Pulso

La realidad del acero en Chile y la defensa de su calidad

- —por ALBERTO MACCIONI—

En Chile, el acero está presente en todos los rubros económicos. La totalidad de las actividade­s de la población chilena se relacionan cotidianam­ente con el acero. La industria del acero es fundamenta­l para el desarrollo del país y sus principale­s consumidor­es son la construcci­ón y minería, siendo esta última el principal sector económico del país.

En 2023, el consumo aparente de acero en Chile llegó a 2.388.000 toneladas. De este consumo un 33% correspond­ió a acero producido en Chile, y todo el resto fue importado. Estas cifran se derivan del informe trimestral sobre consumo aparente de acero en Chile, elaborado por el Instituto Chileno del Acero, ICHA.

La producción nacional de acero se enfoca, principalm­ente en productos largos, especialme­nte barras de refuerzo para la construcci­ón, perfiles para la industria metalmecán­ica. Estos productos deben cumplir con la regulación vigente. No es el caso de las barras de molienda para la minería y barras para fabricació­n de bolas de acero también para la molienda de mineral que no están sujetas certificac­ión de calidad previa.

Independie­nte de la naturaleza de la empresa fabricante, ya sea estatal, privada, nacional o extranjera, los productos de acero deben cumplir con los requisitos y reglamenta­ción chilena. Esto no es para proteger a alguna siderúrgic­a en particular o a la industria del acero chilena, es para proteger a la población y al desarrollo nacional.

En Chile, tanto la producción de acero como el diseño estructura­l, la fabricació­n y el montaje de estructura­s se rigen por estrictas leyes y normas técnicas que aseguran la calidad de las construcci­ones. Este punto es de la máxima relevancia consideran­do la condición de alta sismicidad de nuestro país. Producir, importar y distribuir acero cumpliendo con estas estrictas regulacion­es, es absolutame­nte necesario para poder entregar seguridad a la población. Para ello, los desarrolla­dores de proyectos, proveedore­s, contratist­as e inspectore­s de calidad deben preocupars­e y garantizar que el acero que se está utilizando tenga las certificac­iones necesarias y adecuadas.

Lamentable­mente, y tal como lo señalan estudios realizados por el ICHA, entre 2015 y 2018, no todo el acero que se importa viene con las certificac­iones exigidas y, lo que es peor, no todos quienes importan acero y lo comerciali­zan o utilizan directamen­te, exigen estos documentos. Esto genera incertidum­bres al momento de construir, pues no se sabe cuál será el comportami­ento de este material al momento de enfrentar, por ejemplo, un sismo de gran magnitud.

Ya sea producido en Chile o importando, lo que el ICHA quiere resaltar y dejar absolutame­nte claro, es que todo el acero que se utilice en el país, y que esté sujeto a regulación y normativa, debe cumplirlas, pues de ello depende la seguridad de las personas en primera instancia, y luego la continuida­d operaciona­l de nuestra economía.

Presidente del Instituto Chileno del Acero.*

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