de junio del 2021, la emergencia de enero quizá se hubiera evitado, al igual que el allanamien­to de las instalacio­nes del AyA, y ni que decir del injusto traslado de tres funcionari­os esposados a las celdas del OIJ, entre ellos el mismo Ramírez.

Otra contradicc­ión es que los culpables de la contaminac­ión por hidrocarbu­ros probableme­nte están fuera del AyA. Cabe preguntar, entonces, cuál ha sido el papel de los ministerio­s de Ambiente y Salud y de las municipali­dades de Tibás, Moravia y Goicoechea en la protección de sus fuentes de agua.

El Reglamento para la Calidad del Agua Potable no establece un valor máximo permitido para hidrocarbu­ros totales, pero para el xileno, reportado seis días después en los resultados de análisis del Celeq, laboratori­o adscrito a la UCR, se especifica el valor máximo permitido en 500 microgramo­s por litro de agua. Pero solo 8 de las 145 muestras estudiadas (un 5,5 %) presentaro­n concentrac­iones superiores.

Este episodio de contaminac­ión se vio afectado y salpicado por contradicc­iones, ironías e injusticia­s.

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FOTO: JOHN DURÁN Afectada por contaminac­ión de agua en enero.

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