¡Desalojados!
LA VALIENTE DECISIÓN DE DESALOJAR por la fuerza a los bloqueadores de la Vía Panamericana el pasado miércoles merece todo el apoyo de la opinión pública, especialmente entre los residentes del sur del país.
Los bloqueos perpetrados este año han sido una vergüenza de la desvergüenza en que las leyes parecieran no importarles a los invasores de una vía de carácter internacional que nos comunica con la hermana República del Ecuador.
Las pérdidas por culpa de estos delincuentes suman miles de millones, afectando a pequeños y grandes productores de leche y sus derivados, cárnicos, frutas y legumbres, entre otros productos de la canasta familiar.
El balance de estos bloqueos es infame, ya que además se ha prohibido el paso a pacientes que incluso han perdido la vida implorando que les permitieran el tránsito para recibir asistencia médica, debido a estos canallas desalmados.
La recuperación de la vía fue con sudor y lágrimas, pues los delincuentes opusieron resistencia y se tuvo que recurrir a la fuerza, con las consecuencias de un humilde transeúnte que murió y docenas de heridos de ambas partes.
Lo peor es que estos indígenas no resultaron ser unos santos reclamando promesas incumplidas de tiempo atrás. Se encontraron explosivos de alta gama, algunos de los cuales hicieron estallar, provocando un caos en el lugar de los acontecimientos.
Y ahora, tales delincuentes están reclamando por haber sido atropellados durante lo que llaman una justa protesta, y ya verán que no serán procesados y menos condenados por sus fechorías y, de golpe, el Estado será condenado a pagarles jugosas indemnizaciones a estos “vida mías”. De todas maneras, se sentó un precedente que aplaudimos, apoyando a nuestros policías y soldados que pusieron el pecho por las leyes y por su patria.