El vacío que dejaría Israel en la defensa y seguridad de Colombia
Armas, municiones, vehículos y servicios tecnológicos de inteligencia son algunos de los productos que más ha adquirido Colombia. Ahora queda la duda de quién suplirá los servicios que ya no prestará el Estado judío a la defensa colombiana.
Colombia e Israel partieron cobijas, diplomáticamente hablando, desde este jueves. El presidente colombiano, Gustavo Petro, decidió romper las relaciones con el gobierno de ese país después de varios meses de condenar las acciones militares de Israel en contra de Palestina. Aunque el gobierno Petro ha dejado clara su posición, ahora hay una duda sobre cómo se verán afectadas las relaciones comerciales con Israel, sobre todo en el sector de defensa y seguridad, del cual el Estado judío es de los principales proveedores. Armas, municiones, aeronaves, vehículos y servicios tecnológicos de inteligencia son de los que principalmente se surte Colombia desde hace varios años y que llevaron a Israel a ser un aliado estratégico en esa materia.
La importancia del armamento israelí en las Fuerzas Militares de Colombia ha sido tal, que, de acuerdo con datos del Centro de Educación Militar y de la Industria Militar Colombiana (Indumil), el Ejército, la Policía y el CTI de la Fiscalía usan varias armas producidas por la Industria de Armas de Israel. Por ejemplo, a los soldados del país se les dota de fusiles Galil; a los policías, de pistolas semiautomáticas Jericho, y, desde la década de 1990, la Fuerza Aérea adquirió una flota de 24 aviones de combate Kfir. Asimismo, Israel es el país que le vende a Colombia los repuestos para reparar las aeronaves que, según el gobierno Petro, dejarían de operar a finales de 2024.
De acuerdo con expertos en el sector defensa, como Óscar Palma —profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario— el corte de relaciones es un aspecto tan delicado, que pone al gobierno Petro en una misión contrarreloj para encontrar a un nuevo aliado que esté al nivel del que ahora deja atrás. Durante décadas, además de la comercialización de material bélico, las dos naciones han mantenido una cooperación militar que los ha llevado a realizar ejercicios de entrenamiento para reforzar técnicas de combate y antiterrorismo. Según el experto, “las relaciones militares y de defensa son de muy alta sensibilidad y cuesta tiempo generar la confianza que se necesita entre países proveedores y receptores”.
En cuanto al proceso de conseguir a un proveedor que reemplace e iguale los elementos que Israel suministraba a Colombia, fuentes del Ejército le confirmaron a este diario que, por ahora, la única directriz que se ha establecido es que se seguirá usando el armamento adquirido a ese país hasta el momento. Pero, de ahora en adelante, ya no habrá más contratos con ellos. Además, que desde el Ministerio de Defensa están evaluando cuál o cuáles países podrían ocupar el lugar de Israel como uno de los principales proveedores de material bélico, así como analizan cómo reemplazar la flota de aviones Kfir, por lo que cada vez les resulta más complicado conseguir piezas y repuestos para repararlos, pues son aeronaves que en países como Estados Unidos y el mismo Israel están en desuso.
Lo cierto es que la compra de materiales de defensa de Colombia a Israel ha venido cayendo, incluso, desde 2022. De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), “las compras realizadas por el sector defensa de Colombia a Israel cayeron 84,8 % al comparar 2023 con 2022. Esto, al pasar de US$63,8 millones en 2022 a US$9,7 millones en 2023”. Aunque las órdenes ya fueron impartidas desde las altas esferas del gobierno Petro en el tema de compra de material bélico, queda pendiente establecer cuál será el paso a seguir en cuanto a los servicios de inteligencia que suministra Israel a Colombia, de los cuales se sirven entidades como la Fiscalía y el Comando Conjunto Cibernético de las Fuerzas Militares (CCOCI).
La Fundación Karisma, dedicada al seguimiento de las tecnologías digitales que se usan en Colombia, publicó en 2023 un informe en el que evaluó las capacidades tecnológicas del Estado colombiano para vigilar internet a través de software de inteligencia. Según sus hallazgos, estas delicadas labores están puestas en manos de tecnología israelí, como la que usa el CCOCI desde 2020, cuando firmó un contrato cuyo objetivo era la “adquisición de servicio a la plataforma de inteligencia DEEP-DARWEB/FUENTES ABIERTAS”, para vigilar la internet en el país. Dicho contrato se firmó con un habitual contratista del Estado, la empresa Desarrollo e Integración de Tecnología y Comunicaciones S.A.S. (Deinteko).
Deinteko es representante legal en Colombia de la israelí Sixgill, que se especializa en brindar servicios y productos de ciberinteligencia para monitorear la web y tiene experiencia trabajando para gobiernos, organismos de seguridad y empresas privadas. Por su parte, la Fiscalía, entre 2022 y 2023, adquirió con Deinteko “la actualización de ocho licencias, soporte técnico de Tangle y un módulo de Dark Web”, para que los analistas del CTI puedan seguirles la pista a delitos y entregar datos para los perfiles del ente investigador a partir de información disponible en redes sociales, seguimiento de tendencias, rastreo de imágenes. Así las cosas, aunque el gobierno Petro haya cortado lazos con el gobierno de Israel, otras entidades estatales como la Fiscalía seguirán, por ahora, manteniendo acuerdos comerciales para este tipo de servicios.
El Ministerio de Defensa está evaluando cuál o cuáles países podrían ocupar el lugar de Israel como uno de los principales proveedores de material bélico.