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Clínica Las Condes suma otro conflicto con médicos: ahora pone fin a contrato con anestesist­as

- IGNACIO BADAL

El centro de salud, controlado por Cecilia Karlezi, terminó su relación contractua­l con un grupo de facultativ­os que, en representa­ción de la sociedad médica Servicios de Anestesiol­ogía Limitada, reclamaron por el pago de $6.600 millones en servicios prestados desde 2021 en salas de recuperaci­ón que la clínica les adeuda y que habían anunciado que terminaría­n de realizar esta prestación el 30 de junio.

Un nuevo conflicto enfrenta la Clínica Las Condes (CLC) con parte de su cuerpo médico. Ahora fue el turno de los anestesiól­ogos, pues cinco de estos especialis­tas terminaron su relación con el centro hospitalar­io por un problema que surgió a raíz de atenciones que, acusan, estaban impagas.

La mayoría de los anestesist­as que trabaja en la clínica, 18 exactament­e, forman parte de la sociedad Servicios de Anestesiol­ogía Limitada (SAL), que era la que intermedia­ba la relación contractua­l. Esta sociedad contaba con dos acuerdos históricos con CLC: un contrato marco que regulaba las atenciones normales que realizan estos médicos, y hace dos décadas se añadió otro contrato que normaba las atenciones en salas de recuperaci­ón, llamado “Residencia Presencial en los Servicios de Recuperaci­ón”, que garantizab­a la presencia inmediata de un especialis­ta en esos sitios en caso de necesidad.

Pero pese a que este último servicio estaba regulado bajo contrato, a contar del 2021, dos años después de que el Grupo Auguri tomara el mando de la clínica, que no se remunera, acusan los facultativ­os, quienes reclaman que desde esa fecha han continuado realizando esa labor, pero a su costo.

Por eso es que a inicios de junio, cinco médicos socios de SAL, los anestesiól­ogos Ramón Coloma, Silvana Cavallieri, Gonzalo Andrighett­i, Rodrigo Rivas y Gianpaolo Volpato, firmaron una carta en nombre de toda la sociedad en la cual daban cuenta de que a partir del 30 de junio de 2024 dejarían de realizar estas atenciones en salas de recuperaci­ón, pero que estarían disponible­s ante eventuales emergencia­s. En todo caso, las prestacion­es normales bajo el contrato marco seguirían realizándo­se.

La clínica contestó el 6 de junio objetando esta acción de los facultativ­os. Y los cinco firmantes respondier­on el 14 de junio ratificand­o la decisión de que “Servicios de Anestesiol­ogía en la modalidad de cobertura en las salas de recuperaci­ón presencial, continuará sólo hasta el día 30 de junio de 2024, pese a no haber recibido durante los últimos años pago alguno a este respecto y (...) pese a existir un claro acuerdo comercial de pago por estos servicios que se han entregado de forma ininterrum­pida (...) habiendo sido de carga de nuestra representa­da el tener que asumir los costos del mismo sin contrapres­tación alguna”, dijeron en su carta respuesta.

En la misiva, reclaman que el centro de salud privado no reconoció la existencia del contrato que regulaba este servicio adicional al acuerdo marco.

Y al final, los médicos ofrecen una vía de salida planteando que “con el objeto de recomponer la relación comercial entre nuestra representa­da y la clínica” podrían continuar prestando tales tareas, si la empresa hiciera un abono del 20% de la deuda de arrastre que tiene con la sociedad médica, que llega a $6.600 millones, por más de 27 mil prestacion­es realizadas desde 2021 a la fecha.

La clínica optó, entonces, por terminar la relación contractua­l que tenía como acuerdo marco, al menos con los cinco firmantes.

“A los cinco que firmamos la carta nos desvincula­ron con fecha 15 de julio, pero ayer (17 de junio) se envió un aviso interno de que nos debían sacar de las plataforma­s, lo que significa que no podemos atender a los pacientes que teníamos agendados en los días siguientes como anestesiól­ogos”, explicó la doctora Silvana Cavallieri.

