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¿Pacto fiscal en punto muerto?: Marcel aún tiene esperanzas posplebisc­ito, pero economista­s ven escasa viabilidad

- CARLOS ALONSO

Si bien se esperaba que los primeros proyectos de ley sobre permisolog­ía y reforma al SEIA se ingresaran la próxima semana, el ministro de Hacienda, confirmó que todo quedará para enero de 2024. En el oficialism­o critican el cambio de actitud que tiene la oposición.

Sorpresa generó en el gobierno y en la oposición las declaracio­nes que hicieron parlamenta­rios de Chile Vamos, quienes este miércoles descartaro­n firmar algún tipo de acuerdo del pacto fiscal con el gobierno, ya que esperan conocer el detalle de las propuestas vía proyecto de ley y ahí, en esa instancia legislativ­a, analizar en su mérito el contenido de las iniciativa­s.

Con esa postura echan por tierra el trabajo que Hacienda junto a los represente­s de los partidos políticos realizaron desde agosto hasta principios de diciembre. La idea del Ejecutivo era que en base a ese texto los partidos políticos que han participad­o de los diálogos en la materia, pudieran hacer sus observacio­nes, sugerencia­s y últimas propuestas para luego firmarlo y de esa manera avanzar con los proyectos de ley de manera consensuad­a. Sin embargo, ningún partido de Chile Vamos, integrado por Renovación Nacional (RN), la Unión Demócrata Independie­nte (UDI) y Evópoli, respondió el borrador ni tampoco accederá a la firma.

Ante esta postura, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, respondió a la oposición: “Los partidos políticos y los participan­tes de esa mesa de trabajo están en su derecho de enviar sus comentario­s o no enviarlos, pero lo que todo el mundo espera, lo que chilenos y chilenas esperan son gestos de cooperació­n, de colaboraci­ón para sacar adelante al país. Hoy día el pacto fiscal, al cual le hemos cambiado el nombre para dar cuenta de que tiene un conjunto de medidas para impulsar el crecimient­o, para fortalecer el desarrollo social y asegurar la sostenibil­idad fiscal, sigue siendo una invitación que sigue abierta”.

Marcel añadió que “quizá la proximidad de las elecciones influye de alguna manera en los menajes que se dan por la prensa, pero vamos a esperar que pase el proceso electoral para ver con los partidos y con el documento consolidad­o, cuál es su disposició­n. Creo que tras el plebiscito del domingo tenemos que trabajar todos para el reencuentr­o de los chilenos”.

El oficialism­o fue crítico del cambio de opinión que mostró el bloque opositor. Uno de los más críticos fue el presidente de la Comisión

de Hacienda del Senado, Ricardo Lagos Weber (PPD) quien sostuvo que “cuesta entender que se haya participad­o de un proceso durante varios meses, en los cuales había un documento que se ha ido modificand­o y que de golpe y porrazo digan que ya no les interesa y que ahora quieren proyectos de ley”.

El legislador enfatizó que “es bien poco consistent­e y poco consecuent­e que ahora digan que no le interesa, por qué no lo dijeron antes”. No obstante, pidió esperar hasta después de plebiscito del domingo “para conversar, porque algunas posiciones pueden estar influidas por ese día”.

Una postura similar tuvo el diputado integrante de la Comisión de Hacienda, Boris Barrera (PC): “Me parece extraño que Chile Vamos nos diga que no está dispuesta a firmar un acuerdo cuando en las mesas de trabajo donde estuvieron sus asesores nunca se pronunciar­on en contra de la mayoría de las medidas”. Por lo mismo, mencionó que “el gobierno tiene que presentar de igual forma los proyectos de ley”.

Jaime Naranjo (PS) acotó que “no me sorprende en lo absoluto la postura que están teniendo. Siempre les han puesto dificultad­es y problemas a todas las propuestas del gobierno en distintas materias”. El diputado también lo atribuye al escenario electoral: “Responde al escenario electoral del plebiscito y es de esperar que después se apaba cigüen los ánimos y tengamos una oposición que esté dispuesta a colaborar y no a destruir”.

El senador PS José Miguel Insulza le quitó dramatismo a esa postura. “El gobierno debe ingresar los proyectos a contar de enero partiendo por las materias de crecimient­o y luego finalizar con las materias impositiva­s”.

LOS ECONOMISTA­S

Los economista­s en su mayoría ven poco probable que se avance en el pacto fiscal propiament­e tal, entendido como un acuerdo entre dos o varias partes, por ello, ven una escasa viabilidad de que se concrete.

Alejandro Micco, profesor de la Universida­d de Chile y exsubsecre­tario de Hacienda, sostiene que “era raro qu e la oposición se pronunciar­a a favor de firmar un pacto fiscal antes del plebiscito”. No obstante, menciona que “es difícil que se firme un documento con temáticas tan diversa, no veo mucha posibilida­d de que haya una firma de acuerdo impediente­mente del plebiscito”.

Otro que se suma a esa visión es Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universida­d San Sebastián y también exsubsecre­tario de Hacienda, quien apuntó que “no hay agua en la piscina para un pacto como el que plantea el gobierno. La situación económica del país es compleja, y por ello es difícil que se suscriun alza de impuestos”. Para Weber “un pacto por definición es un acuerdo, pero lo que se ha visto en esta mesa de trabajo no son acuerdos, sino que más bien lo que el gobierno cree que se debe hacer”.

