Crece la alerta por amenaza de guerra entre disidencia EMC
El Bloque Amazonas, comandado por ‘Iván Mordisco’, anunció el inicio de la confrontación con las estructuras que siguen en la mesa de diálogos de paz, bajo el mando de “Calarcá”. El Gobierno pidió una tregua entre los bandos.
La marcada división interna de la disidencia de las FARC conocida como Estado Mayor Central (EMC) llegó a su punto más alto esta semana, con la declaratoria de confrontación armada hecha por el Bloque Amazonas, comandado por ‘Iván Mordisco’, quien se apartó de la mesa de diálogo con el Gobierno Petro desde hace cuatro meses. En un comunicado, esa estructura aseguró que combatirá a los frentes que se mantienen en la negociación de paz, y que son liderados por ‘Calarcá Córdoba’.
El anuncio no tardó en despertar reacciones de rechazo y preocupación por las consecuencias de esa guerra, especialmente entre la población civil. Anoche, el jefe negociador del Gobierno, Camilo González Posso, rechazó las amenazas y pidió una salida diferente: “Esa llamada declaratoria de guerra es una amenaza demencial en contra de la población civil. Declaran objetivo militar a aquellos a quien consideren que no se alinea con ellos. Es inadmisible desde todo punto de vista. Es un atentado contra el Derecho Humanitario, contra toda consideración. Y por supuesto un obstáculo para el avance de beneficios de la población en los territorios. Lo que corresponde por su puesto es que declaren una tregua, un cese bilateral de hostilidades entre ellos, respeto entre compromisos unilaterales simultáneos y respeto a la población civil”, dijo el jefe negociador.
¿Cómo se gestó la división?
Pasó casi un año exacto entre la primera aparición pública, codo a codo, de Iván Mordisco y Calarcá Córdoba, y el momento en que quedó al descubierto la ruptura entre los jefes disidentes de las FARC, Aquella primera escena, el 15 de abril de 2023, fue capturada en una imagen del fotógrafo Joaquín Sarmiento, de la AFP, durante un encuentro en las Sabanas del Yarí al que asistieron más de 6.000 personas, incluyendo a los máximos líderes de las estructuras de lo que para entonces se conocía como Estado Mayor Central (EMC), un grupo que ponía bajo una sola sombrilla a varias disidencias de las FARC, que se reunieron para participar en la apuesta de paz total del Gobierno de Gustavo Petro. Para entonces, Mordisco se posicionaba como el máximo comandante, y Calarcá figuraba como el segundo al mando.
La segunda escena, la de la ruptura, salió a la luz el 9 de abril de este año, luego de tres semanas de tensiones al interior del EMC, que mostraron una fisura irreparable en la que una parte del grupo buscaba mantenerse en los diálogos de paz con el Ejecutivo, mientras que otra se apartaba de la mesa de negociación. En ese contexto, en una entrevista con Colombia+20, Calarcá Córdoba advirtió lo que ocurriría. “Puede pasar que nos tilden de traidores”, le dijo a este diario.
Lo que el jefe disidente planteaba como una posibilidad se materializó este miércoles, con el comunicado del Bloque Amazonas, en el que tildó a la facción de Calarcá de “fraccionalista”, y la señaló de “asaltar la mesa de diálogos” y “autonombrar” delegados en la negociación con la administración Petro.
Los escenarios de riesgo
Aunque no es fácil establecer el poderío de cada bando ni su pie de fuerza, las estimaciones del Gobierno indican que actualmente las cargas son casi equitativas: la mitad de lo que era el EMC se mantiene en los diálogos de paz, y el restante 50% no.
Sin embargo, más allá del número de hombres en armas, los expertos consultados por Colombia+20 coinciden en que las ventajas tácticas no están determinadas por cuál es el grupo más grande, sino por cómo se mueve en sus territorios de dominio. En cualquier caso, la prioridad debe ser proteger a la población que queda en el medio de esta confrontación.
Para la investigadora Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia del International Crisis Group, la actual amenaza de confrontaciones es el resultado de una serie de tensiones que se venían consolidando hace casi un año, y cuyo principal impacto será recibido por las comunidades. De hecho, en su comunicado el Bloque Amazonas le hace una advertencia a las comunidades: “Hemos mantenido una política de no agresión en medio de la retoma de arcas, hemos dicho a la gente que si no quieren trabajar con nosotros, por lo menos se mantengan neutrales sin apoyar a los fraccionalistas, pero con profundo dolor vemos que algunos prefieren las migajas que les prometen los fraccionalistas”.
Para la investigadora de Crisis Group, “es una situación muy difícil para la población, porque todos quedan señalados por el bando contrario, incluso solo por el hecho de vivir en un lugar. Eso aumenta el nivel de conflictividad, porque los civiles están en el medio”.
Tanto Dickinson como Kyle Johnson, cofundador e investigador de la Fundación Conf lict Responses (Core), coinciden en que el
Gobierno debe acelerar la georreferenciación de los frentes bajo el mando de Calarcá Córdoba, que actualmente tienen activo un cese al fuego bilateral hasta el 15 de octubre.
“La georreferenciación permitiría identificar a los grupos que estén por fuera de la zona delimitada, que serían de la gente de Mordisco y son blanco legítimo para actuar. Eso le da claridad a la Fuerza Pública de qué hacer o no y facilita estrategias de protección de la población”, explica Johnson.
Según el investigador de Core, este nuevo anuncio obliga a poner la lupa principalmente en tres territorios: la Amazonía-Orinoquía (especialmente Guaviare y el sur del Meta), el departamento del Huila y, eventualmente, Venezuela.
La principal incógnita está en los frentes de la región Pacífica, sobre todo, los que hacen presencia en el departamento del Cauca, cuyo poderío económico y militar es mayor. De hecho, según la investigadora Elizabeth Dickinson, en los últimos meses se ha denunciado que miembros del Bloque Occidental, entre ellos menores de edad reclutados, han sido enviados a la zona de la Amazonía-Orinoquía para fortalecer las estructuras al mando de Iván Mordisco.
»La principal incógnita está en si los frentes del Cauca se van a sumar al llamado del Bloque Amazonas, lo que aumentaría la conflictividad en el sur occidente del país.