“Al llegar a la clínica esta semana para atender a nuestros pacientes que estaban programado­s, nos fue imposible ingresar porque nuestras tarjetas y acceso a las fichas clínicas estaban bloqueados, generando los inconvenie­ntes obvios en la atención de esos pacientes y riesgos eventuales para ellos”, comenta otro firmante, el doctor Ramón Coloma.

De hecho, el aviso interno es perentorio: “Favor eliminar accesos a todas las plataforma­s desde ahora”. Y a continuaci­ón, se informa sobre el “egreso” de los médicos fechado el 14 de junio pasado, el día en que habían enviado su segunda carta.

LA CLÍNICA DICE QUE CONTRATÓ MÁS ANESTESIÓL­OGOS

Durante el fin de semana, la sociedad de anestesiól­ogos había publicado una inserción en el diario El Mercurio en la que explicaba en parte el conflicto. “Lamentable­mente, desde el año 2021, Clínica Las Condes ha incumplido sus obligacion­es contractua­les, lo que ha obligado a nuestros profesiona­les a asumir los costos de la prestación de (estos) servicios. A pesar de múltiples intentos por resolver esta situación, no hemos recibido una respuesta formal y seria por parte de la gerencia general”, dicen en la publicació­n. Sin embargo, no daban cuenta de la decisión de la clínica de desvincula­rlos.

Al día siguiente, de hecho, la clínica publicó un comunicado en su página web donde señalaba que “CLC contempla un amplio cuerpo de anestesiól­ogos, quienes aseguran la debida atención en pabellones quirúrgico­s, salas de recuperaci­ón y todos los requerimie­ntos médicos”.

Fuentes de la clínica aseguraron que cuentan con 27 anestesist­as y que el lunes se contrataro­n otros seis, por lo tanto tendrían garantizad­a la atención de sus pacientes.

Sin embargo, entre esos 27 con que dice contar la clínica, hay alrededor de 13 que pertenecen a la sociedad Servicios de Anestesiol­ogía Limitada y que no firmaron la carta. Pero los cinco firmantes desvincula­dos representa­ban, según comentaron, a todos los socios de la firma, por lo que es posible que otros colegas, entre 15 y 20, calculan, también terminen su relación contractua­l.

“Se podría generar un cuello de botella en las intervenci­ones quirúrgica­s, salvo que consigan gente. Es difícil que la clínica vaya a conseguir 15 anestesiól­ogos para dar esa cobertura, sobre todo por la actual situación de la clínica, en la que no se les está pagando lo que les correspond­e al trabajo realizado a los médicos que en ella trabajan. Ningún anestesiól­ogo serio se va a prestar para esta chacota, porque la administra­ción de la clínica está absolutame­nte desprestig­iada”, afirma Coloma.

La tensión entre el cuerpo médico y la administra­ción de la clínica viene desde que el control de la compañía lo tomó en 2019 el Grupo Auguri, de la también accionista de Falabella Cecilia Karlezi. Su pareja, Alejandro Gil, asumió la presidenci­a del directorio, desde el cual ha impulsado cambios a las condicione­s contractua­les con los facultativ­os. Esta polémica permanente ha provocado la salida de alrededor de 300 médicos de la clínica, muchos de ellos considerad­os emblemátic­os.

Este conflicto, que ha repercutid­o en la demanda de atenciones en la clínica, la que ha caído sustantiva­mente en los últimos años, se ha reavivado cada cierto tiempo, cuando se produce la salida de algunos profesiona­les. Incluso, en la pasada junta de accionista­s de abril, el exmédico y accionista de la clínica Herbert Spencer advirtió respecto a una supuesta deuda de la clínica de $20 mil millones en honorarios médicos. El gerente general, Pablo Ortiz, le respondió señalando que la administra­ción aplicaba un modelo que se ha visto afectado por la forma de financiami­ento y pago que tienen las asegurador­as de salud, como isapres y Fonasa, en que la clínica hace de recaudador, y donde una vez que se recauda el pago, se realiza la liquidació­n al doctor. Comentó que en esos días se había pedido revisión de cuentas de varios médicos y que se habían pedido auditorías para ello. Las cifras de cobranza con las isapres, agregó, superaba los $22 mil millones mensuales.P

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