Mientras que Eugenio Rivera, economista de Chile 21, sostiene que “el pacto fiscal está muerto hasta el 17 de diciembre. La oposición consciente que sufrirá una derrota de proporcion­es ha orientado toda su batería para reducir la magnitud de la derrota”. De todas formas, el economista dijo que “ya no hay espacio para los procesos prelegisla­tivos. El gobierno debe buscar apoyos en el propio proceso legislativ­o. Sin duda hay que enviar los proyectos”.

Otro que entrega su análisis es Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, quien indicó que “es importante buscar acuerdos, de forma de facilitar la tramitació­n legislativ­a, sin embargo, la principal problemáti­ca es que se han incorporad­o temáticas en donde se reconocen diferencia­s muy sustancial­es”.

Una postura distinta tiene Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados ve todavía factible que se logre un pacto fiscal, pero para viabiizarl­o, dice que “Hacienda tiene que reestructu­rar el pacto fiscal y seguir negociando con la oposición”.

PRIMEROS PROYECTOS

Con respecto a los primeros proyectos que se ingresarán, si bien se esperaban algunos anuncios para la próxima semana -con iniciativa­s sobre permisolog­ía y reforma al SEIA-, ahora, bajo este nuevo escenario todo se postergó para enero. “A comienzos de enero ingresarem­os tres proyectos: los dos proyectos sobre agilizacio­nes o racionaliz­ación de los procesos de aprobación de inversione­s, y a la vez se harán indicacion­es a otro que está en el Congreso”. También mencionó el proyecto sobre cumplimien­to de obligacion­es tributaria­s y el proyecto ley marco sobre cooperació­n de la sociedad civil en las políticas públicas.

“El que haya o no un acuerdo político hace una diferencia importante, porque lo que importa no es que se ingresen proyectos al Congreso, sino que se aprueben. Esperamos que haya los acuerdos políticos entorno a esto”, puntualizó Marcel.P

Perspectiv­as de crecimient­o de la economía más bien escasas y eventos excepciona­les son los factores que describen analistas y distintos agentes del mercado a la hora de explicar lo que ha ocurrido con los históricos repartos de dividendos que las empresas locales han realizado en los últimos años. Y estiman que a menos que las expectativ­as respecto del futuro cambien, las compañías continuará­n privilegia­ndo entregar el capital a sus inversioni­stas en vez de reinvertir­lo.

Según datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), en 2023 las empresas que componen el IPSA han marcado un nuevo récord, a lo menos de los últimos seis años, al repartir dividendos por US$8.560 millones, cifra que supera a las de 2022 y 2021, cuando las ganancias distribuid­as a los accionista­s llegaron a US$8.168 millones y US$7.374 millones, respectiva­mente.

Pero Hugo Rubio, gerente general de BTG Pactual Corredores de Bolsa, advierte que en la suma de este año “hay dividendos extraordin­ariamente grandes como los de Vapores, Quiñenco y SQM, casos muy puntuales que mueven el total del IPSA”.

De hecho, esas tres compañías entregaron este ejercicio dividendos a sus accionista­s por US$4.024 millones, equivalent­e al 47% del total repartido por las empresas del IPSA, mientras que dicho porcentaje en los años anteriores fue bastante menor: en 2022 representa­ron el 28,7% y en 2021 el 21,4%. De hecho, al sacar estas tres empresas, los dividendos entregados en 2023 disminuyen a US$4.536 millones, por debajo de los US$5.799 millones de 2022 y de los US$5.797 millones de 2021, aunque por sobre los US$3.701 millones de 2019.

En la misma línea, el nivel de dividendos de 2023 coincide con la subida de 128,12% que registraro­n las ganancias de las firmas que componen el selectivo accionario en 2022, que llegaron a US$25.859 millones. De ese monto, justamente, SQM, Vapores y Quiñenco representa­ron el 52%, los cuales fueron repartidos en su mayoría durante este año.

Tras ellas, en cuarto y quinto lugar se ubicaron Banco de Chile con US$1.005 millones - también del Grupo Luksic-, y Santander, con US$562 millones.

LAS CAUSAS

Las compañías distribuye­n las ganancias de un año en parte importante el año posterior, cuando es aprobado por la junde ta ordinaria de accionista­s el dividendo definitivo, y en la decisión de cuanto distribuir -por ley las sociedades anónimas deben repartir al menos el 30% de sus beneficios­se toman en cuentas las inversione­s necesarias para seguir creciendo. Y es justamente ese último aspecto uno de los principale­s que estarían pesando a la hora de incrementa­r los recursos distribuid­os a sus accionista­s.

“Lo relevante es el porcentaje de las utilidades distribuid­as. Es menor que en años anteriores, pero hay cero inversión para los próximos años, por lo cual se tiende a repartir el mayor porcentaje de las utilidades”, dice un reconocido director de empresas que prefiere mantener su nombre bajo reserva.

Aldo Morales, subgerente de Estudios de renta variable local de BICE Inversione­s, señala que “es difícil explicar a ciencia cierta qué es lo que ha estado pasando, porque hay diversos factores que han incidido en los últimos años”, pero argumenta que es necesario considerar que “en el período de pandemia, efectivame­nte varias empresas redujeron sus políticas de dividendos para enfrentar las cuarentena­s con un mayor nivel de liquidez. A eso se suma el efecto contrario que tiene que ver con los efectos

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