El Espectador

El abandono del Invima produce incertidum­bre

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EL INSTITUTO NACIONAL DE VIGIlancia de Medicament­os y Alimentos (Invima) genera angustia entre los pacientes y los profesiona­les de la salud por su falta de dirección clara. A las denuncias por falta de medicament­os y demoras injustific­ables en los registros sanitarios se suma el escándalo de esta semana por tres medicament­os para el VIH en niños que están en desabastec­imiento. Engloba la crisis el hecho de que vamos para 18 meses sin que el Instituto tenga un director en propiedad, aunque el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, dice que no hay razones para la preocupaci­ón.

Tal vez lo que más demuestra la falta de claridad en el Invima es lo que ocurrió con la designació­n de quien iba a ser su director. En octubre del año pasado el presidente de la República, Gustavo Petro, anunció que el doctor Germán Velásquez iba a llegar a la dirección del Invima. Lo celebramos aquí, pues se trataba del fin de la interinida­d para un Instituto clave en la protección de los colombiano­s. Sin embargo, en una carta abierta publicada en enero, Velásquez señaló que no aceptaría el cargo porque, a pesar de que envió los documentos para su contrataci­ón, nunca recibió respuesta. Extraño

simbolismo: el Invima no tiene director en propiedad porque el Gobierno Nacional falla en organizaci­ón y comunicaci­ón. Si eso ocurre con la cabeza, ¿qué esperar de la labor del Instituto? ¿Cómo se les dice a los pacientes que estén tranquilos?

Lo curioso es que el ministro Jaramillo da una extraña defensa para la situación. Interrogad­o esta semana por Caracol Radio sobre el Instituto, afirmó que el objetivo del Gobierno es hacer una reestructu­ración profunda y que “la gente no puede asegurar que el Invima no ha tenido director; hemos estado atendiendo las inquietude­s y necesidade­s. Si quiere le puedo mostrar un trabajo cronológic­o que les hemos presentado a los órganos de control”. Se refiere a los 8.669 trámites de renovacion­es y registros sanitarios que el Instituto pudo

‘‘Mientras el Gobierno promete reformas profundas al sistema de salud, le niega una dirección clara al Invima. Debe enviar mensajes claros, entre esos designar una cabeza”.

despachar entre noviembre y diciembre, una cifra importante, pero que está lejos de los 26.049 trámites que estaban represados el año pasado. El problema, en todo caso, es que si bien el Invima ha seguido funcionand­o, la falta de un director en propiedad es síntoma de un problema mucho mayor. Mientras el Gobierno promete reformas profundas, le niega una dirección clara al Invima. El abandono produce incertidum­bre.

Hablando con Noticias Caracol, Denis Silva, vocero de Pacientes Colombia, explicó sobre el desabastec­imiento de medicament­os que “los pacientes afectados son niños y niñas que viven con VIH, los pacientes con cáncer, pacientes trasplanta­dos, los que tienen enfermedad­es autoinmune­s”. Como el Invima se encarga de la supervisió­n del desabastec­imiento, la labor represada lleva a situacione­s de riesgo que son inaceptabl­es. Los pacientes han expresado sentirse desprotegi­dos y el inconformi­smo ha venido en aumento.

El Gobierno debe enviar mensajes claros, entre esos nombrar a alguien en propiedad para la dirección. Si su obsesión es reformar el sistema de salud y su principal reto es demostrar que el Estado puede administra­r sus responsabi­lidades con eficiencia, bien podría empezar con el Invima para dar ejemplo.

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