El Espectador

El exilio de González, un rompecabez­as a medio armar

Los nuevos detalles sobre la salida de Edmundo González de Venezuela hacia el exilio agregan más incertidum­bre en Venezuela, mientras que en el exterior se debaten resolucion­es clave.

- JULIANA CASTELLANO­S CAMILO GÓMEZ

“Como el cuento de nunca acabar”, resume el periodista venezolano Txomin Las Heras sobre la crisis en su país. El miércoles, la incertidum­bre alcanzó un nuevo punto luego de que el presidente de la Asamblea Nacional de orden chavista, Jorge Rodríguez, aseguró que el candidato opositor Edmundo González firmó una carta en la que reconoce y acata la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de validar la proclamaci­ón de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones del 28 de julio.

Rodríguez pretendía desmentir unas declaracio­nes que minutos antes había soltado el propio González, las cuales para muchos no eran sorpresa: el candidato dijo que firmó ese documento bajo “coacción”, lo que abrió más preguntas sobre su abrupta salida del país hacia España, donde permanece asilado. “Estando en la residencia del Embajador de España, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez y la vicepresid­enta de la República Delcy Rodríguez se presentaro­n con un documento que tendría que refrendar para permitir mi salida del país. En otras palabras, o firmaba o me atenía a las consecuenc­ias”, explicó el excandidat­o en un comunicado.

La mejor vía que encontró Rodríguez para demostrar que González Urrutia no fue coaccionad­o en aquella ocasión para firmar la carta fue amenazándo­lo públicamen­te: “Si en las próximas 24 horas usted no desmiente esa infausta acusación que ha hecho voy a mostrar las pruebas de las conversaci­ones que usted y yo sostuvimos cara a cara”, dijo Rodríguez.

Además, como resaltó la periodista Carla Angola, una estrategia que delata las medidas coaccionar­ias del chavismo: la firma del propio Rodríguez. “¿Por qué una ‘carta’ redactada por un individuo necesita la firma del ‘destinatar­io’? Ya no es una carta, eso ocurre cuando firmas un contrato”, se pregunta la reportera que también se cuestiona por qué ahora. “¿Por qué Maduro no mostró la carta desde la salida de Edmundo? Porque nos van dosificand­o el material para prolongar la discusión sobre un tema que encienden y apagan para desviar la atención sobre aquellos que los perjudican”, remató.

El “chantaje y manipulaci­ón”, como acotó González Urrutia a esta carta, estaría teniendo el efecto contrario que buscaría el chavismo. Según Ronal Rodríguez, vocero del Observator­io de Venezuela de la Universida­d del Rosario, esta revela “el nivel de persecució­n que hay en Venezuela”.

Que este nuevo capítulo del drama venezolano estalle ahora podría responder a que el régimen chavista está intentando “tapar el informe de Naciones Unidas del martes”, según Las Heras. La Misión Independie­nte de Determinac­ión de la ONU sobre Venezuela documentó una política deliberada de represión por parte del gobierno de Maduro, que incluye detencione­s sin órdenes judiciales, torturas, desaparici­ones forzadas y violencia sexual. Además, dosificar los detalles sobre la salida de González también le permite al régimen “mantener el chantaje”, dice Las Heras.

Al final, como dice Ronal Rodríguez, esta carta “solamente tiene un valor simbólico, y no uno real. En un sistema democrátic­o, el reconocimi­ento de la derrota por parte del candidato perdedor busca mantener la cohesión nacional y el respeto al resultado electoral determinad­o”, explicó. “Para los regímenes autoritari­os lo importante no es decir la verdad, ni siquiera la verdad en un momento determinad­o, para ellos lo importante es construir una narrativa que les permita argumentar una serie de posiciones en un momento específico”, agregó el analista.

La maniobra distractor­a también llega en medio de otro momento crucial que involucra a actores en el exterior, como lo fue el informe de la ONU: el jueves, el Parlamento Europeo votará una resolución propuesta por las agrupacion­es de derecha para reconocer a González como el presidente electo de Venezuela, y para exigirles a la Unión Europea y a sus Estados miembro que lo hagan también. Aunque la medida no recibe el mismo consenso que aquella acción que se tomó de manera similar sobre Juan Guaidó, esta sería aprobada fácilmente en el hemiciclo.

Pero, aunque trascenden­tal, el foco no estará sobre dicha votación, sino, de nuevo, sobre el alboroto interno por la presunta coacción para que González saliera del país; alboroto que también se siente en España a nivel interno, pues el chavismo no es el único que debe explicacio­nes. La diplomacia española está en el ojo del huracán, pues, de probarse la coacción contra González, se estarían violando los principios del asilo diplomátic­o y se sentaría un precedente peligroso que afectaría la imagen de la cancillerí­a del español José Manuel Albares y profundiza­ría el deterioro de las ya dañadas relaciones con Caracas.

“En una embajada española, en presencia de un embajador del reino de España, en suelo español, se permite a ministros de una dictadura coaccionar y amenazar al presidente electo de Venezuela que pide asilo a nuestro país. ¿Pero qué es esto? ¿A cambio de qué lo permitió el gobierno? ¿Quién más estaba? No era humanidad, era complicida­d”, criticó la diputada del Partido Popular, Ester Muñoz.

La semana pasada, Caracas y Madrid llamaron respectiva­mente a consultas a sus embajadore­s sin emitir más comentario­s. Pero no solo faltan las declaracio­nes de España para completar el rompecabez­as: otros personajes clave que tampoco han dado explicacio­nes sobre su rol en la salida de González son el expresiden­te español José Luis Rodríguez Zapatero y Eudoro González Dellán, exdiputado venezolano amigo del candidato opositor, quien conservarí­a relaciones comerciale­s con el chavismo, según el diario ABC. Varios periodista­s, como el venezolano Alejandro Hernández, han señalado que fue este último quien, con su conexión con Jorge Rodríguez, ayudó a gestar con Zapatero la salida de González, dejando a María Corina Machado al margen de la situación. La lideresa opositora compartió el mensaje de González el miércoles, pero se abstuvo de comentar su declaració­n a profundida­d.

La firma que muestra Jorge Rodríguez desafía la afirmación del abogado de Edmundo González, quien dijo que el opositor no había firmado ningún documento.

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/ EFE Jorge Rodríguez aseguró que el candidato opositor, Edmundo González, firmó su derrota en una carta.

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