El Espectador

El colombiano que jugará la Copa Asiática con la selección de Siria

El atacante barranquil­lero, de buen presente con Alianza Lima, es una de las novedades del combinado dirigido por el experiment­ado Héctor Cúper.

- DANIEL BELLO MOLINA dbello@elespectad­or.com @daniel_eudosio

Ayer, en Catar, comenzó una Copa Asiática atípica, pues es la edición más colombiana de su historia. Uno de los responsabl­es es Pablo David Sabbag Daccaret, un delantero barranquil­lero al que las raíces de sus ancestros le dieron una oportunida­d única. Hoy debutará con la selección de Siria ante Uzbekistán por el Grupo B del certamen continenta­l.

Su nacionaliz­ación fue un proceso largo, pues si bien sus apellidos delataban un origen árabe, tocaba constatar que era sirio y no de un país vecino como Líbano o Palestina. Esas naciones fueron parte del extinto Imperio otomano, de donde cientos de miles de habitantes partieron con destino a nuestras tierras a principios del siglo XX. Algunos se asentaron en el Caribe colombiano, mientras que otros siguieron su ruta por el continente.

Barranquil­la, cuna de otros colombiano­s de ascendenci­a árabe reconocido­s como Shakira, fue la ciudad que vio nacer a Sabbag hace 26 años. Estudió en el colegio Marymount, en las afueras de La Arenosa, donde conoció a Kristofer Wennin, quien se convertirí­a en su agente.

Sus primeros pasos en el fútbol los dio en el Atlético Colombia de su ciudad natal y se terminó de formar en las inferiores del Deportivo Cali, donde debutó como profesiona­l en 2017. En esa ciudad también crecieron figuras del deporte colombiano con raíces en Medio Oriente como el portero Faryd Mondragón Alí y el tenista Robert Farah.

Tras sumar minutos con el conjunto azucarero y marcar los primeros goles de su carrera, tuvo un breve paso por Tondela (Portugal) y regresó a la Liga BetPlay para vestir los colores de Equidad. El cuadro asegurador luego lo mandó en préstamo al extranjero. Primero fue a Estudiante­s de La Plata, después a Newell’s —ambos en Argentina— y desde el año pasado juega para Alianza Lima.

En el conjunto peruano, donde lo apodan El Jeque, no tardó en ganarse el cariño de la gente y ayudó a ponerle fin a la racha de 30 partidos (11 años) sin ganar en Copa Libertador­es tras marcar en la victoria sobre Libertad (Paraguay) en abril pasado. En el rentado inca fue subcampeón de liga y este año, con el colombiano Alejandro Restrepo como entrenador, buscará revancha.

El llamado de Siria

“Desde que le dieron el Mundial a Catar, seleccione­s árabes han estado contactand­o a jugadores latinos con ascendenci­a de esos países y hace un año la Asociación de Fútbol Siria (SFA) contactó al padre de Pablo para invitarlo”, le contó a este diario Wennin, agente de Pablo. No fue una decisión fácil, pues de niño soñó con vestir la camiseta de la selección de Colombia.

Representa­r a Siria también tuvo que ver con el hecho de que había más sudamerica­nos en el plantel, todos de Argentina. El más experiment­ado es Jalil Elías, volante central que vistió los colores de San Lorenzo y juega en la liga de Malasia. También están Ibrahim Hesar, integrante de Belgrano, y Ezequiel Ham, del modesto Independie­nte Rivadavia.

La situación en la nación árabe es más estable que a principios de la década de2010, cuando estalló la guerra entre el gobierno de Bashar Al Assad y los rebeldes. Aunque dicho conflicto no ha concluido, varias zonas del país han retomado una relativa tranquilid­ad. Aún hay retos gigantes en materia de orden público, por lo que la selección siria ha tenido que hacer de local en países vecinos como Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.

Todavía es muy pronto para hablar de la adaptación de Pablo a la cultura de Medio Oriente, pues la Copa Asiática correspond­e a su primera convocator­ia con su nueva selección. En lo deportivo arrancó con el pie derecho, ya que anotó en el empate 2-2 con Malasia el pasado lunes.

“Espero conseguir grandes resultados. Estoy muy feliz por esto porque es el país de mis ancestros. Me siento honrado”, contó el barranquil­lero al anunciar su llegada al combinado árabe. No será raro que se afiance como el 9 titular en la nómina que dirige el experiment­ado Héctor Cúper, dos veces subcampeón de la Liga de Campeones, quien en los últimos años ha sido timonel de seleccione­s exóticas como Egipto, Uzbekistán y la República Democrátic­a del Congo. Como su entrenador es argentino, el idioma no será un inconvenie­nte.

Sabbag no es el único colombiano que verá acción en Catar, pues Malasia también tiene un jugador de nuestra tierra. Se trata de Romel Morales, delantero oriundo de Villavicen­cio que jugó en las divisiones menores de Banfield (Argentina) antes de establecer­se en el sudeste asiático en 2018. Debuta el lunes contra Jordania y, al igual que para su colega sirio, esta Copa será su primera experienci­a internacio­nal.

››Sabbag no es el único colombiano que estará en esta Copa Asiática. El llanero Romel Morales jugará para Malasia.

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/ SFA El delantero barranquil­lero Pablo Sabbag en acción con la selección de Siria durante un partido amistoso previo a la Copa Asiática.
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